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rescribiendo lazos de sangre

capitulo 13 conociendo a mi hermanito terco

capitulo 13 conociendo a mi hermanito terco

Nov 12, 2025

Kaius no sabía qué diablos había pasado.
Se quedó parado en el estacionamiento del hospital, invisible para el mundo, con las manos aún temblando por la adrenalina que corría por sus venas. Su mente giraba en círculos, tratando de encontrar alguna explicación 
Durante el último año había trabajado en su autocontrol. Había aprendido a reconocer sus emociones explosivas antes de que se manifestaran, a canalizarlas a través de la magia de manera controlada.
Había progresado tanto.
Sabía por los recuerdos del cuerpo tenía una actitud explosiva, como un volcán que amenazaba con erupcionar.  durante ese año, había logrado encontrar un equilibrio entre ambas personalidades.
¿Qué fue lo que pasó?
Se miró las manos. Todavía podía sentir el sabor metálico en su lengua, el recuerdo de los colmillos hundiéndose en carne tibia. Y la peor parte —la parte que realmente lo aterraba— era que en ese momento había sido... liberador.
Miró hacia el cielo a través de las luces del hospital. No era de noche cuando atacó a Joseph. Y según la historia que conocía, ese ataque debía haber sucedido días después de su llegada, no el mismo día.
Algo estaba mal. Muy mal.
Y para colmo, tendría que hacer que ese chico lo olvidara. 
Pero no tengo opción, se dijo con amargura.
El hospital era un edificio moderno de tres pisos, todo vidrio y metal brillante. El olor lo golpeó inmediatamente: desinfectante, enfermedad, miedo. Y debajo de todo eso, sangre. 
Kaius no entendia, no le molestaba el olor de la sangre era como si ese vampiro no fuera el mismo que ataco a joseph ahi estaba su control quisas eso significaban los puntos de infleccion 
Encontró a Emmet Faider en la sala de espera de urgencias, con la cabeza entre las manos. Su camisa blanca estaba manchada con sangre y sus manos temblaban visiblemente.

Se sentó en una silla vacía al otro lado de la sala, manteniendo su hechizo de invisibilidad activo. La magia era agotadora cuando se mantenía por períodos largos, pero  ya no se sentia tan agotado por la sangre del chico al que casi dreno.

Las horas pasaron. ya era de noche totalmente. Mientras esperaba, Kaius no podía dejar de preguntarse: ¿Por qué pasó esto?
sabia que tendria que matar personas y incluso a veces solo alimentarse de ellas se mentalizo durante un año para eso incluso ya habia matado en ese año claro que solo a personas malas pero eso no debia pasar hasta dentro de unos dias ademas desde que volvió al pueblo, se sentía más inestable.

¿Será que algo mas esta pasando?

En el momento en que ese pensamiento cruzó su mente, sintió ese dolor en el pecho nuevamente. Como si alguien hubiera clavado un puñal en su corazón. Una punzada tan aguda que casi gritó.
Y tan pronto como había llegado, desapareció.
¿Qué mierda?
salio de sus pensamientos cuando escuchó la puerta de urgencias abriéndose.
Y entonces los vio entrar.
Nicolas iba primero, Sus cabellos castaños despeinados, sus ojos verdes escaneando la habitación frenéticamente.

Detrás de él venía Ivana Forbes. Su cabello cobrizo brillaba bajo las luces fluorescentes. Sus ojos negros azabache expresaban preocupación que parecía genuina. Y detrás de ellas, sus dos amigas.

Kaius las observó acercarse a Emmet, y algo oscuro se retorció en su estómago.

—¡Emmet! —La voz de Ivana era alta, preocupada—. ¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Cómo está Joseph?

Kaius estudió su rostro. pero ya solo veia falcedad

penso para si mismo "mentirosa"

Emmet levantó la vista, sus ojos rojos e hinchados.

—No lo sé, Ivana. Solo lo dejé unos minutos y cuando regresé lo encontré en el cementerio. Había sangre por todos lados... —Su voz se quebró—. El doctor dice que tiene heridas en el cuello. Perdió mucha sangre. Dicen que casi le arrancan pedazos de carne.

Y fue entonces cuando Kaius lo notó.

Nicolas se puso rígido. Su piel se volvió del color de la nieve. Sus manos se cerraron en puños apretados, las uñas clavándose en sus palmas.

Él sabía. Por supuesto que sabía.

Kaius se alejó un poco. No podría hacer nada ahora, no con Nicolas y las chicas aquí.

