ANGELS

CAPITULO 3

– deja de llorar maldita mierda- siguió golpeándome más y más hasta que ya no pude más y sentí que empezaba a perder el conocimiento, hasta que escuché una voz.

-Ey detente carajo, que acaso no vez que no se está curando, si sigues así va a morir y lo necesitamos vivo. –

Empecé a abrir ligeramente mis ojos cuando sentí pequeñas cosquillas en mi pierna, de lo poco que había empezado a notar estaba oscuro, muy oscuro, pude vislumbrar un pequeño ventanal que se encontraba a unos metros de mí, la luz de la luna apenas entraba ya que la espesa nieve empezaba a cubrir las ventanas, no recordaba que hacía horas que había empezado la nieve en algunas zonas.

Apenas y note que ya podía mover mis brazos, con clama trate de levantarme ya que sentía un dolor horrible en mis alas, ya cuando pude recobrar la compostura. Mis ojos se acostumbraron a la poca iluminación del ambiente, pero no podía ver ningún mueble cerca de mí solo unas escaleras, arriba estaban unas habitaciones una de ellas tenia la puerta entre abierta, pero trate de no prestarle atención. De pronto pude sentir que alguien acariciaba mi cabello, volteé la cabeza arriba con un poco de miedo.

cuando vi hacia arriba vi al chico que me había maltratado antes, el que me dijo esas cosas hirientes, -AAAAAAAAAHG- grité, pero no pude ni terminar de gritar cuando el tapo mi boca con una de sus manos.

él estaba boca abajo, viéndome directamente a los ojos como si estuviera retándome, de pronto desapareció de mi vista, cuando en un abrir y cerrar de ojos ya estaba parado frente a mi. me levantó de un tirón, sus uñas se hundieron en la base de mis alas, sentí un crujido húmedo.
– ¿Esto es lo que llaman la divinidad de un seraphin? Patético. -
podía sentir la sangre bajar de mis alas hasta caer al suelo en un gran charco, trate de defenderme de su agarre y estire mis brazos para tratar de rasguñar su brazo, pero no funciono ya que con su mano libre tomo mis dos más y empezó a apretarlas hasta que pude escuchar un crujido desgarrador, mis muñecas se habían roto -AAAAAAAAAAAAAAHGAAAAAAAA- grite tan fuerte como pude, el hueso roto había desgarrado mi piel haciendo que el dolor fuera insoportable.

Me soltó inmediatamente, pero no hizo nada solo me observo como si estuviera tratando de analizarme, mis gestos, mis gritos, mis sollozos, todo. Pude ver como se alejaba de mí, quizás para limpiar sus manos las cuales estaban ensangrentadas, pero yo solo me quede ahí tirado en el suelo con un dolor horrible en todo el cuerpo. Había empezado a temblar, no entendía por qué... por qué no podía dejar de temblar. No era el frío, era algo más profundo. Era el miedo de saber que no tenía a dónde huir, ni siquiera dentro de mí mismo. Eso empezaba a traerme viejos recuerdos a la mente

...

Nunca entendí por qué me dolía más cuando no me golpeaban.
Cuando las manos no me arrastraban por el suelo, cuando los cuchillos estaban lejos... era cuando más miedo tenía. Porque sabía que venía algo peor: el silencio. Ese vacío en el que todos sabían que yo iba a morir, pero ninguno se atrevía a mirarme a los ojos.
—es necesario, Leviatán —decían los sacerdotes—. No por lo que eres, sino por lo que puedes aguantar.

-maldigo el día en el que naciste hijo, supe que ibas a representar cosas malas, pero aun así no te mate agradécelo-

Yo tenía seis años cuando aprendí a no llorar. ocho cuando dejé de hablar. A los once, ya ni siquiera quería saber en qué rango divino pertenecería.
A esa edad, los demás niños tenían familia. Yo tenía cadenas y un propósito: sufrir por mi nombre y porque era la representación de aquello.
El altar no olía a incienso. Olía a miedo seco, a sangre que ya nadie limpiaba.

NOTA DE LA AUTORA

HOLAAAA y perdón por actualizar tarde esta vez no tuve ayuda para actualizar el cap y se me hizo muy difícil

La próxima semana la actualización será tarde lo más probable es el sábado ya que está semana y la otra son de mucho estrés para mi

Gracias por mucho perdon por nada