Please note that Tapas no longer supports Internet Explorer.
We recommend upgrading to the latest Microsoft Edge, Google Chrome, or Firefox.
Home
Comics
Novels
Community
Mature
More
Help Discord Forums Newsfeed Contact Merch Shop
Publish
Home
Comics
Novels
Community
Mature
More
Help Discord Forums Newsfeed Contact Merch Shop
__anonymous__
__anonymous__
0
  • Publish
  • Ink shop
  • Redeem code
  • Settings
  • Log out

Condenada Obsesión [OMEGAVERSE]

Capítulo 4 - parte uno

Capítulo 4 - parte uno

Sep 19, 2025

El fin de curso había llegado. 

La fachada lucía un enorme cartel conmemorando dicho día. Los pasillos se encontraban bellamente decorados, en especial el salón de actos que daba al jardín principal donde se había dispuesto un pequeño escenario para qué los jóvenes del último año pudiesen sacarse las fotos con un fondo particular. 

Leo se encontraba mirando el salón de actos, tras la entrega de diplomas la mayoría se había retirado al jardín, el moreno se había quedado allí solo, disfrutando del silencio en aquel lugar. Habían invertido tanto tiempo en la preparación de aquel evento de fin de curso, y se había pasado tan rápido. No era una persona que crease vínculos con los lugares físicos, sin embargo echaría de menos las instalaciones. Era una edificación relativamente antigua, y Leo disfrutaba de todo lo que el resto criticaba; de los pasillos infinitos, los techos altos, las pinturas y el suelo de madera con acabado lujoso. Ese día en particular todo el instituto parecía poseer un brillo especial, ya qué las chicas habían llevado vestidos especiales para la ocasión y los chicos iban todos de traje. En aquel salón, el joven observaba con satisfacción y cierta tristeza los retratos de los 3 alumnos premiados. Naturalmente el primero era él por ser el segundo en la historia de la institución en mantener el mejor promedio del colegio durante los cinco años consecutivos, así como haber sido uno de los primeros en ser otorgado el título de Supervisor Junior. Así mismo había contribuido a la reputación del colegio con las múltiples competencias qué había ganado en diversas disciplinas.

Llevaba debajo del brazo una enorme carpeta de cuero forrado con todos los certificados que había acumulado así como varias referencias para acompañar su currículum, algo que el equipo directivo había preparado con especial atención.

Si realmente se confirmaba que su subgénero fuese beta, podría aspirar a un puesto como juez estatal, o en otras profesiones relacionadas con el campo legal. Eran puestos de mucho prestigio y excelentemente pagos. Eran carreras de alta exigencia aunque en su caso, eso simplemente lo motivaba más. Si por el contrario resultaba ser alfa, le quedaba el campo de la política y el empresarial. Posiblemente este último, la política no iba mucho con su estilo que solía ser más práctico. También se encontraba el campo de la medicina donde se podían desempeñar todos los subgéneros de forma exitosa, sin embargo, incluso en ese sector había una mayoría de betas. Como alfa, lamentablemente, no tendría acceso a casi ningún puesto de prestigio en la justicia, estaban reservados a los betas para asegurar procesos y decisiones libres de posibles coerciones. Sinceramente estos últimos, pese a tener problemas en lo respectivo a formar pareja y familia, en el ámbito profesional tenían la mayor cantidad de puestos de privilegios a disposición. 

 

El tumulto del jardín se había vuelto lo suficientemente bullicioso como para arrancarlo de sus pensamientos. Dirigió su mirada hacía afuera y vio a través de los grandes ventanales al grupo de los compañeros que se divertían arrojándose con bebidas mutuamente. Sus ojos se fijaron inevitablemente en Jared.

Sintió el pulso acelerarse y una debilidad en las piernas, lo vio riéndose con el blazer del traje azul marino abierto, llevaba la camisa celeste levemente abierta y mojada por el juego qué estaban haciendo. Tenía el cabello revuelto, y las mejillas sonrojadas mientras se reía. Sin pensarlo demasiado, buscó su celular, lo enfocó, y le sacó una foto desde la distancia. Guardó rápidamente su teléfono. Por unos breves segundos, lo recordó debajo su cuerpo, con el cabello húmedo, los ojos oscuros por el rut, y el hombro sangrante siendo completamente suyo.

“Aunque haya sido por unas horas, fue solamente mio, debo quedarme con eso.” Pensó.

Volvió a sentirse muy triste. Desde la noche que habían pasado juntos se había dado cuenta de qué el amor qué sentía se había profundizado, no había contado con el hecho de que pasar de lo platónico a lo físico pudiese afectarlo tanto. Muchas veces lo miraba durante el día y pensaba, erróneamente, “es mio”. No lo era, nunca fue realmente suyo, y el fortuito encuentro se lo tenía que agradecer a Clara. Sin su baño de feromonas no habría sido posible. 