Después de lo que sintió como una eternidad, un médico salió de las puertas de cirugía. 

—¿Familia de Joseph Faider?

Emmet saltó de su silla.

—Sí, soy su hermano. ¿Cómo está?

—La cirugía fue exitosa. Tuvo mucha suerte. 
Emmet se desplomó con alivio.

—¿Puedo verlo?

—Todavía no está consciente. Lo estamos moviendo a la habitación 247 en el segundo piso.

Kaius ya estaba en movimiento.

Se deslizó por los pasillos como una sombra, Encontró la habitación 247 fácilmente.

Esperó mientras trasladaban a Joseph, mientras las enfermeras lo conectaban a monitores. Esperó hasta que finalmente dejaron la habitación vacía.

Entonces sacó uno de sus cristales de transmutación. La pequeña gema azul pulsaba con luz suave en su palma. Canalizó su magia hacia ella, sintiendo cómo la energía fluía desde su centro 

La gema comenzó a brillar más intensamente, la luz azul expandiéndose para envolver su cuerpo como una segunda piel luminosa. Sintió el familiar cosquilleo de la transformación. Su apariencia cambió —no físicamente, pero la percepción sí.

Ahora cualquiera que lo mirara vería a un médico de mediana edad.

El verdadero doctor salió después de hacer una verificación. Kaius activó un hechizo de confusión menor —apenas un susurro de magia que nublaba los pensamientos— y llamó su atención.

—Doctor, ¿necesita algo más?

El médico parpadeó con confusión, pero asintió y se alejó.

Kaius entró a la habitación y cerró la puerta. Sus manos trazaron runas en el aire que brillaron con luz morada antes de asentarse en la puerta como una segunda capa invisible.

Un hechizo de bloqueo. La magia se entrelazó con la madera y el metal, creando una barrera impenetrable.

Joseph yacía en la cama, su cuello vendado con gasas manchadas de rojo. Kaius colocó su mano sobre su frente y cerró los ojos, concentrándose.

Canalizó su magia, visualizándola como hilos plateados que fluían desde su palma hacia el cerebro del chico. Los hilos se deslizaron más profundo, tocando sinapsis, despertando neuronas dormidas.

Afuera en el pasillo, escuchó voces acercándose. El sonido de alguien tratando de abrir la puerta.

Mierda.

Empujó más magia en el hechizo de despertar. Tenía que hacer esto rápido.

Vamos, vamos, despierta...

Finalmente, los párpados de Joseph comenzaron a moverse. Sus dedos se crisparon.

Y entonces abrió los ojos completamente, de golpe. Su mirada recorrió la habitación hasta posarse en Kaius.

Y reconoció.

El terror absoluto llenó sus ojos. Su boca se abrió para gritar.

Pero Kaius fue más rápido.

Sus manos se dispararon, una cubriendo la boca de Joseph, la otra agarrando su cabeza para forzarlo a mirar directamente a sus ojos.

—Mírame —susurró Kaius, su voz tomando ese tono bajo y resonante de la hipnosis vampírica

Los ojos rojos de Kaius comenzaron a brillar. Trazas de carmesí se arremolinaron en sus iris como humo, 

Cayó en el trance.

Kaius no tenía tiempo.

—Escúchame Olvidarás lo que pasó en el cementerio. Olvidarás mi cara, mi voz, mi existencia. Cuando te pregunten qué te atacó, dirás que no viste quién fue. No recordarás nada más. ¿Entiendes?

—si

—Cuando despiertes, estarás confundido pero tranquilo. Cooperarás con los médicos, pero no tendrás nada que decirles.

—si

Kaius ya había desactivado el cristal de transmutación y reactivado su invisibilidad completa. Desapareció de la vista,

Nicolas fue el primero en entrar se detuvo en el centro de la habitación, sus ojos escaneando cada rincón. Kaius podía ver cómo su nariz se fruncía, olfateando el aire.

Una vez afuera kaius, finalmente se permitió respirar.

La noche era profunda cuando finalmente se obligó a moverse hacia la mansión Lindverg.

Era hora.

La mansión estaba en la parte vieja del pueblo, escondida detrás de árboles antiguos. Era una construcción imponente de estilo victoriano, 

Kaius la había visto incontables veces en la serie. Pero estar parado frente a ella ahora...

Era diferente. Era real.

