Como era de esperarse las hermosas pueblerinas al escuchar el rumor de que Kilian había regresado, se aglomeraron en el bar a intentar platicar con él así fuera por unos segundos para pedirle algo de beber, o hacerle cualquier pregunta personal que se les ocurriese. Entre esas Tinya y Melissa, las cuales no se demoraron demasiado en llegar a sentarse frente a la barra a conversar animadamente con él y sacarle más de una sonrisa que realmente de irrito sobre manera. Kilian, como todo un don juan les seguía la corriente a todo lo que decían, pero a veces cuando me le quedaba viendo con el ceño fruncido, y él lo notaba; se giraba levemente para observarme burlón, para acto seguido guiñarme un ojo con picardía, obligándome a mirar en otra dirección ruborizado con sus acciones. No solo le bastaba con todas las mujeres que estaban allí presentes esperando por un cruce de palabras, las cuales no se quedan ni de cerca con las ganas de su compañía, ya que él con mucho descaro les endulzaba el odio, y con uno que otro alago terminaba por atontarlas aún más; Kilian también tenía que desestabilizar mis emociones, sacándome de mis casillas con ello.
Hasta las once de la noche, fue una grandiosa jornada laboral, atendíamos a las personas y complacíamos todos sus deseos, sin embargo, un cliente que definitivamente no deseaba ver ni de cerca, apareció en el bar crispando la felicidad de Kilian de inmediato. Cory con sus tres amigos a su espalda, quienes se desaparecieron a tomar una de las meas vacías, mientras el más alto se plantó en todas mis narices, inclinándose con sensualidad sobre la barra. Se me quedo viendo con amplia sonrisa, que desee se borrara al notar que estaba ignorándolo, pero este no tardo en hablar.
— ¿Así que tu guardaespaldas ha regresado?
— Algo así… — conteste de mala gana, manteniendo mis ojos fijos en aquellos vasos que me esforzaba demasiado en dejar relucientes, no quería ni siquiera molestarme en entablar una conversación con Cory, ya que Kilian armara un escándalo aún más grande del que ya imaginaba que haría, con solo responderle secamente su pregunta.
— Y pienso quedarme de por vida. — anuncio Kilian parándose a mi lado con una expresión fiera, que se suponía debía asustar a su oponente pero solo logro animarlo aún más en aquella discusión innecesaria.
— Me alegro por ti, pero estaba charlando con Luke, no contigo. — murmuro Cory fulminándolo con sus vibrantes ojos azules.
— Pero él tiene mesas que atender, amiguito.
— Pues ve tú a remplazarlo, ¿no te pagan por ayudarle?
— Por favor… — suspire negando con mi cabeza, esperanzado de que se detuvieran antes de llegar a mayores. Con ojos suplicantes le rogué a un Kilian que se marchara a atender a quienes solicitaban mas trago, pero lógicamente se enfadó ante mi petición silenciosa.
— Bien.
— ¿Puedes darme una cerveza? — cuchicheo satisfecho con la partida de Kilian, quien apresuradamente cumplió con las ordenes, antes de que siquiera pudiera parpadear, definitivamente no quería déjame a solas con Cory, lo cual agradecía muy en el fondo, pero quizás aquella manera tan peculiar de marcarme como su propiedad no era la más adecuada.
— Disfrútala. — dije inexpresivo al entregarle la lata sin destapar.
— ¿Ahora, ese chico es tu novio?
— N-no…
— ¿Entonces, sigo teniendo oportunidades? — me cuestiono dejándome petrificado al oír sus palabras.
— Realmente, nunca las has tenido usurero. — bufo Kilian con una sonrisa sádica dibujada en su rostro, robándome la oportunidad de decirle exactamente lo mismo de una forma mucho más delicada.
— Le preguntaba a Luke, imbécil.
— Mira, mientras yo esté aquí, Luke jamás te va a aceptar; para que eso suceda tendrías que hacerme desaparecer, así que te aconsejo que te rindas de una buena vez.
— No me voy a echar para atrás, hasta que Luke no me rechacé por su cuenta.
— Creo que no debe darte ninguna respuesta, usurero. — escupió Kilian aproximando su rostro al de Cory, tensando aún más el incómodo ambiente con su lucha de miradas llenas de odio y resentimiento. — No te la mereces, quizás puedes robarme todo el dinero del mundo, pero ten por seguro que Luke jamás será tuyo, no importa que métodos sucios utilices, él ya era mío incluso desde antes de que hicieras tu movimiento.
— ¿Podrían dejar de opinar por mí? — gruñí exasperándome con los dos, fulmine a un enfadado Kilian, para de inmediato asesinar con la mirada a un avergonzado Cory. — ¿Podrían dejarme tranquilo en mi trabajo?
— Lo lamentó, Luke. — se excusó Cory poniéndose en pie de un salto. — Nos vemos luego.
— Mejor no regreses, ¿ok? — le pidió Kilian cruzándose de brazos, dándole un toque amenazante a sus palabras.
— Tú no eres quien manda aquí, idiota. — se carcajeo el peli negro, dedicándole una expresión llena de fastidio, que se transformó por completo en alegría al observarme. — Cuídate, Luke.
— Igual tú, Cory.
— Odio a ese chico… — comento el estúpido chico a mi lado, en el momento en que Cory se sentó en la mesa con sus amigos al otro lado de la estancia.
— No parece ser una mala persona, solo porque cometió un error contigo, no significa que también deba serlo conmigo, no juzgues un libro por la portada.
— Es más que suficiente con verle la cara para saber que no te merece, no pierdas tu tiempo con él.
— ¿Acaso estas celos? — inquirí poniendo mis ojos en blanco.
— ¡Por supuesto que lo estoy! — rugió con su rostro desfigurado en la rabia, dejándome sin aliento ante lo atractivo que se veía de esa manera.
— E-eres demasiado directo… — Tartamudee ruborizado, antes de salir corriendo de ese reducido espacio que compartíamos, para irme directo a una mesa que me llamaba a señas, salvándome ya que no podía verle la cara, o de lo contrario mi corazón terminaría por tener un colapso a ese paso.
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