Unos pasos detrás suyo lo sobresaltaron, en el salón desierto una figura que conocía demasiado bien se acercaba. Parece que la había invocado al recordar dicha escena. Llevaba el cabello recogido en un peinado finísimo y su cabeza estaba decorada con una triana digna de alguien de la realeza. 

Clara se detuvo a unos pasos, y le sonrió con una expresión dulce, tanto qué por un momento sintió un inmenso vacío existencial.

—No quería irme sin despedirme. —miró por encima del hombro de Leo, y este de repente se sintió desnudo ante ella. —Jared no es un mal chico, pero no merece que lo mires con esos ojos. 

Leo bajó la mirada. Se dio cuenta de qué llevaba mucho tiempo necesitando a alguien con quién hablar de todo lo que le estaba pasando. No lo iba a hacer pero agradecía que su amor no fuese invisible. 

En voz baja, respondió:

—Ojala fuese tan fácil dejar de sentir esto que siento.

Alguien llamó a Clara, Leo dirigió su mirada hacía allí, en la entrada del salón una joven en traje negro, melena del mismo color y ojos color miel, la llamó. No había necesidad de preguntar quién era, su presencia era claramente alfa. 

El rostro de Clara se iluminó y sus mejillas se sonrojaron levemente.

—Me tengo que ir. — dejó escapar una risita inocente. Leo se sorprendió de ver cómo la gente podía comportarse al estar enamorada —Al final no vas a necesitar ir a la fiesta.

Se giró y dejó el salón.

Leo se odió a si mismo por sentir la envidia que sintió en ese momento.

Sacó su celular y miró las fotos que había hecho, quizás debería borrarlas. Las deslizó lentamente, pero no pudo hacerlo. Guardó el celular de nuevo y salió rumbo al jardín. Jared lo llamó a los gritos y antes de que pudiese siquiera responder lo sintió encima suyo. Tenía la costumbre de querer treparse a su espalda.

—AY Jared, basta ya! 

Escuchó los gritos, y vio qué North estaba trepado en la espalda de otro de sus compañeros. Masculló algo por lo bajo y le hizo señas a Jared para que se subiese. A Leo se le antojó algo digno de ver, eran dos hombres de más de un metro ochenta jugando a los caballitos pero la expresión de felicidad de Jared lo valió. A veces se le antojaba que era como niño pequeño, tenía la misma inocencia cuando no estaba en modo alfa.

Claramente en la batalla ganaron contra todos los contrincantes, terminando todos tirados en el césped, sudados. North fue el primero en levantarse, comenzaron a pelearse por los puntos. Leo solo podía pensar en qué Jared todavía tenía su brazo enganchado a su cintura y antes de fuese demasiado alarmante la situación, se zafó con la excusa de ir a buscar agua. Cuando volvió con la botella de agua, Jared lo arrastró al rincón donde se sacaban las fotos y le pidió a North qué les sacase una, le pasó el brazo por los hombros y como de costumbre, pegó su rostro al suyo. Leo estaba tan incómodo queempezó a reírse de forma nerviosa. Ambos lo miraron sorprendidos, Leo solía ser extremadamente serio.

Se sintió expuesto y juzgado.

—Es el último día, ¿no me puedo reir?

Tanto Jared como North se burlaron hasta que finalmente llegó la hora de despedirse, era tarde.

—¿Vamos a comer algo?—propusó North

Leo negó con la cabeza

—No puedo. Quede con mí familia para salir a comer. Insistieron en celebrar.

Jared lo miró, con una expresión curiosa.

—¿Qué vas a hacer ahora que no tienes nada para estudiar?

Leo respondió seriamente

—¿Cómo qué no? Me estoy preparando para el primer año de la universidad. Es mejor ir adelantando material.

Ambos lo miraron, perplejos.

Leo estaba exagerando, era verdad que tenía material aunque no pensaba leerlo todo en la pausa de verano, tampoco estaba loco. Pero no quería que lo estuviesen contactando para salidas de miércoles a domingo, porque ya sabía muy bien como eran ambos dos. 

Se despidió rápidamente y no había hecho ni 200 mts cuando en el grupo que tenían en el chat, ya habían comenzado a planear la próxima salida. Leo sacudió la cabeza, resignado.

La verdad es qué quería intentar poner un poco de distancia entre el alfa y él. Aparte también tenía otras preocupaciones de las cuales no había hablado con nadie, salvo con su mamá.

 

Una semana más tarde ya se encontraba en la consulta del especialista endocrino. 

Había estado buscando arduamente un especialista privado para poder realizar una consulta extensa. Su madre había estado de acuerdo.

