A Kami le fue mejor de lo que pensaba (¡había logrado tener un amigo!). La verdad es que ella nunca le había atraído la idea de tener amigos desde que se burlaron de ella cuando era una niña. Parece que se había saltado de una gran y esencial parte de su vida. Ella dejó de intentar sobre todo porque todos sus esfuerzos siempre terminaban igual: primero trataba de acercarse a la gente, luego trataba de hablar, después ella creía que había logrado tener un amigo... pero resulta que a veces solo les interesaba saber algo sobre su cabello verde pálido o simplemente no querían que ella fuese su amiga. Tanto haber fracasado le quitaron las ganas y empezaron poco después los problemas escolares.

Pero esta vez era diferente, Nicolás se sentía un poco como Kami, era un chico en un lugar desconocido en su rutina. La verdad es que a Kami le caía bien Nicolás. Sus padres se habían separado hace tiempo y él estaba bien en ese momento, pero después su mamá tuvo que mudarse y desde entonces sólo puede ver a su papá por video llamada, al menos hasta navidad, por esas fechas debe viajar hasta donde vive su papá a quedarse el resto del año. La verdad es que a Kami le preocupaba que su amigo se fuera, pero él le dijo que podían hablar por internet o video chat, en esta época la distancia ya no era un problema.

Los días fueron pasando y Kami se sentía cada vez mucho mejor. Nicolás era un gran amigo y ellos dos hacían todo juntos. Con su amistad, nada les parecía imposible, ¡ni siquiera el año escolar! Lo único no tan genial era esa chica engreída que le caía tan mal a Kami, parecía que ella quería separar a Kami y Nicolás y eso era algo que Kami odiaba, entonces por el momento no le intereso saber su nombre. Sus profesores tampoco eran tan malos, sólo eran estrictos.

Cuando llegó el cumpleaños número 16 de Kami (porque, aunque antes ella se declaraba como de 16 sólo tenía 15 y unos meses en realidad), Kami invitó a Nicolás a su casa para celebrar junto a su familia. También había invitado a algunos chicos y chicas de su clase que le parecía agradables. Fue una fiesta sencilla: comieron pastel, jugaron un poco... lo que en general se hace en una fiesta...

Nicolás y los demás invitados se fueron un poco tarde. Kami fue entonces a su habitación a abrir sus regalos. Ella recibió, por parte de Nicolás, una pulsera con un dije de "mejores amigos por siempre", otros parientes le dieron ropa y otras cosas. Kami entonces estaba cansada y se fue a dormir (no antes de ponerse su anillo de luna creciente).

Ella tuvo otra vez ese mismo sueño, pero esta vez recordaba algo de lo que veía... Unas estrellas... la luna... y un templo...

Kami despertó a la mañana siguiente angustiada por alguna razón. Ese día se levantó tarde (pues era sábado), 8 am. Desayunó lo de siempre y se fue a seguir su rutina matutina. Ella se había peinado igual que todos los días y esta vez se puso una camisa a rayas en diagonal (derecha superior a izquierda inferior) que tenían un patrón de tres colores: un azul algo violeta, azul verdoso y azul claro, acompañado de sus tenis blancos y blue jean.

Kami decidió salir a dar un paseo al parque, ¿tal vez encontraría a Nicolás?

Esa era una mañana fría, anunciando dentro de poco el otoño; no faltaba mucho antes de que Nicolás se fuera. Kami se sentó en una banca del parque a esperar que algo pasará (más bien, simplemente estaba aburrida, ¿qué podría pasar si sólo se queda ahí sentada sin hacer nada? Tal vez mejor no preguntaba).

Poco después ella se sintió observada, miró a su alrededor para ver si había alguien, pero no lograba ver a nadie...

A ella le inquietó esto y se fue yendo a su casa.

Kami caminó varias calles cuando sintió esa sensación de estar observada otra vez... Kami empezó a correr... cuando llegó a la esquina de la calle comenzó a ver si había alguien, no había nadie... corrección: no había nadie hasta que un hombre de unos 30 años, cabello marrón claro, piel pálida y ojos grises se acercaba a Kami. Kami continuó su ruta, tratando de ignorar a ese individuo. El hombre cuando la vio alejarse le empezó a decir desde lejos:"¡Oye, espera!". Kami empezó a correr más rápido y este hombre la empezó a seguir. Más adelante, Kami giró entre un callejón y con este viejo truco derrumbó al hombre con una zancadilla.

—¡¿Quién es usted y qué quiere?! —le dijo ella.

—Per... perdone, pero necesito hablar con usted...

—¿Nos conocemos?

—No, pero si conozco a su madre.

—¿Ah sí? ¿Cómo es que se llama?

—Selena–

—¡Mal! ¡Su nombre es Linda, Linda Jason! ¡Ahora aléjese o llamaré a la policía!

—¡Espere! No lo entiende, ella no es su verdadera madre, usted fue adoptada después de haber sido separada de su verdadera madre.

