Hola, soy yo de nuevo. Últimamente no puedo dormir por las noches, por lo que he comenzado a escribirte. Pienso que de esta forma podré conciliar el sueño. Tal vez parezca ridículo que escriba esto tal y como si te lo estuviera contando, pero no puedo evitarlo.

Todo esto me recuerda aquellos años en donde estabas a mi lado; esos días en los que podíamos hablar durante horas sobre cualquier tema de interés. Aquellos días en los que podía recorrer a tu lado cualquier parte de esta inmensa ciudad. Mi memoria trae esos días felices que cualquiera creería que estoy hablando de un sueño.

Tal vez tengan razón, todo eso se sintió igual que un sueño, mismo, del cual siento que fue hace tan solo unos instantes. Me siento como si acabara de despertar de tan lindo sueño; tan lleno de recuerdos hermosos que me gustaría atesorarlos de principio a fin, hasta el último minuto, hasta el último recuerdo.

Cada vez que pienso en ello, me siento como una vieja (bueno, creo que ya lo estoy). He vivido por muchos años y, de vez en cuando, le cuento a mi familia nuestros recuerdos y vivencias de juventud.

Me es inevitable relatar todas las vivencias de mi romance de juventud. Sí, ese mismo romance que, a pesar de que todo el mundo sabe de aquel viejo amor, no me cansa de contarlo una y otra vez. Yo siento que, cada vez que lo recuerdo, regreso a aquel tiempo en el que sucedió todo.

Admito que vuelvo a experimentar todo igual que lo hice en aquel momento, desde el momento en el que inicia, hasta el desenlace. Aunque me siento triste porque siempre me deja un vacío en el corazón. Me hace recordar que es algo que ya no volveré a experimentar, y que es lo único que conservo desde tu partida. Es un recuerdo que me acompañará en lo más profundo del corazón.

Si bien, es cierto que, estoy exagerando un poco, pero así es como me siento cada vez que lo que alguna vez vivimos inunda mi mente. Recordar nuestras conversaciones, nuestros viajes, nuestras tontas discusiones, las comidas que compartimos juntos, aquellas canciones que en algún momento cantamos y bailamos juntos, las risas que compartimos, el llanto, los abrazos, aquel beso primero y aquel último.

El recordar tu rostro, tus gestos, tu agradable voz, tus caricias, tus hábitos y costumbres, el recordarte a ti. Cada recuerdo es adentrarme en un mundo en donde tú estás, en donde solo estamos tú y yo sin nada más. Recordar el tiempo contigo es como un hermoso sueño que pasa frente a mí de forma sutil. Sin embargo, cuando regreso a la realidad, solo queda el recuerdo de lo que alguna vez fue un sueño hecho realidad. Luego, regreso al mundo en el que me doy cuenta que ya no estás más conmigo. Es el mismo mundo en el que, ahora, solo eres un recuerdo guardado en lo más profundo de la mente, pero, sobre todo, en lo más profundo de mi corazón.

Quizá sea por la edad, pero últimamente te recuerdo con más frecuencia que otras veces. He vivido décadas enteras junto a ti, así que es normal que sienta tu ausencia. A pesar de ello, últimamente te cruzas más por mi mente. Te recuerdo y eso hace que sonría por nuestros recuerdos, pero no puedo evitar que siempre se vuelva amarga. Te extraño cariño.

Julia.