Tras montar los tres en aquel caballo, avanzaban más rápido. Pero Livius sentía que Zess estaba algo intranquilo. En menos de un día llegaron al valle de Nero. Era un largo camino que cruzaba dos altas montañas, Letere y Ledere. Era un paso algo peligroso, pues era fácil que te tendieran una emboscada. Había arboles a ambos lados, y el único camino transitable, estaba totalmente despejado. Te podían atacar de ambos lados. Cuando la montaña empezó a ocultar el sol, Zess detuvo el caballo, aunque aún faltaban unas pocas horas para que se hiciera de noche.
-Pero Zess, este tiempo lo podríamos aprovechar para intentar avanzar más, aún falta para que oscurezca.- se quejaba Livius, mientras Zess caminaba hacia el bosque para resguardarse.
-Con ese tiempo tampoco saldríamos del valle. No tenemos tanta prisa… Y igualmente la sombra de esta montaña nos tapa mucha claridad.- dijo mientras ataba al caballo. –Chisa recoge algunas ramas del suelo.
-Hay algo que este pasando, pareces nervioso…- dijo Livius mientras seguía a Zess.
- Sí. Tengo sospechas que algunos seres de sombra hayan venido por aquí. Creo que no saben que estamos aquí pero… No podemos delatarnos.- dijo mientras ayudaba a Chisa a colocar algunas ramas en círculo.
-Pero hasta hace nada estábamos bien… ¿Que te hace pensar que ahora nos siguen?
-Nada, no he dicho que nos siguieran, pero por este valle pasan muchos bandidos y nos arriesgamos a que por casualidad pase algún ser de sombra y nos descubra.
- ¿Entonces porque no cogemos otro camino?
Zess encendió el fuego y alzó la mirada hacia Livius. Arqueó una ceja y dijo:
-Prefieres subir una de esas montañas, luego bajarla, cosa que nos llevaría un mes y algo, para asegurarte que no te encuentras con nadie… He dicho que tenemos tiempo. Pero no tanto. Karla se cansaría de esperar por nosotros jeje- dijo ya algo más animado y todo.
Livius se acercó al fuego y se puso a contemplar la daga que le regaló Zess.
-¿Crees que tu amiga está bien?- dijo Livius después de un largo silencio, donde solo el viento entre las ramas rompía toda monotonía.
-Te refieres a Karla. Sí, no creo que sea alguien fácil de atrapar.- dijo Zess sacando de las alforjas algo de comida.
-Pero iba ella sola, contra todos los que nos perseguían.
Livius vio que Zess se había quedado quieto, con la mente en otra parte. El muchacho no sabía si le iba a decir algo más, así que desvió la mirada y se centró en Darklore. El dragón observaba el bosque con cierta curiosidad. Livius por primera vez se fijó que su tamaño ya era algo más considerable.
Es cosa mía o… ¿Tú estás creciendo muy rápido?
Los dragones solemos crecer muy rápido, sobre todo si nos dan espacio para ello.
Ya veo… por cierto, siempre he querido preguntarte, ¿Qué haces cuando no estas con nosotros?
Cuando es de noche, sobrevuelo sobre vosotros. Cuando entráis en el pueblo o cuando noto que alguien se acerca y me escondo, suelo estar en los bosques o en cualquier lado que pueda esconderme. Aunque cada vez cuesta más… Pero lo que si hago es ir a cazar, como más de lo que crees…
Me lo imagino, me alegro que al menos puedas comer mejor que cuando estabas en el circo.
-Livius, prepara la comida hoy- dijo Zess mientras se levantaba y se ataba la espada al cinturón.
-Claro, pero ¿a dónde vas?
- Solo voy a echar un vistazo a los alrededores. No te preocupes.- dijo mientras se marchaba.
El silencio se adueñó del lugar. Chisa jugaba con el fuego, tirándole hojas y ramas. Darklore observaba como Livius preparaba la comida en la pequeña olla. El chico preparaba la comida, pero mantenía una mano sobre la daga, estaba algo nervioso, porque esa era la primera vez que Zess se marchaba de esa manera.
¿Tú que crees que ha ido a hacer?
¿Eh? Pues tal vez a hablar con Broom. O se haya marchado a hacer un río - se carcajeo el dragón.
Cuando Darklore hizo su risa, las pequeñas escamas de su morro retrocedieron dejando ver su larga fila de dientes, afilados como espadas.
Espera, espera… ¿Quién es Broom?
Es un amigo con el que estoy mientras vosotros estáis con otras personas. Él también tiene que estar escondido, así que le hago compañía y me cuenta muchas cosas interesantes.
Vale, pero ¿qué es?
Un lobo, creo que de color marrón claro.
Y ¿Qué hace ahí, escondido?
Pues vigilarnos, y protegernos de muchos peligros. Nos ha estado protegiendo desde que nos separamos, en aquel río, de la chica.
¿Es el Navy de Karla?
Así es.
Se escucharon pasos acercándose. Livius y Darklore se pusieron en guardia, miraba de reojo hacia el lado por donde se acercaban los pasos. El muchacho ya estaba a punto de lanzarse contra lo que se le acercaba con la daga en la mano, cuando reconoció a Zess. Venía a paso lento, debido a la oscuridad no pudo ver nada raro, pero cuando se sentó en frente del fuego, en su ropa resaltaba las manchas rojas de sangre. El hombre sin decir nada, sacó un paño del bolsillo y empezó a limpiar el filo de la espada.
Chisa se había quedado mirando a Zess. Nadie se atrevió a decir nada, pues la cara de aquel hombre mostraba una cierta intranquilidad. La niña fue la primera en romper ese solido silencio.
-Zess, te duele…- dijo tocando son sus pequeñas manos el brazo del hombre, del cual brotaba sangre.
-Estoy bien, no te preocupes…- dijo mientras se apretaba el brazo.
-¡¡Cómo no vamos a preocuparnos, si vienes con manchas de sangre y herido en el brazo!!- dijo ya fuera de sus casillas.
No es la primera vez que se enfrenta a los enemigos… Pero esta vez sí ha salido algo herido
¡Que! Eso significa que cuando lo vi aquella vez en el río… Estaba lavando la sangre…
Livius abrió los ojos, había descubierto, que el camino solo había sido un camino de flores para ellos, pero para Zess fue una cruenta batalla.
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