Soy bastante cruel, ¿Verdad? A pesar de que los niños me lloraron y me rogaron para que me quedara con ellos, ignore completamente sus llantos y me dirigí rumbo a la ciudad, donde los demonios habitaban mayormente. Siento un pequeño remordimiento por haberlos abandonado, pero...
Realmente necesito saber qué es lo que ocurre es este lugar, no podía hacerles la promesa de estarían a salvo si venían, estoy seguro de que podrán sobrevivir sin mi... ¿No lo crees? Al estar caminando hace un rato por la ciudad me eh dado cuenta lo deshabitada que esta se encontraba, todos sus edificios lucían maltratados, alguno se podría decir que encontraban completamente destruido como si algún tipo de guerra hubiera ocurrido en este lugar. Mientras más observo mis alrededores más curiosidad me daba el saber qué es lo que paso y por qué no recuerdo nada... A medida que caminaba empezaba a sentir una gran incomodidad, como si alguien o algo me estuviera observando, pero no sabría que es, trate de mirar a mis alrededores sin llamar la atención, pero no encuentro nada ¿Habrá sido mi imaginación? De la nada mi estómago comenzó a rugir, suspirando entro en un almacén para mi suerte el lugar aún había cosas por lo que busco comida enlatadas. Ni me molesto en fijarme en las fechas de vencimiento agarro las que pedo, metiéndolas en una bolsa. Antes de que pudiera poner un pie fuera del lugar, escucho el sonido de algo metálica caer al suelo, miro hacia atrás pero no veo nada.
Por instinto salgo corriendo del lugar buscando un lugar donde ocultarme, entro al edificio que poca luz recibía su interior y se ocultó lo mejor que podía, clamando su respiración y tratando de mantenerse lo más calmado. A los pocos segundos podía oír el sonido de unos pasos adentrándose al edificio y algunos pequeños murmullos los cuales no eran muy claros para él.
-Sal pequeño niño nada malo te pasara~
La voz que oyó parecía de una chica joven, no puedo creer que me allá dicho "niño", no hice caso alguno preferí seguir oculto hasta que se hartara y se fuera por su voluntad. Pero.... Mi corazón casi se detiene cuando no podía creer que la chica estaba parada frente mío... en que momento había ocurrido esto. Hace un rato estaba en la entrada del edifico y donde diablos supo que yo estaba acá. La chica me miraba fijamente, no aparentaba tener más de quince años, su pelo eraba basten largo y rizado, ojos verdes, sonriendo de manera que me provoco escalofríos
-Oye niño te pedí de buena manera que salieras y me has obligado a venir a buscarte. Si que eres un mal niño
-...!
- Tendré que enseñarte modales
No entendí realmente que es a lo que se refería realmente hasta que sentir mi mejilla arder, acercando mi mano a ella. Viendo que me sangraba sorprendido, mientras observaba como ellas sonreía podía notar que esta chica realmente era peligrosa, le pegué un cabezazo y Salí corriendo lo más rápido que podía. Escuchando su grito de dolor y las maldiciones que me tiraba por eso, debía de buscar otro lugar donde ocultarme o al menos tratar de contra atacar. De algún modo termino cayendo al suelo, no por tropezar si no que algo me habían lanzado a mi hombro, grite ante el punzante dolor que sentía. Acerque mi mano y trato de agarrar se lo que tenga clavado, Maldición era realmente doloroso. Cuando logro quitármelo, era como una especia de cuchilla bastante afilada trato de levantarme de nuevo y seguir corriendo. A penas logro levantarme me son lanzadas dos más una logro esquivarla, pero la otra se clava en mi pierna derecha. Caigo arrodillado contengo mi dolor. Viendo como la joven se acercaba con esa desagradable sonrisa suya.
- ¡¿Por qué DIABLOS ME PERSIGUES?!¡¿Qué ES LO QUE QUIERES DE MI?!
- Vaya vaya, así que el niño sabe hablar pensé que solo podías correr. Crees que es necesario de un motivo para perseguirte al punto de ver como sufres.
No podía creer lo que esta niña me está diciendo realmente.
-Te faltan varios tornillos mocosa
Le dije totalmente enojado, lo cual provoco que esta se molestara e hiciera aparecer unas cuchillas, me cubro y una de ellas atraviesa mi mano. El dolor que iba sintiendo cada vez se hacía más insoportable para mi ¿Realmente moriría de esta manera tan patética? La idea de ser devorado por un demonio se oía mejor en estos momentos. No pude evitar reírme al punto que sorprendió a la joven
-Vaya parece que ya has perdido la cordura niño
- mocosa déjame de llamar niño cuando obviamente soy mayor que tú. Y si me rio fue por penar en la patética idea dejarme matar por alguien tan patética.
