Querido primer amor, te escribo esta carta después de muchos años de tu llegada. Recuerdo que tocaste mi corazón un día de abril. El corazón latía con fuerza y soñaba despierto con tu imagen. Han pasado al menos diez años desde que te conocí. Mi primer amor, te recuerdo con dulzura a pesar de que fuiste tan amargo.

Te guardé por mucho tiempo, con la esperanza de que tú lo descubrieras, aunque, claro, eso era algo imposible. Nadie puede adivinar la mente de nadie, mucho menos cuando se trata del corazón.

Hoy me rio de todo lo que intenté hacer para llamar tu atención y, con ello, que nunca se me haya pasado por la cabeza el decirte directamente mi sentir. Fue un amor largo y lleno de sueños. Mi cabeza no dejaba de imaginarte en mi futuro. Ni siquiera puedo negar las veces que imaginé ser correspondido por ti, pero, ¿cómo se haría posible eso si tú no sabías que te amaba?

A veces me pregunto qué hubiera sucedido si yo te hubiera dicho lo que sentía. No me arrepiento de nada, soy feliz con la persona que amo, pero, a veces, de manera extraña, me pregunto qué hubiera pasado. Pienso que quizá mis fantasías se harían realidad, o solo terminaríamos separándonos cuando llegara el invierno. Llegaríamos a esa época en el que el corazón se enfría o, quizá, nada hubiera sucedido y todo seguiría la misma línea. Tiene mucho tiempo en que dejé de pensar en eso, pero no sé porque hoy sucedió, quizá sea por ella.

El día de hoy no dejó de hacerme preguntas sobre ello. Creo que, al menos eso recuerdo, quería componer una canción sobre eso. No lo recuerdo muy bien; solo, que iba de un lado a otro con esa sonrisa radiante. Sí, era radiante, cálida como el sol, hace que todos los colores en el lugar en el que ella está se sientan más intensos y brillantes. Creo que fue por eso que me enamoré de ella.

La conocí hace algunos años. Destacaba entre la multitud como si un aura brillante la rodeara. Esa vez llamó mi atención de la misma manera en la que se la llamaría a cualquiera, ya que siempre destacaba. Recuerdo que me acerque de manera inconsciente, como si algo me atrajera a ella. Nunca me había acercado tanto a alguien desde... Sí, desde ti.

La empecé a conocer con el paso de los días y terminé envuelto con su personalidad. Creo que fue por una de sus muchas sonrisas que empecé a sentir cosquillas en el corazón. Ella consiguió enamorarme de una forma en la que me hizo soñar despierto de nuevo. Es ella con quien he decidido casarme, o más bien, es ella mi esposa. La amo.

Tal vez nunca llegues a conocerla, a no ser que el destino planee una circunstancia en la que nos presentemos de nuevo. Es casi imposible que la gente se cruce con alguien del pasado, para mí es imposible; eso era lo que pensaba hasta que miré los apuntes de mi esposa.

Ella quería componerle una canción a su primer amor. No me gustaba la idea, pero ella insistió. Curiosamente me acerqué a ver todos sus apuntes que había hecho, tomé la libreta y se cayó una fotografía. "Mi querido primer amor" se encontraba escrito al reverso de la foto. La tomé sin atreverme a mirarla; me dolía el sólo pensar quién era y qué tan importante es para aún guardar una fotografía de él.

Miré los rayones en su libreta; había puesto mucho empeño en componerle esa canción. Me llené de rabia. Tal vez arrugué un poco la foto antes de mirarla, pero, en cuanto lo hice, mi mente se puso en blanco.

La persona en la fotografía no era otra más que yo hace casi diez años. Me sorprendí tanto que no pude evitar ir a buscarla para oír su respuesta y, aunque estaba un poco avergonzada, me contó todo. Me habló con tanta ternura. Sus ojos brillaban tan hermoso cuando hablaba. No podía dejar de verla.

No creo en el destino, pero esto no pudo evitar sorprenderme. Querido primer amor, te escribo esta carta con la intención de que nunca llegue a ti. Deseo que sea tan imposible como el hecho de que llegues a conocer a mi esposa ¿Sabes por qué es imposible? Bueno, eso es porque una persona no puede presentarse a sí misma. Así que, ruego porque nunca encuentres esta carta que he dejado dentro del cajón.

Querido primer amor, no creo en el destino, pero me parece sorprendente que yo haya sido tu primer amor. Al día de hoy, no puedo creer que hayas sido tu a quien volví a conocer algunos años después.

Querido primer amor, no creo en el destino, pero ,no puedo negarlo, empiezo a creer en él desde que hizo que me dijeras adiós para después volverte mi esposa.

Tom.