Hola, tal vez estás esperando que el capitulo empiece con Blu hablándoles como siempre, pues, lo siento, está indispuesta.
Mi nombre es Ikaros Opodihp y provengo del bosque del oeste, mi ¿amiga? (Supongo, puedo llamarla así) Blu Morphy y yo tratábamos de liberar (por capricho de ella cabe recalcar) una polilla (de mierda) que no quería obedecer nos. Resulta que logramos escapar apenas de los humanos, lo cual es la buena noticia, la mala es que no sé cuanto tiempo valioso perdimos estando inconscientes, ah y la mejor parte es que estoy prácticamente solo; Blu esta inconsciente aun y el insecto que tratábamos de salvar se dio a la fuga.
Suspiré muy a mi pesar, frotándome las sienes y tratando de no enojarme de sobremanera, de todas formas aun teníamos oportunidad de escapar, aunque mi ala estuviera rota, ella estuviera desmayada y no tuviera ni idea de cuanto tiempo habría pasado ¿qué importaba? ¡todo sería maravilloso! ¡¡podríamos escapar en un abrir y cerrar de ojos!!
-Oh si, todo es tan maravilloso... -me pase la mano por la cara- en fin, ya estamos aquí, no queda de otra.
Me puse de pie, sacudí mi ropa, trate de arreglar mis alas como pude, tome a la pesada de turno (tanto en personalidad como en cuerpo, en serio, se ve pequeña pero pesa un montón), y finalmente seguí mi camino por la ventilación humana.
-Si me hubieras escuchado no hubiésemos terminado así ¿sabes?
Aunque hablase solo, era una manera de desahogar lo que tenía dentro. Tal vez los lepids seamos una raza mas solitaria e independiente que los seres humanos, pero los mixtos como yo, a veces terminamos tomando costumbres humanas, de hecho, no he visto criatura mas dependiente en la naturaleza que el propio ser humano, que necesita aunque sea la mas mínima atención de los demás para estar bien consigo mismo, muchos de ellos no soportan tanto la soledad que acaban hablando solos, incluso se han inventado entes más allá de su comprensión para realmente no sentirse tan mal cuando lo hacen, la verdad es que es divertido, es como pensar, pero fuera de tu mente.
Hablando de ser mixto, en lo que busco como salir de este laberinto de hierro, les contare como empezó todo. Verán los humanos de este lugar parecen estar buscando "algo", una respuesta de tantas miles de preguntas que no les dejan dormir, que los dejan pensando por las noches, especialmente al anciano que secuestró a Blu y también a mi, ese tiene una obsesión nada normal. El tiene una hija que también trabaja aquí y una nieta que visita el lugar todos los días, y pues, realmente a la niña no le queda mucho por vivir, lo sé porque los lepids somos tan apegados a la naturaleza que sabemos cuando alguna vida esta enferma y tiene menos esperanza que las demás, sino me equivoco tiene algo llamado "leucemia" en el idioma humano, se lo detecte desde que era una bebé que la trajeron por primera vez, de hecho, vi crecer a la hija del señor hasta que tuvo sus propias crías. En fin, este hombre por alguna razón se dio cuenta que siempre que la niña venía me la quedaba mirando, además cuando tenía contacto conmigo, su esperanza de vida aumentaba, su salud mejoraba, y es normal, algunos lepids somos capaces de sanar enfermedades, por eso vivimos muy sanos y en nuestra especie las enfermedades casi no existen, sin embargo, así como pueden curar, así pueden empeorar las cosas si el lepid en cuestión se encuentra de mal humor o con depresión.
El señor desde ese entonces empezó a salir mas frecuentemente, y la mujer se quedaba cuidando de mi; a veces trayendo a la niña. Solía usar esos momentos para tratar de escapar pues ella era mas descuidada, sin embargo siempre que le veía "llorar" algo dentro de mi me lo impedía. Supongo que me encariñe con ellas como los animales se encariñan con los humanos y terminan siendo mascotas. Tal vez eso fui para su hija, ya que ahora, como recientemente pude darme cuenta, que ese vejestorio traía a los lepids para disecarlos, y quizá buscar algo que los humanos anhelan: "la vida eterna". Lo cual es algo imposible si me lo preguntan, lo que sucedería es que jamás se enfermarían, pero pueden morir por otras circunstancias, la madre naturaleza sabe como controlar cualquier cosa y evolucionar con ello.
