Partimos al amanecer.
Llevábamos todo lo que podíamos: piedras útiles, frutas secas, semillas, telas, cuencos.
Cosas pequeñas.
Pero nuestras.
Yo había tardado dos días en encontrar el lugar.
Con los niños… me tomó cuatro.
Cuatro días de pasos lentos, pausas largas y noches de vigilia.
Cada vez que el sol caía, buscábamos árboles con ramas anchas para cubrirnos, o huecos entre las raíces.
Yo armaba pequeños campamentos.
Fuego tenue.
Silencio profundo.
Cada uno llevaba una bolsa improvisada, hecha con tela rota y trozos de corteza.
Recolectábamos frutas, hojas, raíces.
Yo les enseñaba qué tomar.
Qué evitar.
Y así, paso a paso, avanzábamos.
Cuando por fin llegamos a la entrada del nuevo lugar, los niños me miraron sin entender.
—¿Aquí…?
Asentí.
Una grieta en la piedra, apenas visible entre musgo y ramas.
Angosta.
Oscura.
—Tenemos que entrar —dije—. Por dentro. Todo está adelante.
Los pequeños entraron gateando.
Uno detrás del otro.
El sonido de sus manos y rodillas sobre la piedra era como un susurro húmedo.
Y yo… no cabía tan fácil.
Tuve que arrastrarme, el pecho contra el suelo, y las piedras raspándome los brazos.
Así seguimos por horas.
El túnel era largo.
Pero poco a poco… se abría.
El aire cambiaba.
Se hacía más fresco.
Más vivo.
Y luego…
empezó la subida.
Una pendiente suave al principio.
Luego más empinada.
Los niños usaban las manos.
Yo los empujaba de vez en cuando.
Todos sudábamos.
Pero nadie se quejaba.
Y entonces…
la luz.
Una grieta en lo alto.
Por donde entraba el sol.
El techo se abría como un ojo de piedra.
Y justo debajo…
un riachuelo.
Agua clara.
Dulce.
La cima de la montaña…
por dentro.
Un lugar oculto.
Protegido.
Vivo.
Los niños se quedaron en silencio.
Sus ojos abiertos como lunas.
El más grande se acercó al agua y rió.
Los otros lo siguieron.
Yo… solo miré.
Y respiré hondo.
—Aquí viviremos —dije al fin.
No era grande.
Pero bastaba.
Tenía agua.
Tenía luz.
Y pronto…
tendría verde.
Porque íbamos a sembrar.
Íbamos a cultivar.
Yo les enseñaría.
Semillas, raíces, paciencia.
Volveríamos a hacer lo que mejor sabíamos.
Volveríamos a crecer.
Nuestra nueva vida…
empezaba aquí.

Comments (0)
See all