Aquella noche, volvieron a dormir juntos. Al parecer la presencia de Izaskun ayudaba a Lorenzo con sus pesadillas. Como si ella se tratara del antídoto de ese veneno que lo estaba destruyendo por dentro.
Durmieron hasta pasadas las once de la mañana, nadie se lo podía reprochar, la noche anterior habían hecho un trabajo excelente. Rose, impaciente, los esperaba con un café en la mesa de la sala de estar de los hombres. Se sentaron y comenzaron a explicar la noche anterior con suma exactitud.
- Así que si lo he entendido – dijo Rose tras acabar Izaskun su explicación -. Anoche salvasteis a una persona de la banda rival de los Hermanos García. Y ahora nos deben un teórico favor, que muy probablemente aprovecharemos para deshacernos de Vinilo, el cual es capo de los Hermanos García en secreto.
- Lo has explicado muy confuso, pero si – dijo Izaskun.
- ¿Cuándo sabremos si nos ayudaran?
- Ahora mismo – dijo subiendo la tapa de su ordenador.
Introdujo el correo electrónico con la contraseña que Eric, anteriormente conocido como Doraemon, les entregó. Había un solo mensaje.
- Sagrada Familia, cinco treinta hoy, que venga Gun con Dizzy y se identifiquen con la siguiente frase: “Si no hubiese conseguido tanto dinero, habría llegado a ser un gran hombre” – leyó Lorenzo en voz alta.
- ¿Qué hacemos? – preguntó Izaskun.
- No parece una trampa, saben nuestros nombres en clave.
- ¿Vamos a hacer turismo a la Sagrada Familia?
- No tan rápido – interrumpió Rose – antes de nada debéis quitaros el maquillaje de anoche, que os dormisteis con el puesto. Y segundo, sin mi autorización no podéis hacer nada.
- ¿Podemos ir mama? – se burló Izaskun.
- Ya os lo diré luego, ahora id con Gaspar que hoy trabaja de tarde y está en su cuarto.
Se dirigieron al cuarto de Gaspar, este ya tenía preparado el kit para desmaquillarlos encima de la cama. Lo encontraron limpiando la hoja oculta de Lorenzo de la pintura que anoche había usado para mimetizarla.
La dejó en un baño de alcohol y se dirigió a ellos con una sonrisa.
- ¿Qué tal le fue a mi pareja favorita?
- Fue una noche movidita – respondió Lorenzo.
- No tratarías de hacer nada indecente con esta chica, ¿verdad?
- No señor, mis intenciones son puras con su hija.
- Cortad el royo de una vez que al final hasta Dimitri nos hará la broma – dijo entre carcajadas.
Primero desmaquilló a Izaskun, mientras lo hacía Lorenzo explicó lo sucedido la pasada madrugada. Cuando llegó al punto en que entraron al piso de la habitación, fue su turno de desmaquillarse e Izaskun continuó el relato.
Lorenzo se fijó que ella omitía la parte en la que se miraron y casi besaron. Le hizo pensar en si aquello significaba algo, y entonces recordó algo importante que su antiguo mentor le enseño hacía mucho tiempo. Los sicarios pueden ser dos tipos, el familiar que hace trabajos de vez en cuando para cuidar a la familia y darles una buena vida, se casa con una mujer, tiene hijos… Y siempre clandestinamente se dedica a su oficio de asesino bajo una máscara como un empresario que viaja mucho o un trabajo del estilo. En la otra cara de la moneda estaba Lorenzo, dedicado puramente al trabajo, casado con el trabajo y enganchado a este. Muchos amores vacuos en todos sus trabajos, pero ninguno serio. La soledad de ese tipo de sicario hace daño, lo que empezaba a sentir por Izaskun había pasado cientos de veces y, muy probablemente, volvería a pasar otros cientos. Al fin y al cabo, todo es atracción sexual, ni amor ni ataduras con esa persona.
Seguiría el plan de siempre en ese tema, dejarse llevar y que sea lo que el destino elija.
Estaba tan absorto en sus pensamientos que no escuchó ni a Izaskun acabar el relato ni a Gaspar decirle que ya había acabado.
Izaskun, lo devolvió al mundo real de un empujón al ver, que se había quedado embobado. Desorientado se levantó de la silla y salió tras Izaskun al pasillo, pasaron por su habitación donde dejó la hoja secarse junto a la ventana y volvieron con Rose para hablar sobre la quedada con los Kane.
- Entonces, ¿Nos dejas salir esta tarde a jugar con los mafiosos de Kane? – Dijo Izaskun, aquella mañana Lorenzo la veía especialmente alegre y vacilona.
- He estado dándole vueltas, podéis ir, pero Dimitri os seguirá por seguridad. Ahora mismo llamaré a mis contactos para que os dejen entrar sin hacer ninguna tediosa cola.
- Entendido. Esta vez iremos al natural, así les daremos una mayor sensación de que se puede confiar en nosotros.
