Aquel día, no puedo recordarlo bien, está borroso en mi mente y, sin embargo, mi mente se esfuerza por recordarlo. No sé cuándo comenzó esto, no lo recuerdo, pero a pesar de ello siempre busco algo como si lo hubiera perdido. Miro a todos lados buscando algo que no sé qué es, es decir, no sé quién eres.
Fue antes de despertar, de eso estoy seguro, pude alcanzar a ver su silueta. Aún no puedo ver su rostro, ni siquiera sé quién es, ni por qué aparece en mi mente obligándome a recordar algo que ni siquiera sé si es real. La busco por todas partes; ni siquiera sé cómo encontrarla, pero aun la busco con desesperación.
Mi corazón late con fuerza cuando trato de recordarla, pero nunca la he visto. No sé en dónde pueda estar ni cómo es que esto está sucediendo. Es como si realmente supiera quién es ella.
A veces, como entre sueños, escucho su voz a la lejanía. Es una voz tan lejana que no puedo creer que me haya llamado a mí; deseo oírla de nuevo con desesperación.
Trato de encontrarla, pero eso nunca sucede.
Estoy desesperado. Empiezo a creer que he perdido la cabeza. Me es imposible creer que estoy persiguiendo a un fantasma que solo aparece, cuando quiere, en mi propia mente.
A ella ni siquiera la conozco. Mi mente crea una imagen difusa de ella, pero ni siquiera puedo distinguirla. Escucho su voz entre sueños, de manera tan lejana que, empiezo a creer que mi mente solo está creando a alguien.
En una noche perdí el sueño por recordar sus ojos marrones; eran tan brillantes que ni siquiera puedo asegurar que realmente sean así. Me he vuelto loco. Mi mente no deja de recordarla cada vez que puede. Mi corazón la busca de una forma tan desesperada como lo hace mi mirada, rogando encontrarla, y amándola aún sin saber quién es. Siempre me obligo a recordarla, aunque ni siquiera sé si es real; lo hago aún si ella solo es algo que existe en mi mente.
Paso por las calles lluviosas mirando a mi alrededor, deseando que el destino me dé una pista; deseando un poco de claridad para mi mente confundida. Mi mente recuerda un pequeño fragmento. Es un fragmento tan pequeño, tan pobre, que es como si no me mostraran nada. Ni siquiera puedo verla en mi mente, a pesar de que trato de imaginar lo que sigue, no lo consigo. Solo tengo unos recuerdos tan pequeños, como migajas imperceptibles.
En algún momento escucho una voz a lo lejos, tan lejana que es difícil oírla en el ruido de la lluvia. Mi mente le presta atención a esa voz. Una voz que cada vez se escucha más cerca, más fuerte, como si quitaran aquel manto que la cubría haciéndola imperceptible. Mi mirada busca desesperadamente el origen de esa voz tan conocida; esa voz que tanto percibí durante días y noches. Ella está cada vez más cerca.
Ella camina por el pavimento mojado, sosteniendo una sombrilla negra y un teléfono celular. Sonríe tan alegremente mientras camina. Un sutil aroma llega a mi nariz. Por casualidad, ella decide voltear a donde estoy yo con una sonrisa alegre. Me cruzo al instante con sus ojos marrones. Ella se queda en silencio y me mira perpleja, como si supiera quien soy yo. Los recuerdos cubiertos de niebla se empiezan a superponer con la imagen de ella hasta que dejan de ser borrosos. Miro a detalle como eso que tanto estaba buscando está frente a mí. No lo sabía, pero siempre la estuve buscando a ella.
Usher.

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