—Perfecto —decía Ian viéndose al espejo. Era consciente de lo que le quedaba mejor a su cuerpo y de igual manera, había notado como Víctor había mostrado cierta fijación por su espalda. Un pantalón de vestir que marcaba su cintura y realzaba sus glúteos a juego con una blusa de seda que mostraba la espalda, era el atuendo perfecto para cautivar la mirada del alfa.
—Joven Ian, se ve waau simplemente waau.
—Gracias Hana, toma —declaraba entregando un caramel latte. —espero te guste.
—Justo lo que necesitaba, muchas gracias.
Un poco más enfrente en aquel pasillo, vio al alfa parado cerca de la puerta de su oficina. Los luceros azabaches le recorrían de arriba abajo, le veía tal cual un cazador ve a su presa.
—Ian, veo que se ha vuelto una costumbre el comprarle café a tu asistente.
—Es muy amable de parte del Joven Vaughan. —decía con una sonrisa Hana.
—Si eso veo, lo único malo es que nuevamente no fui uno de los afortunados a los cuales Ian decidiera comprarles un café. —declaraba sin quitarle la vista al beta.
—¿Desea probarlo presidente? —no solo era la pregunta sino el tono de voz de Ian lo que había tomado desprevenido al alfa. —Es delicioso. —la forma en la que aquellos ojos rubíes le veían era como si le estuvieran seduciendo.
—¿No te molesta que tome de tu bebida? —cuestionaba inclinándose un poco hacia Ian.
—En lo absoluto, es delicioso así que en verdad me gustaría que lo probara, estoy seguro de que no se va a arrepentir. —respondía acortando la distancia.
La omega quien estaba siendo testigo de esa escena podía sentir la tensión entre ambos.
—Me... me retiro... tengo mucho trabajo —exclamó tartamudeando debido a los nervios que había sentido al ver las interacciones entre Ian y Víctor.
—Te sugiero que tengas cuidado con lo que dices... puede ser que te tome la palabra —decía susurrándole al oído. El beta acercó el popote a la boca camesí, sorbió sin quitar su mirada de los ojos azabache.
—Delicioso... —proclamaba lamiendo sus labios. Víctor sintió como si algo en su pecho se encendiera. Ver el interior de aquella boca y aquella lengua hacían que deseara tomarlo del cabello y devorarle. Las ganas de entrelazar su lengua con la del beta, acariciar y saborear cada rincón de aquella boca era algo que deseaba, apretaba su puño con el fin de controlarse. —Bueno, será mejor que me vaya a mi oficina. —Víctor intentó articular palabra, pero fue interrumpido.
—Sr. Knox lo estaba buscando, la junta está por empezar. Necesita echarles un ojo a estas estadísticas. —su secretario seguía hablando. Los luceros negros por su parte continuaban fijos en aquella delicada silueta que seguía alejándose. Apretó la mandíbula al notar la apertura en la parte de la espalda, esa piel perfecta que se asomaba por aquella coqueta ranura, le aceleraba el pulso.
Conforme trascurría el día, no sabía si se estaba volviendo loco, ya que podía jurar que se estaba encontrando al beta mucho más de lo normal. Ian por lo general lo evitaba, pero ese día parecía incluso que este había puesto un chip rastreador.
—No sé si sentirme halagado o preocupado Joven Vaughan. —decía al coincidir con el beta a la salida del restaurante.
—Vaya, qué coincidencia encontrarlo aquí presidente. —el alfa soltó una risa incrédula.
—Sigo preguntándome que estarás planeando, pero he de decir que no me disgusta en absoluto poder ver esa perfecta espalda más veces el día de hoy... —sintió como la mirada de Víctor le recorría de arriba abajo. —Esos pantalones te favorecen, enmarcan a la perfección la forma de tus glúteos. —añadía inclinándose hacia donde estaba Ian.
—...
—Le sugeriría que regrese a la oficina, hay bastante tráfico y nuestra junta no tarda en comenzar.
Hubiera querido responder, cualquier cosa hubiera sido mejor que quedarse en silencio sonrojado por lo que el alfa le había dicho.
—Ugh, maldita sea. —exclamaba al ir manejando camino a la oficina.
—¿Le sucede algo? —cuestionaba Hana al ver llegar al beta perdido en sus pensamientos.
—¿Hana alguna vez has ido a pescar? —la pregunta tomó un poco desprevenida a la omega.
—No.
—Para poder capturar a la presa, debes de utilizar carnadas que sean apetecibles a la vista, esperar, esperar y de repente —dio un puñetazo en el escritorio. —habrás pescado algo... de todo eso esperar es una maldita pesadilla. —los ojos de Hana se abrieron como platos al oír a su jefe decir eso. Ian tardó unos segundos en darse cuenta de lo que acababa de decir. —Perdóname, es que el día de hoy está siendo especialmente agotador.
