Y allí la tenía, tendida en la cama, totalmente abierta de piernas. Nuestras lenguas se entrelazaban y jugaban al ritmo de la música mientras mis dedos se introducían en una vagina sin fin y totalmente mojada.
(The feds trying to clip us but we ain't even tripping, I'm goin in, I'm goin in).
Los gemidos de Angie aumentaban de nivel tanto que aun con la música a todo volumen se podía oírla rebosante de placer mientras mi lengua ya recorría sus pechos sin dejar en paz su entrepierna. Estaba cumpliendo mi fantasía sexual y me sentía estupendamente bien, definitivamente soy una lesbiana en todo mí ser.
(I 'm goin in, and I'm a go hard, bitch I 'm goin in, and I'm a go hard).
Seguía la música a todo volumen mientras los senos de Angie se encontraban completamente fuera de su vestido mientras yo la violaba con mis dedos y la besaba apasionadamente sabiendo que nunca más la volvería a ver.
Su mano agarra la mía, presionando y hundiéndomela completamente dentro de su vagina seguida de un enorme gemido hago que eyacule de una manera que yo jamás había experimentado, sus fluidos humedecían la cama mientras ella se retorcía del placer soltando mi mano completamente empapada. En ese momento sin avisar Fran entra a la habitación al grito de "Larguémonos inmediatamente de aquí." Su rostro se encontraba muy pálido, sin cuestionarle el motivo tomo mi enorme mochila de oso panda, me la coloco en mi espalda, me doy media vuelta mirando a Angie que para este momento ya se encontraba dormida en la cama. No podía dejarla en ese estado, así que me volví hacia donde ella se encontraba y la vestí nuevamente.
Al salir de la habitación me encuentro con varias personas vomitando y discutiendo, empujándose, botellas de cerveza volaban por los aires y la situación se descontroló cuando el primer golpe de puño llego. Francisco y yo corríamos a la puerta trasera cuando veo como mi primo va en busca de Angie para ponerla a salvo. Una vez fuera de la casa corrimos hasta una cierta distancia, sin saber mucho lo que sucedió veo como la policía va llegando a la casa. Lentamente caminamos por la playa rumbo hacia la casa de Francisco, una caminata en silencio debido al efecto del alcohol y las pastillas finalizando su efecto, esta vez el sol aún no se asomaba y nosotros ya nos encontrábamos acostados mirando el techo. "Puse una pastilla en la cerveza de tu primo y luego el paso el vaso por toda la casa, y comenzaron a vomitar." Me cuenta Fran. Yo me empiezo a reír, "Soy lesbiana" le respondo a Fran. Me encontraba súper feliz, había descubierto por fin que soy una lesbiana. Mi mente comienza a repasar todos los momentos vividos hasta llegar a la mágica experiencia. Mis ojos se van cerrando lentamente hasta dormirme.
Una fuerte voz a mi oído me despierta. "Angie está a punto de marcharse". Se trataba de Fran despertándome como siempre, faltaban horas para que mi primo se marche. Me cambio devolviendo la ropa a Fran, agarro mi skate, me pongo mi enorme mochila de oso panda y salgo rumbo hacia mi casa, cuando finalmente llego, mi primo ya tenía todo el equipaje dentro del auto. Mi familia ya había terminado de almorzar y Angie se encontraba sentada bajo la sombra del árbol de la entrada de mi casa, me arrimo para pasar los últimos momentos con ella, "Hola Lulú skater." Me saluda a lo cual yo respondo con una sonrisa sentándome a su lado, rápidamente su brazo se aferra a mi cintura. "Te voy a extrañar amiga porteña." Le respondo apoyando mi cabeza en ella.
Mi primo listo para el viaje comienza a saludar a mi familia despidiéndose, el auto se enciende, el final se asomaba. Angie se saca la medalla de Velvet Revolver que colgaba de su cuello y la coloca en el mío. "Espero que con esto no me olvides Lulú." Seguido de un enorme beso en mi mejilla. Angie se dirigía rumbo al auto, antes de subir se da la vuelta diciéndome.
"Con el buzo con capucha te hacia ver como si tuvieras el pelo cortito, te quedaba súper lindo."
Dicho esto se sube al auto, mi primo saluda a todos con su mano mientras el auto comenzaba a moverse, mi familia replicaba el gesto. Yo estaba congelada, aun en shock por las palabras de Angie, finalmente ella saca la mano por la ventana saludándome al grito de "Chau panda". Debido a la mochila que aun colgaba de mi espalda mientras el auto se alejaba perdiéndose en el horizonte soleado rodeado de la playa.
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