Dejando la tristeza de lado a Austin lo único que le importaba era Axcel. Después de dormir una clase realmente aburrida de filosofía; y despertar con su adorado ángel, para él era suficiente para cambiar completamente su día.
-Hey. ¡Austin! ¡Despierta, quiero ir a la cafeteria!
-Mnn , ¿ah? ¿Axcel? ¿Qué? ¿No tenías clases en el otro edificio?- su cara expresaba asombro y felicidad, aunque intentó disfrazarlo, no era muy convincente. Pensó que era muy lindo para haber venido en su ropa de gimnasia.
-Pues sí pero, luego debo salir a educación fisica, puedo salir directamente desde la cafetería, así que vámonos.
-Está bien, recojo mis cosas.
De camino a la cafetería Austin no entiende realmente por qué sintió tanta alegría cuando Axcel lo vino a ver. Vamos es normal sentir eso por un amigo ¿cierto? . Estar feliz por verlo...
Eso se lo repetía diariamente pero parecía que no tenia mucho efecto. Comenzaba a dudarlo. Mientras lo volvía a repetir la quinceava vez, fue interrumpido por Axcel...
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