—Descuide, solo me tomó un poco por sorpresa. —declaraba vistiendo una sonrisa.
—¡Hana! —el grito hizo que la omega tuviera un sobresalto. —Perdón, perdón, es que necesito que me hagas un enorme favor. —la omega escuchaba con atención la petición del beta.
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—¿No se supone que su asistente debería estar en esta junta?
—Ella llegará en un momento más, pero no se preocupe Sr. Knox le aseguro que tomaré las notas pertinentes. Así que por favor prosiga con la reunión. —los ojos negros le examinaron por unos segundos.
—De acuerdo.
La junta iba por la mitad cuando Hana entro diligente y se sentó al lado del beta, esta comenzó a tomar notas, justo después de haberle entregado algo a Ian. Al sentir el peso de los ojos azabaches, giró su cabeza y le dedicó una sonrisa, notó como tal gesto había desconcertado al alfa.
—Me da mucho gusto ver al nuevo representante de las empresas Vaughan, ya hacía falta conocer al que será una de las nuevas cabezas de la compañía.
—Muchas gracias, director Lira, aún recuerdo las veces que mi padre y usted iban a jugar golf. —decía Ian.
—Jajaja si, buenos tiempos, buenos tiempos. Pronto le daré la revancha.
—Seguro estará feliz de convivir de nuevo con usted, espero poder ser un digno reemplazo.
—Las acciones continúan subiendo muchacho, sigue así todos nos beneficiaremos de esa manera.
—Muchas gracias, director.
El beta explicó las acciones que tenían planeado tomar ese mes, habría algunos cambios, pero estaba seguro de que estos serían para algo mejor y aunque al inicio habían dudado. Ver los resultados que estaban obteniendo desde que este estuvo a cargo de esa ala de la compañía hacía que estos confiaran en lo que les planteaba.
—Hana adelántate, enseguida voy. —la omega asintió.
—Felicidades, joven Vaughan parece que tiene a todos los antiguos lobos de mar en la palma de su mano. —declaraba Víctor.
—Me gusta que mis aptitudes laborales se vean reflejadas.
—Eso es algo bueno, lo estás logrando. —añadía sonriendo. Esa sincera sonrisa tomó desprevenido al beta. Raspó su garganta luego de unos segundos.
—Uy, casi lo olvido. —metió su mano en el bolsillo para después acariciar la solapa del saco de Víctor. Los ojos azabaches se negaban a apartar la mirada, inclinándose por inercia. —Me dio la impresión de que se moría por saborear el café de la mañana, así que —metió una tarjeta en el bolsillo interno del saco del alfa. —espero la disfrutes. —añadía dando unos ligeros golpecitos en el pecho de Víctor.
—Lindura —se inclinó aún más para susurrar en el oído del beta. —no sé qué pretendes con esta nueva actitud, pero te estás metiendo en la boca del lobo, así que no te sorprenda si recibes una mordida.
—En verdad no sé de qué hablas, tan solo me pareció buena idea darte un pequeño detalle para que degustaras los productos de la cafetería... —una sonrisa apareció en el rostro nuevamente. —me retiro, que tenga una buena tarde presidente Knox.
Los ojos azabaches recorrieron de arriba abajo, la figura que se alejaba. Esa hermosa y perfecta espalda que se asomaba coquetamente por la apertura de la blusa y, los redondos y firmes glúteos que se marcaban en ese pantalón, esos glúteos que habían rebotado tan deliciosamente cuando le había penetrado.
—¡Maldición! —sintió como su miembro pulsaba al ver tan exquisito paisaje y recordar aquel tiempo que habían compartido juntos.
Bzzz bzzz
—Listos para su primer día de jardín de niños, querían mandarte un saludo —el beta reprodujo el video que Ezra le había mandado.
—Tío Ian, te extrañamos mucho ¿Cuándo vendrás a vernos?
Ver a los gemelos le hizo sonreír.
—Se ven hermosos con sus uniformes, me muero por visitarlos pronto, prometo ir en cuanto tenga la oportunidad.
—Te estaremos esperando.
—Joven Vaughan, —la voz de Hana hizo que apartara la vista del celular —su padre llamó, le dejé saber que aún estaba en junta y que le devolvería la llamada de inmediato cuando se desocupara, pero insistió en esperar en la línea. —decía la omega con voz inquieta.
—Ah —suspiró —no te preocupes Hana, no es tu culpa que mi padre sea un terco. Me encargaré de tomar la llamada de inmediato.
—Gracias. —declaraba con las mejillas sonrojadas.
Inhaló profundo antes de coger el teléfono, sabía que estaba haciendo un buen trabajo como representante de la empresa familiar, pero aun así los nervios le invadían.
