Kami y Stuart tomaron un corto desayuno antes de partir. Pagaron la estadía de la noche anterior y se fueron caminando. Iban a tardar mucho caminando, pensaba Kami, sin embargo, ella no sabía a donde se dirigían! Stuart respondió:

—¡Al templo de la luna obviamente! ¿Qué no escuchaste? Ahí podremos llegar hasta la ciudadela celeste, donde vive tu madre. Es verdad que queda algo lejos, ¡pero no podemos rendirnos ahora! ¡Debemos llegar antes de que los traidores se den cuenta de que no morimos durante el accidente, nos encuentren, nos maten y le cuenten todo a Selena, provocando así una segura guerra del fin del mundo!

¡Qué reconfortante! ¿No?

Kami y Stuart al final estaban muy cansados de caminar y caminar. Kami tuvo que resistir a la tentación de usar sus poderes y continuar el trayecto flotando, si alguien la veía flotar mágicamente les daría a los traidores una pista de su ubicación. Tomaron una pausa al lado de la carretera (pausa que duro solo 5 minutos) y continuaron el trayecto.

Pasaron 3 horas y habían llegado a un pueblo llamado "Terranova", un pueblo que Kami no conocía. Stuart le explicó que originalmente el pueblo llevaba el nombre de la diosa de la Tierra, Terranova, que significaba "Tierra Nueva". A ella le habían puesto ese nombre cuando sus padres (que eran mortales, porque originalmente los primeros dioses nacieron con una habilidad especial entre los mortales) y otros habitantes encontraron el lugar perfecto para la creación de su pueblo. Se decía que su templo se encontraba cerca de ese lugar.

Era casi de noche y Kami quería dormir un poco. Sin embargo, Stuart le insistió que debían ir a buscar la ayuda de Terranova para llegar al templo de la luna más rápido o al menos buscar protección de la diosa. Entonces fueron a la casa de un habitante del pueblo que decía saber algo de una antigua cultura que desapareció hace años que construyó el templo. No muchos le creían pero Stuart sabía que la existencia del templo no era una locura del anciano hombre.

Compraron un mapa y se adentraron en lo más profundo del bosque.

El bosque estaba lleno de plantas y arbustos únicos que lo hacían parecer una auténtica selva. Kami estaba preocupada, podría haber animales o insectos peligrosos, o podrían aparecer los traidores... También le preocupaba caer en un foso o algo porque estaba oscuro, sin embargo, ella se dio cuenta de que entre más avanzaban podía ver cada vez mejor en la oscuridad, posiblemente por ser la hija de la luna. Stuart parecía más molesto que Kami, él no podía ver en la oscuridad, pues había perdido sus poderes, de modo que Kami le ayudaba cuando lo necesitaba.

Unas dos horas más tarde, llegaron a un claro abierto. La luna llena estaba en un punto muy alto y se podían ver un cielo despejado repleto de estrellas, cosa que no era nada fácil ver en la ciudad por la llamada "contaminación de la luz", que evitaba que el brillo de las lejanas estrellas sea superior al de las luces más cercanas. Kami nunca había podido lograr ver algo así antes, casi nunca salía de la ciudad y cuando lo hacía se quedaba dormida por la noche (lo cual resulta ser irónico, pues su madre es la luna). Luego de admirar el cielo, vieron lo que parecía ser un templo, tenía una estructura que a Kami le recordaba mucho a las pirámides aztecas, pero llena de plantas que hacían ver la piedra más oscura de lo que podía ser.

Stuart estaba muy cansado y se sentó sobre una piedra que podía ser parte de ese templo en ruinas. Kami, por su parte, quería explorar el interior del templo y conocer a Terranova, nunca había visto un dios antes y debía tener una idea de cómo debía actuar cuando se encontrara a su madre.

Kami entró al templo sin que Stuart se diera cuenta. Adentro del templo era casi tan desgastado como afuera, lleno de plantas que cubrían signos extraños (seguramente era el lenguaje que aquella antigua cultura hablaba). Kami siguió caminando hasta que escuchó una voz que parecía cantar. Ella siguió la voz hasta encontrarse en un jardín con una fuente llena de plantas como nenúfares y peces, el agua de ese pequeño estanque venía de lo que parecía una pequeña cascada. También había muchas aves pero no encontró nadie más.

Kami estaba confundida, ¿Dónde estaba Terranova? ¿Ella estaba cantando en ese lugar hace un momento? ¿Entonces porque se fue? De pronto, se dio cuenta que algunas lianas y enredaderas habían enrollado sus piernas, impidiéndole caminar o huir (ella sabía que eso no era bueno). Luego terminó colgada boca abajo y apareció una mujer joven con plantas y flores en su cabello castaño y vestida de un largo vestido verde, ella le habló a Kami:

—¿Quién eres tú y que haces irrumpiendo en este lugar sagrado?

—Soy Kami Jason y solo buscaba el templo de Terranova.

—¡Yo soy Terranova, diosa de la Tierra!

—Sí, creo que es un poco obvio, con todo tu aspecto verde, las plantas y eso...

—¿Para qué querías venir aquí?

—Pues, yo venía con un amigo (bueno, en realidad lo acabo de conocer) e íbamos al templo de la luna antes de que nos maten y...

—¿Para qué quieres ir al templo de la luna? Espera un segundo...

Terranova observó con claridad a Kami y entonces, con un leve movimiento de su mano, las lianas soltaron a Kami y la dejó en el suelo. Luego adoptó una expresión más amistosa y volvió a hablarle a Kami:

—¡Pero claro! ¡Tú eres la hija de Selena, Eclipsa!

—Sí, así es, aunque prefiero que me llamen Kami.

—Claro. ¡Me sorprende que estes aquí, llegas en el momento perfecto! Selena y Solaris parece que siempre están peleando, acabaran con la vida de mi hermosa Tierra, ¡Debes evitarlo!¡Ve con tu madre y resuélvelo!

—Justamente por eso estoy aquí, necesitamos llegar al templo de la luna y rápido, ¡nos persiguen unas estrellas traidoras que quieren matarnos para evitar que evitemos la guerra! ¿Cómo puedes ayudarnos?

—¡No te preocupes, Kami! ¡Yo tratare de protegerlos esta noche y todo su trayecto hasta el templo! ¿Con quién viajas?

—Su nombre es Stuart y era una estrella, pero lo inculparon de ser un traidor también y perdió sus poderes.

Justo en ese momento llegó Stuart. Terranova y Kami le dieron un pequeño resumen de lo que había ocurrido, después fueron a dormir mientras Terranova vigilaba el templo. Los traidores sabían que no podían atacarlos mientras Terranova los protegía, debían esperar.