Había escuchado hablar muchísimo de la especialista a la cual estaba a punto de conocer, era una doctora que estaba realizando algunos estudios importantes e innovadores en el tema de las feromonas y en su caso en particular, tanto él como su familia coincidían en qué nada los había ayudado y llevar 18 años con un diagnóstico poco claro y sin saber su subgénero era una auténtica locura. Su madre había insistido en acompañarlo pero Leo se había negado, prefería hablar a solas, principalmente porque también otras preguntas importantes. Tampoco le había dado información específica del hospital, era terriblemente celoso de su intimidad y su madre, que se había convertido en un poco sobreprotectora desde el fallecimiento de su padre, podía ser un poco invasiva cuando se preocupaba por la salud de su hijo.

Previo a la consulta le habían sacado sangre, y le habían realizado una resonancia. No podía explicar en palabras, pero sabía que su cuerpo estaba cambiando y estaba seguro de que finalmente podrían decirle cuál sería su subgénero. Estaba ansioso por conocer los resultados.

Cuando lo llamaron por su nombre, en aquel pasillo tan hostil sintió qué el corazón se le salía de la boca.

La doctora lo hizo pasar. Era una mujer que se veía bastante joven para el largo historial de especializaciones que ostentaba, sin embargo al hablar se notaba que aquel era su campo de especialización. 

Lo miró desde detrás del escritorio, tenía una mirada severa.

—Supongo Sr. Candem, que quiere saber su subgénero y voy a tener qué decepcionarlo porque en base a su historial clínico, los valores en sangre y la resonancia, no puedo afirmar con seguridad que sea beta, aunque las posibilidades son realmente altas. Su nivel de feromonas es relativamente bajo, aunque si comparamos los valores de este estudio de sangre con el de hace 2 años, hubo una leve modificación. Las feromonas, aunque pocas, son más fuertes.

¿Ha tenido algún tipo de encuentro con un alfa dominante?

Leo enrojeció, asintiendo.

—Ultra dominante.

—Eso es extraño, y ¿pudo tener relaciones con el alfa? En un caso típico, las feromonas ultra dominantes pueden resultar toxicas para un beta, pudiendo provocar nauseas, mareos, dolores de cabeza e incluso perdida del conocimiento.

Leo asintió.

—Así fue exactamente cómo me sentí. Aunque …—se tapó la cara con ambas manos— mejoró después de que…lo …mordí.

La doctora lo miró sorprendida y le sonrió.

—No tiene por qué avergonzarse, su instinto de supervivencia lo salvó en esa situación—le dibujó un círculo en un papel con flechas movilizándose— al causarle una herida, el sistema del alfa se resetea por unos instantes. Los ultra dominantes tienen un capacidad de recuperación de hasta tres veces más rápida que un alfa común. Por ende, el sistema se resetea para detener el sangrado y de esa forma las feromonas se estabilizan. Es un método que a menudo se les enseña a los omegas. 

Leo recordó en ese momento el ataque con el compas. Era algo que escuchaba por primera vez. Efectivamente el representante de la clase de Clara era omega.

La doctora continuó:

—Aunque parece un método infalible e incluso casi inocuo para los alfas ultra dominantes, estos suelen tener conflictos para analizar una verdadera situación de riesgo, y algunos sufren de heridas fatales que desestiman hasta que es demasiado tarde. 



-cont-

darkaquarius
darkaquarius

Creator

Comments (2)

See all
sn826394
sn826394

Top comment

Solo dire protejan a leo 🥺😭

1

Add a comment

Recommendation for you

  • Silence | book 2

    Recommendation

    Silence | book 2

    LGBTQ+ 32.2k likes

  • Secunda

    Recommendation

    Secunda

    Romance Fantasy 43.1k likes

  • The Sum of our Parts

    Recommendation

    The Sum of our Parts

    BL 8.6k likes

  • Find Me

    Recommendation

    Find Me

    Romance 4.8k likes

  • What Makes a Monster

    Recommendation

    What Makes a Monster

    BL 75.1k likes

  • Siena (Forestfolk, Book 1)

    Recommendation

    Siena (Forestfolk, Book 1)

    Fantasy 8.3k likes

  • feeling lucky

    Feeling lucky

    Random series you may like

Condenada Obsesión [OMEGAVERSE]
Condenada Obsesión [OMEGAVERSE]

804 views18 subscribers

Leo, un joven en la cúspide de su carrera, ha dedicado su vida a la lógica, la estrategia y a mantener su subgénero indefinido bajo control. Considerado un beta por los médicos, su camino hacia una prestigiosa carrera en leyes parece claro y sin desvíos. Pero su mayor desafío no es un tribunal, sino Jared el alfa dominante y ultraproblemático que ha jurado dominar, y a quien Leo secretamente ha amado desde la adolescencia.
En este Omegaverse donde las reglas de las biología y el destino se reescriben, ¿podrán Leo y Jared encontrar un camino de regreso el uno al otro, o sus subgéneros, y su pasado terminaran por consumirlos para siempre?
Subscribe

26 episodes

Capítulo 4 - parte uno

Capítulo 4 - parte uno

41 views 2 likes 2 comments


Style
More
Like
List
Comment

Prev
Next

Full
Exit
2
2
Prev
Next