O tal vez, lo hace por un sentimiento que llevo años tratando entender, el amor. El amor es uno de los sentimientos que los mixtos envidiamos de los humanos, y los lepids normales ignoran y les parece innecesario. Sin embargo como mixto, siempre he pensado que lo poseemos, mas no lo sabemos diferenciar con respecto a otras emociones, y lo llevamos de forma más liberal que los humanos; no somos celosos con respecto a pareja ya que como prioridad tenemos el multiplicarnos para cubrir la mayor parte de naturaleza que podamos, y recuperar la, pero amamos otras cosas, las lepids madre son muy buenas madres y algunas son capaz de morir para servir de alimento para sus crías, el amor que tienen muchos lepids por sus bosques como el que tiene Blu, y el amor que sienten los lepids mixtos por los humanos como para defenderos contra su propia especie.
-El amor es un sentimiento maravilloso ¿no es así? -De nuevo volví a hablar en soledad, me detuve un momento en silencio para escuchar a donde iba el aire de la ventilación, cerré los ojos para concentrarme mejor, y pude escuchar un batir de alas a lo lejos, volví a abrir los ojos guiándome por ese sonido y pude ver a la polilla tratar de escapar por una de las rejas batiendo las alas, pegándose a ella y repitiendo el proceso, solté un bufido dejando a Blu al lado y cuando estuve por agarrar a la polilla, la polilla se movió sola hacia nosotros, yo retrocedí y esta se quedo sentada al lado de Blu.
-Vaya, te agradan tercas ¿no? -Bromee un momento en lo que la vi, ya más tranquila a su lado, moviendo sus alas con suavidad- ¿La vigilarías un momento por mi? gracias
Hice como que me entendía y fui a revisar entre las rejas por si veía alguna ventana para saber en que momento del día nos encontrábamos, pero pude divisar algo mejor, uno de esos mapas del edificio que indicaba donde te encontrabas, estábamos cerca de la meta, nos faltaba tan poco, solo nos quedaba un día más.
-No puedo creerlo, vaya, casi lo logramos, realmente sino fuera por ella ya me hubiese arrepentido como siempre... -murmure un momento hasta que me di cuenta de mis palabras, quedando pensativo rascándome la nuca y acariciando mis antenas-¿qué estoy sintiendo...? -parpadee un par de veces antes de girarme y encontrarme con ambas durmiendo- Oh que gran vigilante, supongo que me toca cuidarlas.
Me acosté al lado de la lepid hembra mirando al techo de hierro, recordé lo que había pasado en ese momento que quede inconsciente y ella tan osada como tenaz, logró salvarnos a ambos, el momento donde le prometí que saldríamos de aquí pasara lo que pasara, y el valor que vino a mi tras escuchar sus palabras. Cerré un momento los ojos respirando lento y exhalando con bastante suavidad, y de pronto por alguna razón estaba algo ansioso, quizá porque mis bajos instintos estaban despertando, ya que al ser tan solitarios los de nuestra especie solo se reúnen para aparearse, y claro, es normal después de estar tanto tiempo lejos de otro de mi especie, sin embargo era diferente, una sensación de preocupación. ¿Cuándo despertaría? pensaba ¿se habrá golpeado muy fuerte la cabeza? aun respira, no creo que haya muerto ¿y si la sacudo? me senté un momento y me había girado para mover la con suavidad.
-¿Blu? -le agite con un poco más de fuerza- Blu, despierta
No había respuesta, suspire frustrado y volví a acostarme. Una ráfaga de pensamientos comenzó a apoderarse de mi mente; ¿realmente estará bien?, volví a levantarme y me quede mirando la fijamente, pensativo. En ese momento recordé una de esas cosas que ¿cómo llamaban los humanos? "películas", historias que ven de otros humanos que se repiten una y otra vez en cajas mágicas.
En la caja mágica llamada "televisión" había una humana de melena rojiza tratando de despertar a su pareja humana quién había muerto por el agua helada, claro la chica no fue muy lista, ambos podrían haber estado perfectamente sobre esa tabla de madera, sin embargo, el recordar eso me preocupó momentáneamente, pero me rehusé a ceder ante ese absurdo pensamiento, "claro que no", "los lepids tenemos habilidades de sanación bastante avanzadas".
Fue sino hasta que escuche su voz llamarme que una sensación eléctrica cruzó mi cuerpo desde mis pies hasta mis antenas; quede en silencio.
-¿Dónde estamos? -ella se topó con la polilla que la recibió a su lado- ¡Que bien, estás a salvo! -sonreí ladinamente al ver como abrazaba a la peluda criatura.
-En la ventila... -me corregí carraspeando- digo, el pasillo de hierro donde corre el aire ¿recuerdas? estuvimos aquí antes.