Tanto Izaskun como Lorenzo se retiraron a la habitación de ella. Una vez dentro, Lorenzo colocó su portátil sobre la mesa y envió la confirmación a la reunión. Tras esto, cerró la sesión de Eric e inició la que tenía con Niel. Había nueva información sobre el cliente, al parecer Niel había descubierto que la persona que les pagaba lo hacía desde Barcelona.
Izaskun estaba sentada ante él, de modo que no veía nada de lo que Niel había enviado.
- ¿Quién crees que son los contactos de Rose? – rompió ella el silencio que había entre los dos.
- Ni idea.
- Yo he estado investigándola desde que empezó todo esto. ¿Sabes que he encontrado?
- No, dímelo.
- Nada de nada, no existe, es un fantasma en todos los registros, como tú. No he encontrado nada de los dos. Aunque supongo que ha sido tu socio el que te ha hecho desaparecer.
- ¿Conoces a Niel?
- No, pero sé que él te pasa los trabajos y que es un ordenador humano.
- Me has tratado de buscar, ¿Pero porque?
- Has de entender que la información es mi arma, sería como preguntarte a ti porque llevas una pistola. No lo he hecho con malicia, simplemente para saber si eras de confianza. Al no encontrar nada, tuve mis dudas, pero tras lo de anoche sé que puedo confiar en ti.
- No pasa nada, yo pedí a Niel que me informara sobre el cliente y Rose.
- ¿Ha encontrado algo?
- Sí – le confirmó él -. Pero antes de contártelo, al igual que yo anoche compartí contigo un arma, quiero que compartas conmigo la tuya. Cada nuevo descubrimiento, prométeme que me lo harás saber.
- Te lo juro, ahora dime que lo que tú sabes.
- El dinero que nos pagan proviene de aquí de Barcelona, por lo tanto el cliente es de esta zona.
- Entiendo, realmente no sabemos nada de ella. Su primer trabajo coordinando un asesinato de tal calibre, ahí hay algo que no encaja.
- ¿Qué hacemos entonces?
- Debemos pensar un segundo, hay que hacerse las preguntas correctas para encontrar lo que se quiere saber.
- ¿Qué preguntas son esas?
- Yo empezaría por un quién – dijo Izaskun -. Quien es, quien ha conseguido hacerla invisible y quien nos paga. Todo debe estar relacionado, ¿No?
- Teóricamente sí.
- ¿Sabes la habitación de delante? – preguntó ella.
- ¿La vacía?
- Exacto, la primera noche, antes de acabar en tu cuarto, me acerqué al mío a por unas cosas. Cuando salía de mi habitación vi la puerta entreabierta, intenté de entrar. Pero Rose apareció desde su habitación y se interpuso. Al día siguiente fingí ante ella que aquello había sido un sueño y supongo que ella se lo creyó.
- ¿Crees que tras esa puerta se esconde alguna de nuestras respuestas?
- Es probable, deberíamos intentar de colarnos cuanto antes. La llave la tiene Rose siempre encima, habría que conseguir la suya o encontrar otro camino para entrar como conductos de ventilación.
- No sé, pero ¿Y si pedimos la copia de la llave en recepción?
- Esa idea no tiene nada de emoción pero será lo más fácil.
- Vale, tengo una idea, bajaré a mediodía a buscar a recepción algo y de paso pediré la llave.
- ¿A buscar qué? – preguntó ella.
- No sé, ¿vendas?
- ¿Vendas?
- Si, me corto “sin querer” y bajo a por algo para curar la herida.
- No es mala idea, pero ¿Con que y donde te vas a cortar?
- Con la hoja oculta y diré que estaba limpiándola y se ha disparado sola, me cortara un poco la palma izquierda y ya está.
- ¿Estás seguro?
- Sí, en realidad, con fingir que me he cortado y salir rápido de la habitación hacia recepción servirá. Le pediré prestado a Gaspar tinte rojo para que parezca que la venda esta manchada y ya está.
- Buena idea.
- Voy a prepararme. Luego nos vemos y cuando salga hacia recepción dame una buena coartada.
- Si, tranquilo.
Lorenzo salió hacia su habitación, abrió una bolsa que siempre llevaba en la maleta con alcohol, vendas, esparadrapo y otros utensilios de primeros auxilios. Sé guardó el royo de venda y el de esparadrapo en el bolsillo de su pantalón. Tras esto pidió a Gaspar tinte rojo, él sin preguntar nada le dejó un bote pequeño lleno de líquido rojo.
Llegada la hora de comer, pasó rápido por la sala de estar y con un grito dijo que bajaba a recepción a por unas gasas. Izaskun, acabó de cimentar la excusa.
Una vez abajo, manchó de rojo la venda y se la pegó a la palma izquierda con esparadrapo. Quedó algo exagerada la sangre falsa, pero serviría.
Se acercó a la recepcionista y tras un par de mentiras, y un despliegue de todo su poder de persuasión, consiguió transformar las primeras negativas de esta en un rotundo sí, y consiguió la llave.
A la vuelta estaban todos ya comiendo, él se sentó ante su plato (que Izaskun había pedido por él), enseñó la venda y guiñando un ojo a Izaskun confirmó que tenía la llave.
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