La puerta principal no estaba cerrada. Nicolas nunca cerraba con llave. Kaius empujó la puerta, que se abrió

El interior era exactamente como lo recordaba. El gran vestíbulo, la escalera curva, los retratos de ancestros muertos. pero era mucho mas ahora.

el había crecido aquí. Había corrido por estos pasillos. Había sido golpeado en ese vestíbulo. Había sangrado en estas escaleras.

Se obligó a apartar esos pensamientos horribles de si mismo

Se dirigió a la sala principal. encendió la chimenea. Las llamas brotaron a la vida, 
Se acomodó en uno de los sillones de cuero, se sento y esperó.
No tuvo que esperar mucho.
Escuchó el sonido de un auto. La puerta abriéndose.

Los pasos eran más lentos ahora, cautelosos.
Y entonces Nicolas apareció en el umbral.
Kaius no dijo nada por un momento. Solo lo miró, estudiando al hermano menor.

El silencio se estiró entre ellos.

Y entonces Kaius decidió romperlo.

—Sabes, Nico —dijo con voz suave, con tono burlón—. No te queda bien jugar al adolescente.

Nicolas brincó, sus ojos buscando frenéticamente la fuente de la voz. Corrió hacia los interruptores con velocidad vampírica

Las luces se encendieron.

Y ahí estaba Kaius, reclinado en el sillón con una sonrisa que era más mueca de depredador que expresión de calidez era hora de actuar.

—Kaius —Nicolas apenas susurró el nombre.

La expresión en su rostro era compleja: shock y miedo 
Kaius se levantó del sillón y comenzó a caminar por la sala, sus dedos rozando los muebles.

—Después de setenta años —dijo finalmente—, ¿solo dices mi nombre? ¿Qué tal un "hola, hermano, cómo has estado"? Y yo te diría "bien, algo ocupado pero por fin pude venir a verte". —Hizo una pausa, para mirar a Nicolas con esa sonrisa de gato—. Así que, ¿qué tal un abrazo para tu hermano mayor?

El sarcasmo era tan grueso que casi se podía cortar.

Nicolas se notaba incómodo, su cuerpo tenso.

—¿Por qué estás aquí?

Kaius continuó, tocando objetos como si fuera un museo.

—Extrañaba mi casa —dijo con el mismo tono burlon—. Y a ti.

Nicolas no se lo creia.

—Tú y yo sabemos que odias este lugar. Demasiado aburrido para ti.

—He estado ocupado, como te dije.

Nicolas se acercó un paso, su voz más seria.

—Ese chico. Está vivo. Te has oxidado o que paso?

Kaius se detuvo, girándose para enfrentar a su hermano.

—Tú sabes que jamás me pasa eso. Si dejo a alguien vivo, es por algo. no es mi problema. Y lo sabes, ¿verdad? A mí no me importa que me descubran.

El desafío en su voz era claro.

Nicolas dio otro paso hacia adelante, con frustración.

—¿Por qué ahora?

Kaius pensó en qué había dicho en ese momento. Pero su mente se quedó en blanco.

—¿No me lo dirás? —Nicolas se rio sin humor—. ¿Qué pasa, ahora eres tímido con tus planes?

Esa burla despertó algo en Kaius. Una sonrisa se extendió por su rostro. Esa sonrisa burlona grande y falsa 

—A veces el silencio es necesario, Sin embargo, no quiero que mi hermanito tenga problemas, así que ya me encargué de él. ¿Verdad que soy generoso?

Hizo una pausa.

—Además, no soy quien fue a un hospital solo para volver a ver a una chica. ¿Cómo se llamaba? ¿Ivana? —Fingió pensar—. Ay, hermanito,eso no se hace. Una primera cita en un hospital... qué incómodo. —Se acercó más a Nicolas—. Pero te funciona para seguir con tu farsa de humanidad. Dime, ¿ella sabe lo que eres?

—Ella no es... es diferente.

Kaius se rio. era seco y brutal

—Sí, claro. Te haré una pregunta. La deseas, ¿no? su sangre. ¿Hace cuánto que no la pruebas? —Hizo un gesto hacia el rostro pálido de Nicolas—. Dime, por tu color yo diría que casi una eternidad.

Nicolas intentó alejarse.

—No, Kaius. Sé lo que haces y no me harás enojar.

Pero Kaius no estaba listo para dejarlo ir lo agarra de los hombros con demaciada fuerza.

—¿Qué pasa, te asusta, Nicolas? Vamos, Juntos. Vi un montón de chicas ahí cerca. —Pausa—. O mejor, vamos por Ivana.