-Si, donde habíamos terminado la primera vez cuando te salve del gato, y ahora te salve de los humanos -dijo con todo el orgullo del mundo y aires de superioridad, yo solo solté una carcajada- ¡oye! -le escuche quejarse mientras fruncía el ceño-
-Esta no ha sido de tus mejores ideas ¿sabes?
-¡Pero estamos a salvo! ¿o no?
-De hecho, si, y gracias -fui honesto, nos faltaba poco por salir y ciertamente ella ayudó bastante, su expresión cambió de molesta a avergonzada, fue adorable- Nos falta bastante poco de hecho, un día ¿qué se siente estar tan cerca de regresar a tu bosque?
-Y-yo -ella había quedado sin habla, note que quedó pensando, lo cual me dio cierta curiosidad- estoy emocionada, ansiosa, realmente quiero volver
-Si, me lo imagine, debe ser muy triste estar tan lejos de tu hogar
-Claro, tu lo sabes más que yo, llevas más tiempo aquí -sonrió de antena a antena asintiendo- ¡oye! somos un buen equipo, creo que podríamos hasta cuidar nuestros bosques mutuamente, no quedan tan lejos, tu estás del otro lado de las montañas y... -de pronto ella quedo en silencio, notando que estaba avergonzado, mirándome fijamente- oye tus antenas están caídas ¿te sientes bien?
-Si, solo, espero que mi bosque este bien
-Lo estará, tranquilo -ella posó su mano sobre mi hombro- por cierto, creo que tu ala ya está mejor, ¿has intentado mover la?
-No, lo olvide por completo -pero tenía razón, la moví con suavidad, me dolía un poco aunque ya podía batirla, sin embargo si debo volar, sería a una baja altura- por cierto, sobre lo que me has dicho...
-¿Trabajar en equipo? si, realmente he notado que los humanos pueden hacer grandes cosas como esta, trabajando juntos como si fueran hormigas -movió sus manos expresándose con ellas al hablar- si los nuestros hicieran lo mismo, quizá hasta podríamos recuperar miles de bosques que trabajando individualmente.
-No es mala idea, de hecho es bastante buena -me incline para mirarla a los ojos- y trabajar en equipo significa, ser dos para todo ¿no? -ella me miró detenidamente arqueando la ceja- literal, ya sabes, todo -entonces ella se avergonzó al entender lo que trataba de decir-
-¡Ah! e-eso, bueno son cosas que...
-No te has apareado antes ¿verdad? -vi como bajaba sus antenas- ya estas en edad
-¡H-hey! ¿y tu qué?
-Pues si, me he apareado antes, pero ninguna salió con vida para tener herederos -hice una seña con el pulgar indicando el pasado para que recordara los cuerpos disecados que habíamos visto-
-Oh, ya veo, bueno, s-si llegamos a tener herederos, prometo que todas las alas azules que tengamos serán la próxima generación en trabajar en equipo ¿si?
-Esta bien, ya llevamos dos promesas, creo que pides mucho -ella infló sus mejillas un momento como si no la estuviera tomando enserio, aunque si lo hacía-
En ese momento quedamos ambos en silencio,estábamos el uno al lado del otro, y bueno la polilla regreso a la rejilla ya que la luz era bastante tentación para ella, lo que hizo reír a Blu.
-Bien, creo que me toca a mi dormir y a ti vigilar
-Me parece justo
-Pero, Blu ¿me dejarías intentar algo?
-Intentar ¿qué-? -Sus palabras se cortaron en ese momento, nuestras antenas se rozaban con suavidad que hasta daba cierta cosquillas, nuestros labios hicieron contacto, presionando los míos con cierta torpeza sobre los de ella. Los humanos llaman a esto "beso", he visto que lo hacen con sus parejas, y si fuera humano, supongo que elegiría a Blu como la mía. Cuando nos separamos nos quedamos mirando un momento en silencio, ella parecía extrañada, mas no molesta, supongo que no entendía lo que acababa de hacer, me reí para mis adentros.
-¿Qué ha sido eso? -ella se llevo las manos a la boca-
-Una cosa de humanos -decidí recostarme en el suelo con un enorme sonrisa en los labios.
-Creo que he visto algunas parejas humanas hacien... -volvió a quedarse callada y bajar las antenas, yo solo me reí.
Sin embargo estaba tan cansado, feliz y relajado que no tarde en quedarme dormido en ese preciso momento. Y realmente, en mucho tiempo, no me había sentido tan lleno, tan seguro aunque todo se derrumbase sobre mi.
¿Esto que siento a su lado es lo que los humanos llaman... amor?
Continuará.
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