Hoy, el pasillo del estudio si estaba lleno de gente que iba de un lado a otro. Durante el descanso de mi sesión de fotos, me escapé y rápidamente llegué hasta la puerta donde conocí aquella extraña chica. Golpeé la puerta con los nudillos.
- ¿Puedo pasar? – dije mientras ajustaba la chaqueta que llevaba, no me había cambiado la ropa de la sesión y las plumas que tenía en el cuello me empezaban a picar.
- Pasa- la oí decir.
Entré y cerré rápidamente la puerta, no fuera caso de que se escapara el pájaro. Ella estaba en el suelo sentada suspirando algo frustrada. Hoy vestía lo mismo que ayer.
- Ven, acércate y ayúdame con esto.
- ¿Qué pasa? – me acerqué para ver enfrente suya desperdigados por el suelo centenares de pequeñas cuentas y abalorios de toda clase- ¿Qué es todo esto?- dije acuclillándome
- Blue golpeó el bote y ahora tengo que recogerlos- dijo lanzando una mirada fulminante sobre el ave ahora cerrada en la jaula.
- Lo siento…- se le escuchó piar.
- Bueno, no pasa nada. Ahora esta Axel y me ayuda a recoger ¿verdad?
Suspiré y me puse a recoger y a colocar una a una, todas aquellas bolitas y demás.
- Sabes, sino dejas de rascarte el cuello harás que se ponga rojo- Comentó mientras seguía recogiendo.
- ¿Eh?
- Mira- me pasa un espejo- ¿Ves? Desde que entraste te has estado rascando.
- Ya veo. Es que me molestan las plumas de la chaqueta esta…- dije tirando de ellas para alejarlas de mi cuello.
- Si te la bajas a la altura de los hombres y haces un posado con cierto ángulo de inclinación, se verá bien. Y así no tendrás las pumas en el cuello y podrás lucir la ropa.
- ¿Enserio? –Me levanté, bajé la chaqueta hasta pasar mis hombros y me incliné un poco posando para una foto.- ¿Así?
- Hum…- dijo volteándose- Estas muy inclinado, veamos, cruza un poco las piernas, alza más la cabeza, un poco más a la derecha. Ahí. Quietó. – se coloca de tras mía- Alza algo más la columna e inclina los hombros atrás.- dijo ayudándome a coger la postura indicada. Volvió a ponerse delante mía- Quieto, memoriza esa postura. Estas genial.
- Gracias- dije intentando recordar la tensión de los músculos para poder repetirla durante la sesión.
- Te prestaré una crema para la piel irritada y ahora sigamos recogiendo.
- Vale- silbé alegre y me puse a recoger de nuevo.
Cuando por fin terminamos, vi que ya hacía tarde a la segunda sesión. Salí disparado sin avisar ni nada. Tras recibir el sermón de la manager y el fotógrafo por el retraso, seguí con mi agenda establecida sin rechistar y a raja tabla. En ninguna ocasión puede estar allí y tener una conversación tranquila y normal, y eso me frustraba. Bueno, al menos se sorprendieron al volver al plató fotográfico y posar con la nueva pose aprendida. Todo hay que decirlo, les gustó bastante.
- Hey, ¡EY! Axel despierta- me decía alguien mientras me zarandeaba.
- Hm… eh… ¿Dónde estoy?- dije levantando la cabeza algo desorientado.
- Pero hombre donde vas a estar en clase. Acaba de sonar el timbre del patio. Te has dormido toda la hora de historia. El profesor, o ni se ha enterado o te ha dejado dormir por pena…
- Bueno, lo que sea- dije estirándome para desperezarme.
- No hay manera de que duermas bien en tu casa ¿verdad?
- Hace un día precioso ¿y si vamos a estirar las piernas al patio?- observo la ventana y luego le miro a él, que tiene cara de amargura- Pero, hombre, no me pongas esa cara. Venga Adrià.
- Vale, pero prométeme que si vuelve a pasar algo, me lo dirás. O al menos quédate a dormir en mi casa.- Chirrió la silla al levantarme.- Pero ¡espérame!
- ¡VA! Que se acaba el patio – dije soltando una risilla mientras avanzaba por el pasillo.
Bajamos las escaleras y salimos por una puerta lateral. El aire está algo frío pero agradable. Desde allí se podía ver a los chicos jugando a fútbol y a grupos de estudiantes sentados por los bancos y el césped del patio.
- Aunque es primavera, hace algo de frío. Miremos de encontrar un banco vacío al sol.- Comentó Adrià.
- Pues no será fácil.
Empecé a mirar en todos lados desde allí e incluso entre los grupos por si había algún compañero, colega o amigo al cual acoplarnos, pero nada. A lo mucho vi a unos tipos con muy mala pinta en la esquina y poco más.
- Si esto está así, como ha de estar la cafetería…
- Llena a rebosar.- dijimos los dos a la vez.
De golpe, salí disparado dejando a mi amigo allí con cara de no entender nada. Había visto a dos chicas con una revista de Blois.
- Esto, perdonad. – dije al estar cerca- ¿Sabéis de una modelo llamada Alice?
Ambas se miraron algo extrañadas y la que sostenía la revista empezó a girar páginas.
- ¿Te refieres a esta?- me enseña la revista por la página de una modelo que posaba sentada con las piernas cruzadas. Llevaba una minifalda de tubo negra y una blusa blanca. Su pelo estaba recogido en un moño. Tenía una sonrisa pica y el escote algo abierto.- Ella es Alice Carza. No sé si te refieres a esta… Hay más Alices de las que piensas en esta revista.
- Déjame un momento- digo mientras cojo la revista, oigo su protesta, pero paran.
Adrià se había acercado a ver qué era lo que fui a buscar con tanto esmero.
- Es que solo sé que se llama Alice- dije mientras giraba y giraba viendo modelos de toda clase.
- Mira que te ha obsesionado la cosas…- Adrià se dirigió primero a mí y luego a las chicas- Perdonadle. ¿Por cierto, tenéis novio?
Los tres se pusieron ahí a tontear. Por fin di con ella. Lucía un espléndido traje de noche corto, de un color azul tinta oscuro y sobre los brazos pasaba un fino chal de seda. Tenía una postura ladeada y en su mano derecha sostenía dos zapatos de tacón a juego con el vestido. Su melena castaña recaía sobre su hombro y una alegre sonrisa brotaba de pintados labios. Sus ojos grises parecían clavarse en la fotografía.
- Esta, esta es- dije enseñándosela.
Los tres se inclinaron a mirar con curiosidad.
- Esa es Alice Von- dijo una de las chicas.
- Hum… Ella va un poco por libre, participa en anuncios de cosméticos, colonias y ropa y esas cosas- comentó la otra.- Tampoco se mucho más, no es muy famosa, aunque lleva algunos años modelando.
- Vale, ha sido de mucha ayuda gracias- dije devolviéndoles la revista.
- Bueno, me marcho también, llamadme ¿vale?- dijo Adrià haciendo el gesto de “teléfono” con la mano y guiñando un ojo.
El timbre de vuelta a clase sonó cuando nos acercábamos a la puerta.
- Pues nada, allá se fue la hora libre.
- Sabes, te vas a ganar a pulso el título de acosador- me comentó mientras subíamos las escaleras.
- Al hablar con ella veré si ha valido o no la pena de tanto buscar.- Cerré el tema.
Las clases pasaron lentas y aburridas. Y encima hoy tengo el día libre del trabajo. Fui a comer por ahí y no tenía la más mínima intención de volver a casa hasta tarde, así que me fui a la biblioteca a ver si pillaba o un ordenador o el Wifi.
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