Y eso fue lo que rompió el control de Nicolas.

—¡TE DIJE QUE TE CALLARAS!

El rugido hizo temblar las ventanas. agarrando a Kaius por el frente de su camisa, empujándolo con su supervelocidad y fuerza forcejaron. Nicolas usó su altura y peso a su favor, tratando de dominar a Kaius, de empujarlo fuera de la casa.
 casi funcionó.

Pero Kaius había estado bebiendo sangre humana regularmente.
Con un movimiento fluido, usó el impulso de Nicolas contra él. Lo agarró, giró, y usando su fuerza sobrehumana, arrojó a su hermano hacia afuera
Nicolas salió volando, aterrizando a varios metros sobre rocas
Kaius caminó hacia afuera, riéndose.
—Jajajaja, ah, hermano. Por eso es importante alimentarse bien. Los nutrientes son importantes. —Se paró en el umbral—. Pero te doy una A por el esfuerzo. Fue muy entretenido ver esa faceta tuya, verte gruñir, fue muy divertido. No somos perros, Nico.

Nicolas se levantó lentamente

—Kaius, Cada vez que vienes, la gente muere.

—Pues eso es muy obvio, ¿no?

—No. Ahora no lo permitiré.

—Eso me sonó a reto.

—Kaius, por favor. Ya pasó mucho. Podemos olvidarlo todo—

—Mmmh, no, gracias. —Kaius lo interrumpió con frialdad eso era lo que lo enojaba mas nunca le pidio disculpas —

 antes de que Nicolas pudiera reaccionar, Kaius se movió. en un instante estaba detrás de Nicolas. Su mano se cerró alrededor del cuello de su hermano.
Lo levantó y lo lanzó hacia la mansión.
Nicolas se estrello con la pared de ladrillos
Kaius se inclinó sus ojos rojos brillando.
—Te daré un consejo, Nico. Mientras no bebas sangre humana, no lo vuelvas a intentar.

se fue despues de eso

Cuando estuvo lo suficientemente lejos, finalmente se permitió desacelerar.

Y entonces se echó a reír.

—¡Carajoooo! —gritó al cielo—. Creo que me pasé mucho. ¡Qué vergüenza me dio!

Porque era verdad. Se había pasado. Había disfrutado intimidar a Nicolas de una manera que lo hacía sentir sucio.

Jamás había hecho eso a alguien, pensó. Nunca había sido así de cruel intencionalmente.

Pero se sintió... bastante bien.

Y esa era la parte aterradora.

—Además —se dijo en voz alta—, se lo merece. Solo un susto para que aprenda que conmigo no se juega.

Tenía que ir a casa.
La adrenalina todavía corría por sus venas como electricidad. Su piel hormigueaba. Sus colmillos pulsaban. Su corazón  golpeaba contra sus costillas.

Necesito bajar de este subidón.-penso-

Llegó a su casa finalmente, Se dejó caer en el sillón.

— ¿Qué me pasa? ¿Me estoy convirtiendo en un sádico?
Se levantó y se dirigió a la cocina. Sacó una bolsa de sangre del refrigerador especial. La vertió en un vaso, luego añadió whisky
Tomó un largo trago, La sangre satisfacía el hambre, mientras que el whisky le recordaba que todavía podía disfrutar cosas además de sangre y violencia.

La adrenalina finalmente comenzó a bajar, dejándolo exhausto de una manera que iba más allá de lo físico.

Hoy lastimé a mi hermano, pensó. lo disfrute enormemente necesitare hablar con yarix y michail por que sentia eso ademas ese ataque tenia que pasar asi? .

Eventualmente, se dirigió al baño. Necesitaba una ducha. El agua caliente era casi dolorosamente perfecta.
Cuando salió, se miró en el espejo empañado.
Se secó, se puso ropa cómoda, y se metió en la cama.
Pero una cosa era segura: nada sería lo mismo después de esta noche.
El juego había comenzado.

Y Kaius solo podía esperar que, cuando todo terminara, todavía le quedaría suficiente de sí mismo para reconocerse en el espejo.
danielafernanda940
danielafernanda940

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advertencia: de aquí en adelante tratare que los capitulos seran mas descriptivos y mas emocionantes ya que estoy mejorando en mi escritura porfavor ténganme paciencia soy algo nueva en esto gracias

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Pero esta versión no es idéntica. Y si quiere sobrevivir, tendrá que decidir si sigue el guion… o lo reescribe.
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