Sin importar el dolor que sentía me levanto me saco las cuchillas que aun tenia clavadas, "ricitos" realmente se había enojado por lo que había dicho
-Esto quería que durara bastante para mi entretenimiento pero desgraciado como tú no valen pena. ¡PAXHET (1) necesito más cuchillas!
De la nada aparece una mujer bastante madura de apariencia felina la cual entrega de la nada unas cuchillas, después de presenciar a un demonio y casi o más bien a punto de ser asesinado por una psicópata, ver a esa mujer con esa apariencia no me sorprende para nada. A pesar de haber tirados en frente suyo todas las cuchillas aun tenia oculta la que me había sacado del hombro. Aproveche para lanzársela a los ojos cuando esta planeaba atacarme y trate otra vez de escapar mientras ella gritaba del dolor, lamentablemente no fue lo suficiente para detenerla. Con rabia ella decidió atacarme sin detenerse, a pesar de que se le dificultaba por la vista mucho de sus ataques fueron certeros quedándome inmóvil, no tenía un plan con el cual huir de esa situación.
Miro el cielo donde podía ver la luna creciente, meto mi mano dentro del pantalón sacando el anillo que me había dado el demonio no puedo evitar sonreír, a clase de una mala broma me pongo el anillo en mi dedo anular.
-Lamento que tengas devorar mi cuerpo en las peores condiciones...
Apenas me termine de poner el anillo parecía como si el mismo tiempo se hubiera detenido la luna se comenzó a teñir de un hermoso rojo carmesí y todo a mi alrededor prácticamente se oscureció, entre esa oscuridad aparece una esquelética cabeza la cual reconocí y luego el resto de su gran cuerpo.
-Pensé que demorarías mas en llamarme humano. Pero veo que me eh vuelto a equivocar contigo
-Lo siento, no estaba en mis planes el ser atacado por un psicópata apenas entrara a la ciudad...
-Pero si el ser devorado por un demonio?
-emm ese es el plan 3? Hehehe
-A punto de morir y con sentido de humor humano
-créeme que ni yo sabía que lo tuviera
Podría haberle seguido la broma, si no fuera el dolor que me causaban las heridas no me lo permitían, suspiro y vuelvo a verlo no importaba lo que el resto pensara de él era majestuoso para mí.
-Demonio que esperas para devorarme? –dije en tono calmado con una sonrisa-
-Eres el primer humano idiota que me lo pide
- lo de idiota está de más, pero mientras seas tú el que me mate no es problema para mi... después de todo no sobreviviré aunque quisiera a esto...
El demonio se acercó a mi moribundo cuerpo, cerré mis ojos esperando a que este acabara conmigo pero al no sentir nada al rato los abrí, no podía creer... ¡él estaba sanando mi heridas! El dolor que había sentido desapareció perplejo lo miro en espera de una respuesta.
-Tranquilo mis razones para dejarte vivo son otras
-No entiendo...
-Se mi compañero
-eh?
-Quiero que hagas un contrato conmigo y seas mi compañero
No lograba entender realmente la situación, pero... decidí aceptar su petición. Me levanté del suelo y le di mi mano a modo de aceptación. Este se acercó e hizo un corte no muy profundo en mi muñeca, dolió un poco pero no me moví. Empezando a brotar sangre de la herida él la bebe y susurra palabras que no logro comprender. Una vez que vio que bebió lo suficiente el corte se cierra. Y levanta la mirada de a mí.
-Aquel que ha decidido ser mi compañero. Estas listo para servirme? Si es así humano, entonces dime tu nombre...
Las palabras no me salían de la boca solo me limitaba a escuchar lo que me decía, estaba a punto de decirle que no recordaba nada de mí, ni de mi propio nombre. Aunque no sé si fue cosa del destino cuando parecía como soplidos de viento a mi mente solo se venía un nombre en cual no dude decirlo.
-Edmond Engel...
Apenas dije aquel nombre mi pecho ardía, el enorme demonio parecía que su cuerpo cambiaba aquello que solo era huesos comenzaba a carne y piel, su apariencia esquelética se volvía humana, ahora aquél cráneo, solo era una máscara que ocultaba un rostro bajo ella. El demonio se acerca y pone su mano donde mi pecho ardía.
-Edmond que has decidido ser mi compañero. Yo sello nuestro contrato, tu solo me servirás a mí y confía en mí y sígueme hasta el final, te prohíbo morir sin mi permiso, no dejes que nadie te asesine pues yo seré quien decida cuándo deberás de morir.
Escuchaba sus palabras atentamente mientras podía ver y sentir como mi pecho sangraba, se podía ver perfectamente un sello grabado. Ahora yo sirvo a este demonio...
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(1) Paxhet: en demonología es una diablesa felina de menor categoría en la religión egipcia.
También es nombrada en la novela de cazadores de sombra: Los Reinos Secretos
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