Lo que estaba volviendo incómodo el ambiente fue que la anterior noche Axcel fue a la casa de Austin, ya que recordó que sus padres salieron de viaje y quería ir a jugar videojuegos. Pero no salió como lo planeó.

Lo primero que encontró fue una casa oscura, pero él conocía dónde estaban las llaves de repuesto. Recordaba dónde las ponían desde que era niño, ya que siempre entró con ellas cuando Austin estaba castigado e iba a consolarlo. 

No tocó la puerta y entró por esa misma costumbre, pero más allá del corredor escuchó un ruido extraño por lo que se acercó y... En ese instante un escalofrío le pasó por la espalda. La habitación estaba llena de sonidos extraños y jadeos. Cuando vio a Austin en el sofá mientras lloraba y se masturbaba oliendo la camiseta que Axcel le había prestado.