—¿Qué? Es ridículo, ahora si me disculpa, voy a irme. Usted, señor, debería hacer lo mismo antes de que venga la policía...

—¡No lo sabe, pero está en peligro! ¡Usted y toda la humanidad! ¡Sólo escúcheme!

Kami empezó a alejarse con paso decidido, dejando al hombre atrás. Ese sí que era un extraño personaje, al menos no parecía querer hacerle daño, sólo está un poco fuera de lugar.

Al volver a su casa pensó en todo lo que había ocurrido. Ya cayendo la noche, alguien tocó a la puerta. Para la sorpresa de Kami, era él, ese hombre que la había seguido. Los padres de Kami empezaron a hablar con él y lo dejaron pasar. Kami bajó las escaleras de su habitación en silencio para oír lo que decían:

—Señores Jason, —empezó el hombre— he venido aquí para tratar un asunto de suprema importancia. Soy Stuart Shine, he venido aquí porque su hija tiene 16 años y por esto está en peligro...

—Espere —dijo Jaime—. ¿Qué?

—Supongo que ustedes saben bien que Kami no es su hija biológica, ¿me equivoco?

—No... no se equivoca —dijo Linda.

—Por eso he venido aquí, para llevar a Kami con su madre antes de que una terrible catástrofe ocurra...

—Esperen, ¡¿qué?! —dijo Kami, irrumpiendo en la conversación—. ¡Creí que era su hija! Además, ¡no confío en un hombre que ni siquiera conozco!

—Sé que puede ser confuso, pero te puedo explicar los detalles después. Por ahora sólo te diré que tu madre, Selena, no sabe que estas aquí y tienes que ir con ella antes de que lo inevitable ocurra...

—¿Cómo puedo creerte?

—Ese anillo que tenías puesto lo tienes desde que eras niña, ¿no? Pero lo que no sabías es que lo tenías desde mucho antes, ¿me equivocó, señores Jason?

—No —respondió Linda—. Kami tenía ese anillo cuando la adoptamos, pero sólo se lo dimos años después.

—¡¿Mamá?! ¿Es verdad lo que me dicen? ¡¿Y cómo puedes saber eso?!

—Yo —procedió Stuart—, conocí a tu madre y te conocí cuando eras apenas una bebé, ya te contaré eso, ¡tienes que confiar en mí!

Kami lo pensó un momento, ¡no podía confiar en un extraño que llegó así como así a su casa! Pero algo le decía que tenía que hacerlo... Kami aceptó ir con él pero tomó muchas precauciones... Stuart le pidió a Kami que vayan los padres de Kami para hablar.

—Lo que estoy a punto de decir es difícil de entender, sólo trata de creerme y no considerarme un demente o algo así... Tu madre es la encarnación de la luna...

—¡¿Qué se supone que significa eso?!

—Te explicaré: existen seres con poderes increíbles pero secretos, tu madre es la luna, ella gobierna a las estrellas. Ambos son Inmortales, pues su magia les permite recuperarse de la edad o heridas. Entonces podemos decir que son dioses (aunque no sea así).

—Está bien...

—Déjame continuar: hay varias estrellas que tratan de derrocar a Selena. Iban a provocar una guerra con el sol, Solaris, como en los días de antaño, antes del tratado de paz que llevó al horario de los atardeceres y anocheceres. Cuando naciste, esas estrellas trataron de matarte para inculpar a Solaris y empezar la guerra, pero un grupo de estrellas leales los detuvo y te escondió para que estes protegida. Yo era uno de ellos, pero me inculparon de tratar de haber hecho ese crimen, me sentenciaron a ser un mortal... ¡Si Selena no fuera tan benevolente me hubiera convertido en polvo de estrella!

—Ok...

—En fin, había un hechizo que te protegía, pero se ha roto con tus 16 años porque a esta época empezarás a tener poderes. ¡Tenemos que llevarte con Selena para demostrar que no fuiste secuestrada por Solaris durante todos estos años o habrá una guerra que destruirá la Tierra!

—Bueno, esa fue una linda historia, pero no creo que llegue muy lejos. Adiós.

—Puedo probarlo, dame tu anillo.

Kami le dio el anillo de luna a Stuart. Ella no sabía lo que él le había hecho pero empezó a brillar, después un rayo de luz apunto hacia donde estaba la luna.

—El templo de la luna, nos llevará a la ciudadela celeste... Si aceptas, claro —dijo Stuart.

Kami lo pensó un momento y al final decidió ir. Se lo contó a sus padres y empacó algunas cosas en una mochila. Se despidió de ellos y se fue a la aventura.

Todo lo que ocurría era muy extraño, era la hija de un ser sobrenatural y debía ir a encontrarla antes de que comience una guerra.

—Tenemos que llegar antes de luna nueva, el portal no se abrirá en ese tiempo —mencionó Stuart.