El furgón estaba listo, habían cambiado la matricula, pintado de negro la carrocería, puesto ruedas nuevas y reforzado con planchas de acero todo el exterior. Por si solo ya era resistente, pero ante las competentes manos de Dimitri se convirtió en una fortaleza inexpugnable.
Era sábado, el sol brillaba en el cielo azul y la furgoneta, escondida en un callejón cercano a la mina descansaba con Lorenzo repasando el material de la operación. Junto a él estaban Izaskun y Dimitri.
- Llevaré a Bianca y Susana, las dos hojas ocultas e intentare de usarlas lo mínimo, pero llevare el máximo número de cargadores que pueda.
- Mientras tanto Dimitri llamará la atención junto a algunos hombres de Kane que se han presentado voluntarios entre los que está Francisco, ellos traen las armas propias – dijo Izaskun – y yo de lejos informaré de la situación a todos.
- Si el plan se tuerce, ¿Quién daría órdenes? – preguntó Lorenzo.
- El que más se arriesga eres tú, así que serás tú el que las de – le respondió Dimitri.
- Hablando de ordenes – sacó un maletín – usaremos esto para comunicarnos.
Lo abrió y de él sacó un auricular y un micrófono muy pequeños.
- ¿De dónde lo has sacado? – preguntaron asombrados.
- Esta chica tiene sus recursos – dijo Izaskun.
- ¿Queda algo por hacer?
- No, volvamos al hotel.
Bajaron del furgón y lo taparon con una lona. Subieron al coche que Dimitri utilizaba aquel día y empezaron la vuelta al hotel.
- ¿Ya sabes cómo matar a Vinilo? – preguntó Izaskun.
- Sí – respondió Lorenzo.
- ¿Nos lo contaras?
- No, hasta acabar el trabajo no.
- ¿Por qué?
- Porque acabare teniendo que improvisar algo y tendré que explicarlo dos veces.
- Que vago eres – dijo Dimitri soltando una de sus impresionantes carcajadas.
-Dimitri, no te molestes, pero a veces parece que fuerces tus risas, ¿Cómo puedes ser tan ruidoso?
- No todos nos reímos como nenazas.
- Hombres… - dijo Izaskun.
Por el hotel, todo estaba muy tranquilo, Rose estaba sentada ante su ordenador mirando las últimas noticias, ya habían dejado de escribir sobre la falsa bomba del Acuarium de Barcelona. Y al parecer la policía había evitado que la gente supiera sobre el robo de uno de sus furgones, puesto que nadie lo había mencionado. Julián paseaba por la casa y desde que lo descubrieron se integró como uno más. Gaspar estaba “trabajando” y no llegaría hasta pasadas las cinco de la tarde.
Lorenzo fue directo a su cuarto, tras pedir una serie de favores a Niel y charlar un rato con él, se dedicó a prepararse mentalmente, los dos próximos días iban a ser extremadamente intensos y un poco de relajación y meditación le sentarían bien.
Sentado en la cama, cerró los ojos y empezó a organizar su mente. Empezó por lo de Grant, no sabía quién era, no recordaba haberlo visto antes y mucho menos haber oído hablar de él. Pero había algo que le decía que aquel hombre no era un desconocido, aunque si estaba muerto ya, tampoco había de que preocuparse, pensó. Matar a los Hermanos García fue lo siguiente, había matado más veces y algunas de ellas habían sido más difíciles seguro, sabía que podía, no era un novato. Además de que ese trabajo no infringía su código. Matar a Liñán tal vez sería más intrincado, puesto que aunque había ideado muchos planes alternativos, infiltrarse en el edificio sin levantar sospechas requería muchísima cautela. Tenía en mente continuar por el tema relacionado con Izaskun, pero esta lo interrumpió diciéndole que era la hora de comer. Salió de la habitación y fue directo a la mesa, ya habían pedido y todo estaba preparado y bien colocado. Realmente no tenía apetito, comió lo justo y se retiró para seguir con su preparación.
Esta vez se dedicó a asegurarse que ambas pistolas estuvieran cargadas y no tuvieran ningún problema, como siempre estaban perfectas, en su trabajo un error puede llegar a ser fatal, más vale asegurarse de todo. Una vez terminada esta tarea volvió a sentarse en la cama para seguir organizando sus ideas.
Izaskun. ¿Qué pasaría si todo sale bien y acaban con Liñán? ¿Realmente le ayudaría? Si no lo intentaba no conseguiría nada.
- Cuando se termine todo, le propondré que venga a Italia conmigo – se dijo.
- ¿A mí? - dijo Izaskun a sus espaldas, había entrado hacia medio minuto sin hacer ruido, pero al ver a Lorenzo concentrado decidió esperar.
- Si – ya lo había oído así que Lorenzo se lanzó – dijiste que no tienes donde ir, ven conmigo. Si quieres…
- No me gusta avanzar acontecimientos, ¿Qué tal si te respondo tras acabar todo esto?
- Me vale, ¿Qué necesitas de mí?
- Mañana toca trabajar duro, ¿Estás preparado?
- Siempre – respondió Lorenzo con una amplia sonrisa.
- Pero… ¿Es fácil matar? ¿Quiero decir, no te sientes mal o dudas?
- No es fácil, pero si es necesario se hace – respondió – el sentimiento no es desagradable ni agradable es diferente, porque si te encargas de un pederasta el sentimiento tiende a ser algo positivo, por decirlo así has extirpado un cáncer. Y finalmente dudar no puedo, porque dudar es sinónimo de morir. Simplemente sigo adelante.
- Entiendo.
- No quiero que me veas como un frio psicópata, pero he llegado a lograr no sentir nada innumerables veces y en cambio otras necesitar días para superarlo, no hay dos objetivos idénticos ni dos trabajos idénticos.
Ella asintió con la cabeza.
- Me vaya o no a Italia, te ayudare a buscar al que asesino a tu don – dijo para cambiar el tema un poco, pero el ambiente se cargó aun mas con ese tema.
- Gracias, debo hacer justicia, – dijo mientras miraba por la ventana - fue su última petición.
- Iba a salir a hacer ronda de contactos, ¿Me acompañas?
- Si, ya he acabado de hacer los preparativos.
Salieron del hotel y pasaron hasta tarde mirando si había nuevas noticias sobre Los Hermanos o Vinilo. Pero no sacaron nada nuevo.
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