Me molesta ver pasar a las parejas enamoradas. Detesto sentirme sola, pero lo que más detesto es verte con ella. Parece que fue ayer cuando rechazaste mis sentimientos tan sutilmente. Yo intentaba ganarme tu corazón a pesar de que alguien ya se lo había llevado.
Ha pasado tiempo de ello, pero aún me es inevitable que mi mirada te siga. Lo admito, he tratado de olvidarte, pero no he podido hacerlo. Mi corazón aun te busca, te extraña y te anhela. Sé que lo nuestro nunca sucedió, pero mi corazón aún lo desea.
Aun mis pensamientos hablan de ti ocasionalmente. Imagino que hubiera pasado si tan solo me hubieses escogido a mí. No debo de vivir en el pasado, pero siempre me pregunto que hubiese sucedido; ¿cómo actuarías si me amaras?, ¿me sonreirías tan bonito como a ella?
Sonrío y mi mirada se apaga cada vez que te veo. Mi corazón se desgarra con cada pensamiento que tengo de ti. Mi amor, susurro esto con el deseo de alguna vez haberte llamado de esa forma; mas, lo digo tan bajo para que nadie lo escuche. Oculto este sentimiento que, aún con el pasar de los años, persiste.
Hoy te vi de nuevo. En ese momento te encontrabas saliendo de una tienda con ella. La mirabas tan cariñosamente que me moría de celos con tan solo verte. Sonreías tan ampliamente a su lado; te sentaba bien, lo admito. Estabas tan feliz y enamorado. Te veías radiante cual estrella, e igual que una de ellas, eres tan inalcanzable para mí.
Cuando te vi sentí mi corazón estrujarse. No tengo el corazón roto, pero si lo tengo herido, deseoso, con una sed que no termina. Cierro los ojos e imagino que yo estoy en su lugar. Te abrazo fuertemente y te digo cuanto te amo; creo que soy tan empalagosa que en ocasiones te cansas un poco de ello, pero, a pesar de, me sigues correspondiendo y amando fervientemente.
Sonrío gentilmente, pero me olvido. Al final, abro los ojos. Despierto de mi imaginación y entonces te miro. Ahí estás tú, tan alejado de mí. Mi sonrisa se borra al instante por el duro golpe de la realidad. Desvío mi mirada a otra dirección en donde tu no estés. Tengo mala suerte, porque ahora a quien veo es a ella; tan bonita, tan alegre de ser correspondida, va corriendo a tus brazos. No debí de haberla visto. La seguí con la mirada y me trajo nuevamente al lugar donde estás tu.
Me molesta, no quiero seguir viendo. Me duele. Aparto la vista una vez más. Escucho el momento exacto en el que le dices “te amo”. Me duele. Siento como si en ese momento me soltara a llorar. Me levanto y me voy del lugar a toda prisa. Sé que no lloraré, pero tengo la maldita sensación de que lo haré.
Odio amarte, porque me duele. Me duele hasta el alma por más que no quiera. Detesto mirar a las parejas que pasan por las calles, realmente los odio. Detesto a las parejas cariñosas que veo por la calle porque, cada vez que las miro, mi corazón se pregunta: ¿por qué no fui yo?
Edith.

Comments (0)
See all