Tras la cena Lorenzo estaba en su habitación examinando sus correos electrónicos en busca de nuevas noticias sobre las investigaciones de Niel. Solo había un mensaje en el que ponía: “Lorenzo, es urgente, ábreme por el móvil cuando veas esto. No creerás lo que he encontrado sobre el cliente”.
Estaba intrigado, pero esperó a que Izaskun hiciera acto de presencia. Una vez llegó esta abrió el chat con Niel.
- Hola Niel, acabo de leer el mensaje. Tenemos una socia en esta búsqueda, siento no haberte avisado antes, Izaskun la Vasca también está investigando a Rose. Encenderé la cámara para hablar por videoconferencia si no te importa.
- Entendido Lorenzo, pero espera que no estoy presentable para la señorita – respondió Niel.
Pasados unos minutos llegó una solicitud de videoconferencia que Lorenzo aceptó. Niel apareció por la pantalla bien peinado y con traje.
- ¿Y esas pintas? – Preguntó Lorenzo – No te veía tan arreglado desde hace años.
- Calla que me dejaras mal ante Izaskun – dijo Niel riendo la broma.
- Si queréis os dejo solos – dijo Izaskun.
- Mejor no, que Lorenzo se emocionaría demasiado. Cambiando de tema, nunca adivinaríais lo que he descubierto.
- Sorpréndenos.
- La persona que os paga por asesinar a Josep usa una cuenta vip del banco del objetivo. Eso quiere decir que o es familia de Liñán o un alto cargo en la empresa.
- ¿Crees que podrían ser sus hijos?
- No, ellos no están en la lista. Tengo aquí mismo la lista de personas con ese tipo de cuenta. Ahora os la envió al correo electrónico.
- ¿De cuántos sospechosos hablamos?
- De cuatro personas sin contar a Liñán. Sería ridículo pensar que él es quien paga su propio asesinato, ¿No? – Bromeó Niel.
- Hay formas más baratas de suicidarse.
- ¿Algo más?
- Liñán tiene una hija.
- Estoy al corriente de eso.
- He encontrado que ha vuelto a la ciudad tras años en el extranjero. Al parecer tuvo problemas con su padre tras la muerte de su madre, se marchó a estudiar y no volvió.
- ¿Y eso que puede significar? – preguntó Izaskun.
- Sinceramente, no lo sé. Pero es demasiada casualidad que decidiera volver justo unos días antes de que vosotros fuerais contratados para matarle.
- ¿Has enviado la lista ya?
- Afirmativo, te acaba de llegar en teoría.
Lorenzo lo comprobó y en efecto, allí estaba el mensaje con el archivo adjunto.
- Ábrelo que hablaremos de los cuatro sospechosos.
Abrió el archivo y vio que Niel había hecho una tabla con los cuatro nombres más sus fotos, excepto en uno de esos nombres que no tenía foto.
- El primero es la mano derecha en la entidad, Eduardo Pinar. Ha trabajado con Liñán durante los últimos veinte años. La única razón aparente para que sea él es que si Liñán muere, la dirección de la empresa es suya.
- No tiene pinta de querer matar a alguien – dijo Izaskun.
- Te sorprendería lo mucho que impacta cuando personas con la misma pinta que este te pagan por un trabajo de mi oficio – le dijo Lorenzo.
- Prosigamos, la segunda es Astrid Aigner. Segunda esposa de Josep y madrastra de su hija y madre de los Hermanos García. Tiene veinte años menos que él, podría ser una caza fortunas o una mujer a la que le gustan maduritos.
- Otra con un posible móvil para contratarnos – dijo Izaskun.
- La siguiente es la hija de Liñán, como dije antes volvió a Barcelona hace poco y no se sabe nada más de ella, ni rostro ni nada. Finalmente tenemos a la anciana madre del señor Liñán, pero yo la descartaría ya, no tiene motivos aparentes para querer matar a su propio hijo.
- Así que en definitiva, tenemos tres sospechosos. Deberíamos seguir investigándolos, no digo que vayamos a salvar a Liñán, pero algo me huele raro en este encargo – dijo Izaskun.
- Si, entre que Rose es una novata y que nuestro sueldo procede de alguien cercano a Liñán, podríamos ser herramientas de algo mucho mayor a un asesinato.
- Sobre ella, sigo sin encontrar nada. Es como si tuviera su propio Niel que borra sus huellas.
- Ya, es una putada – contestó Izaskun.
- Si descubro algo más os avisare, cuidaos mutuamente y hasta la próxima – se despidió Niel – antes de dejaros, el lunes te envié aquello que me pediste. Tendría que llegarte pronto.
- Gracias Niel.
- Ya hablaremos.
- Hasta la próxima – contestaron ellos.
Niel desapareció de la pantalla y Lorenzo dejó el móvil a un lado. Entonces fue Izaskun la que inició la conversación.
- Anoche no tuviste ni una pesadilla, no te lo he comentado, ¿Verdad?
- No, pero al dormir toda la noche seguida me he dado cuenta.
- Yo quisiera hablar de lo de esta tarde… No soy una facilona ni nada por el estilo. Simplemente, me gustas y sé que será difícil siendo tu sicario, pero yo no tengo casa así que podría ser esa persona que te acompaña a los trabajos o te espera en el hogar.
- ¿Estás segura?
- No, pero cuando acabe esto tendré que acompañarte igualmente para cazar a aquel que destruyó los Trecentos de modo que lo podríamos intentar. Si tú quieres vaya, nunca he sabido hablar de estas cosas – dijo ella nerviosa y muy roja por la vergüenza.
- A mí me vale si tú quieres – respondió bruscamente él – ¿Eso quiere decir que estas pidiéndome si puedes ser mi pareja?
- Dejémoslo mejor en socia de momento, que a los demás les gusta cotillear demasiado.
- Mejor será – la miró a los ojos y la besó.
En ese mismo instante, Gaspar y Dimitri abrieron la puerta.
- Lorenzo, nos vamos a baja a… - dijo Gaspar, pero tras ver la imagen de esa pareja besándose se quedó mudo.
- Tal vez sobramos – añadió Dimitri.
Cerraron la puerta y comenzaron una tranquila retirada, Lorenzo, que había salido tras ellos, los paró a la altura del marco de la puerta de Gaspar.
- No habéis visto nada, ¿Entendido?
- Claro que si compañero – dijo Dimitri mientras Gaspar asentía con la cabeza.
- Gracias.
Le levantaron el pulgar y siguieron su camino entre carcajadas. Lorenzo rezó para que se lo callaran. Y volvió a su cuarto, Izaskun ya se había cambiado y llevaba un pijama azul celeste.
- Bonito pijama, no me había fijado – dijo él –supongo que ya sabrás que yo no tiendo a usarlo.
- No importa, ¿Qué es lo que pediste a Niel?
- Ya lo verás.
- Eso es trampa – exclamó ella con voz de niña pequeña.
Estuvieron hablando un rato sobre ellos, gusto, aficiones, miedos entre otros temas aparecieron. Hasta que estaban tan cansados de hablar, que cayeron rendidos y durmieron plácidamente abrazados el uno al otro.
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