Livius se había levantado antes de lo normal y con el máximo silencio posible, para no despertar a Chisa, salió de la habitación. Tardó un poco en orientarse y encontrar la sala que daba a las escaleras de las cuevas. Subió los escalones de dos en dos con ganas de encontrarse con Darklore. En llegar, se lo encontró acurrucado en el lino mirando hacia el exterior de la cueva.
- ¿Qué miras?- dijo con curiosidad el chico y dirigiendo la mirada hacia allí.
Alice lo ha deja ahí para mí, pues Zess se lo pidió.- respondió toscamente.
En la entrada, tumbado, había un ciervo muerto.
- Te han servido la comida… Pero, eso significa que ¿no has salido de aquí? ¿No has ido a comer?
No pensaba dejarte solo con ellos.
- Creo que eres demasiado sobre protector. Tendrías que preocuparte por ti también. Ahora come.- dijo señalando al animal.
Darklore giro la cabeza en negación.
No pienso comer algo que me ha traído un Roc. Yo no soy inútil.
- Pues a ver si es verdad, ve y caza.
Crees que pinchándome, vas a conseguir enfadarme y que me vaya, pues no. No me muevo.
- Pero…- dijo pasándose la mano por la cabeza- que cabezón eres.
Livius avanzó y se tumbó en el lino. El dragón lo rodeo con su ala.
A que es cómodo
- La verdad es que sí. Aunque debería de volver con Chisa antes de que se despierte.
Cuando el chico se dispuso a bajar las escaleras, oyó como unos pasos apurados empezaban a subir.
-Livius, ¿estás ahí?
-¿Qué pasa Zess?- dijo en notar la prisa que parecía traer.
-Date prisa, llévate a Chisa y prepara a Darklore. Tenemos que partir de inmediato- y enseguida se escuchó descender a grandes zancadas.
Livius se giró hacia Darklore con cara interrogante. El dragón se encogió de hombros. El muchacho rápidamente bajo las escaleras y salió disparado hacia la habitación donde aún dormía Chisa.
-Chisa, Chisa- dijo mientras la movía para despertarla.
Con un bostezó silencioso, se rasco los ojos.
-Lo sé, pero hay prisa, nos marchamos.- dijo recogiendo sus pertenencias.
Chisa se empezó a preparase muy lentamente, así que Livius la ayudó y rápidamente la agarró de la mano y empezó de nuevo una carrera para llegar donde Darklore. Livius no podía correr mucho, pues Chisa aún estaba algo dormida y se tambaleaba un poco.
Ya arriba, dejó que descansara un poco más en el lino, mientras él colocaba la silla sobre Darklore.
-Nunca creí que nos encontrarían tan rápido, y menos en este lugar- se oía refunfuñar a Zess en el exterior de la cueva.-Y de todos tenía que ser un caballero de la élite.
-No pasa nada, mis padres se encargaran de hacer tiempo, así que procurad escapar.- le respondió Urla.
-Qué remedio. ¿Seguro que estas bien, Karla?- dijo Zess ayudándola a montar sobre Alice.
-Sí, ya estoy algo mejor. Aunque no sea buena idea moverse mucho en el viaje. Hay que salir de aquí.
- ¿Qué pasara con la familia de Ortus?- pregunto Livius que se había asomado para verles.
-No te preocupes, si no encuentran ninguna prueba, no pueden hacerles nada.
- ¿Estás listo?- dijo Zess acabando de colocar varios víveres sobre Alice.
Darklore salió de la cueva con Chisa.
-Es diferente a cuando iba con Alice- dijo la niña agarrándose a la silla.
Livius montó sobre Darklore al ver que Zess también se preparaba.
-Podrás con los dos- dijo el muchacho mientras le acariciaba el cuello.
Si es necesario cargaría al gordo del circo.
Livius empezó a reír y eso sorprendió a Chisa.
-Ya está entrando, daros prisa en salir- dijo Urla ya en la cueva dispuesta a bajar por las escaleras.
-Bien, vámonos- dijo y Alice estiró sus alas alzando el vuelo.
Cuando el ave tuvo cierta altura, Darklore también desplegó sus alas y salieron de allí.
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