—Hola papá, ¿Cómo estás?
—Ian, al fin contestas.
—Padre, entiendo que desees hablar, pero por favor no vuelvas a esperar en la línea. Eso solo pone nerviosos a mis asistentes y, crea inconvenientes para cualquier otro cliente que intente hablar conmigo.
—Lo sé hijo, perdón, he estado viendo los reportes estoy muy orgulloso de ti. A tu madre y a mí nos gustaría que vinieras un fin de semana a casa, podemos celebrar y pasar un tiempo en familia. —Tenía bastante sin ir a casa de sus padres, desde que él y su prima habían subido a la cabeza de la compañía, su vida consistía en viajar de un lado a otro.
—Muchas gracias, me alegra oír eso... me encantaría ir a casa. Suena bien, necesitaré revisar mi agenda, pero es probable que este fin de semana pueda ir.
—Déjanoslo a nosotros, nos encargaremos de que todo salga perfecto.
—No quiero que se hagan ilusiones antes de tiempo, les dejaré saber pronto si podre ir ¿de acuerdo?
—Si, claro, bueno te dejo debes de estar muy ocupado. Te amo hijo.
—Yo también papá, los amo, cuídense.
El paisaje parecía mejorar, quizás esto solo era el inicio de una mejor racha en su vida, al pensar sonrió por inercia. Y aunque hubiera sido algo que deseaba, el destino parecía no querer darle un descanso al beta.
—Aún no te vas a casa ¿acaso estás esperando a alguien?
—No, —los ojos de la omega seguían fijos hacia abajo —los neumáticos. —los luceros rojizos pusieron atención en esa parte del vehículo. —los pincharon.
Las 4 llantas se encontraban desinfladas, alguien había tomado un objeto punzante y se encargó de romper los neumáticos de aquel automóvil.
—¡¿Qué diablos?! Necesitamos llamar a la policía y pedir que revisen las cámaras, ven acompáñame.
Tomó de la mano a la omega, podía sentir como temblaba.
—...
—No te preocupes, me quedaré contigo hasta que llegue la policía y me encargaré de llevarte a casa.
—Gracias.
La policía no tardó en acudir a la escena, inspeccionó todo con detenimiento. Al revisar las cámaras de vigilancia lograron ver a un sujeto vestido de negro acercarse al vehículo de Hana, alrededor de 1 hora antes de que estos salieran. Lamentablemente la capucha y gorra que llevaban puesto les hacía imposible identificarlo, al seguir el rastro vieron que este había salido del edificio y se perdía entre la multitud.
Aunque el reporte se había levantado, eso no le brindaba calma a la omega. No había mucho que pudieran hacer, asignaron un nuevo puesto para el carro de Hana, un área más cerca del elevador y que contaba con muy buena iluminación, de igual forma le habían ofrecido que un guardia de la compañía la acompañara a su carro al final de cada turno, para asegurarse de que todo estuviera en orden.
—En verdad muchas gracias por traerme.
—Hana, si te parece bien me encargaré de venir por ti y traerte de vuelta al menos hasta que te sientas más tranquila. Estoy seguro de que podrán dar con el responsable, pero también sé la inquietud que estas situaciones pueden llegar a causar.
—Muchas gracias —exclamó abrazando a Ian.
—Muy bien, mañana pasaré por ti, este es mi número de celular. Asegúrate de enviarme un mensaje 20 minutos antes de que estés lista ¿de acuerdo?
—Si, gracias.
Lo que había pasado la noche anterior, llegó a los oídos de Víctor quien de inmediato les hizo saber que duplicaría la seguridad, incluso le ofreció a la omega contratarle un chofer para asegurarse de que esta llegara sana y salva a casa.
—En verdad agradezco su oferta presidente, pero si al joven Vaughan no le molesta me gustaría seguir viniendo al trabajo con él.
—No es ninguna molestia Hana, ya te había dicho. Estoy seguro de que igualmente la empresa y la policía están haciendo lo mejor que pueden para dar con el maldito que hizo eso.
—Por supuesto, además un equipo especializado llega mañana y revisarán de nuevo todo el material disponible que hay, no descansaremos hasta atrapar al transgresor.
Habían pasado 3 días desde el incidente, el equipo especializado pudo encontrar algunas pistas más, pero nada que los llevara hacia el culpable. Hana se notaba un poco más tranquila, ambos comenzaban a pensar que quizás había sido un acto que no iba dirigido especialmente a la omega, sino que su auto solo había estado en el lugar y momento equivocado.
—Hana, iré tan pronto finalice esta llamada, puedes esperar o decirle a un guardia que te acompañe en lo que termino.
—De acuerdo, lo veo allá.

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