Comenzó a desempacar su maleta y a colocar sus vestidos en el closet intentando ignorar los golpes que Arya daba salvajemente a la puerta de su habitación. Sansa sacó los zapatos y también los metió en el armario cerrando la puerta con cuidado. Le hubiese gustado mucho tener su walkman puesto para ignorar a su hermana pero las baterías ya se habían agotado por completo.
Ya había tenido que soportar a Arya durante años en la misma habitación en Pennsylvania, era momento de tener control total de su vida y eso comenzaba por tener una habitación para ella sola.
-¡Mamá! ¡Sansa no me deja entrar!.- dijo Arya del otro lado mientras continuaba golpeando la puerta como su su vida dependiese de ello.
Abrió la puerta lo suficiente como para hablar con Arya. Detrás de su hermanita pasó el raro de su hermanastro y sin disimular contestó:
-¡Te dije que papá me había prometido mi propio cuarto ahora vete a buscar dónde dormir y déjame en paz!- volvió a encerrarse.
-¡Mamá!.- gritó una vez más Arya del otro lado solo que ahora se escucharon pasos alejándose por el corredor. Sansa decidió aprovechar ese tiempo para comenzar a pegar su poster favorito de George Michael y el de Bryan Adams también.
En unos cuantos días Sansa y sus hermanos comenzarían a el ciclo escolar en la preparatoria Westeros. Sabía que no debía de preocuparse porque ahora estaría con Joffrey, el chico más popular del instituto y quien además era el hijo del director Robert Baratheon, el mejor amigo de su padre.
Aún podía recordar su rostro, la primera vez que lo vio le recordó a Emilio Estevez en The Breakfast Club y desde entonces ella decidió convertirse en la novia ideal para Joffrey, lo único que debía de hacer era ser popular. Antes de la mudanza le había pedido a su madre que la ayudara comprar ropa bonita para el primer día de clases.
-No entiendo por qué no puedes usar uno de los vestidos bonitos que te he hecho, el azul pastel te hace lucir hermosa.- dijo su mamá mientras Sansa le modelaba otros atuendos en la tienda departamental.
-Sí pero es que me gustaría algo especial, para que Joffrey solo tenga ojos para mí.
-Es gracioso, me recordaste un poco a mí la primera vez que vi a tu padre.- dijo Cat en esa ocasión.- Fue en Woodstock, yo era la cita de su hermano mayor pero las cosas cambiaron luego de Vietnam. Cuando me dijeron que tu padre volvería quise ponerme un vestido muy bonito. Supongo que en eso te pareces a mí, queremos siempre dar una buena impresión.
Esa misma tarde su mamá le compró una falda rosa neón y una blusa en color turquesa. De no haber sido porque Sansa tenía el cabello largo y los ojos claros, cualquiera hubiese podido jurar que era la hermana gemela de Molly Ringwald. Sin embargo su papá constantemente le recordaba lo mucho que se parecía a su madre cuando la conoció en 1969.
-Sansa, abre la puerta por favor.- era Catelyn Stark, por su tono de voz parecía no estar muy contenta con la actitud de su hija. Sansa abrió y su madre entró seguida de Arya y su maleta.
-Pero…
-Yo sé que tu padre prometió que tendrías tu propia habitación pero por ahora algunos de ustedes tendrán que compartir en lo que Robert nos consigue un sitio definitivo donde quedarnos.- Cat miró con afecto a Sansa.
-Pero mamá Arya va a ensuciar todo con sus zapatos llenos de lodo.
Cat miró a Arya mientras la menor de las Stark comenzaba a desempacar sus cosas y a colocar sus camisetas de equipos de beisbol justo a lado de los vestidos de Sansa.
-Solo será por un tiempo, además Arya evitará molestarte-miró a la chica de 12 años que ahora estaba sacando sus cómics y acomodándolos en su cama- ¿verdad Arya?
-No prometo nada.- dijo la chiquilla pero cuando vio a su hermana mayor echarle una mirada que podría desintegrar a todo el vecindario, cambió de parecer.- Ok ok, nada de zapatos sucios.
-Bien, iré a preparar la cena en lo que continúan desempacando.- dijo Cat saliendo de la habitación.
Una vez que Sansa se asomó por la puerta y confirmó que no estaba nadie más de la familia decidió darle una clara advertencia a Arya.
-Cuando volvamos a la escuela te prohíbo que digas que eres mi hermana ¿quedó claro?
Arya hizo como que no escuchaba mientras acomodaba sus volúmenes de Batman y la Mujer Maravilla. Sansa, ya entrando a un punto de ira, tomó uno de los valiosos ejemplares de los X-Men y lo sostuvo entre sus manos lista para romperlo.-¿Ha quedado claro?
Arya simplemente asintió mientras veía a su hermana mayor regresar la revista a la pila.
Sansa volvió a seguir colocando sus posters en su lado de la pared.
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