El mayor de los Hijirikawa le reconoció de inmediato, pero aún dudaba si pudiera ser él, si pudiera ser ese Zenko de hace 60 años. Su expresión se torna una combinación entre sorpresa y terror. Por primera vez en demasiado tiempo al fin volvía a ver a su viejo amigo, sólo que ésta vez había cometido un grave error en estar con sus hijos. Su sed de sangre debió despertar poco después de se separara de él en su ñiñez. Seguramente no pudo resistir al mal y no se le culpa, pues no era el primero ni será el último que cae ante la oscuridad.
Desde que los Zorros rebeldes fueron expulsados del destierro por la misma Inari, sólo les quedó ir a la tierra y terminar su corrupción. Su misma Deidad se había vuelto en su contra y los había condenado. Por ello los Zenko se identificaban con los Demonios. Expulsados de su hogar por quien creían que lo era todo, y luego les dio a entender que para sí no eran nada.
En cambio, los descendientes no pasaron por eso, ellos no pueden entender sus razones. Jamás lo harán.
—Llévatela de aquí, Jack. Yo sé quién es este Zorro.— Decide hablar al fin Tsuyoshi, con un rostro que expresa la misma diversión que su nuevo rival. No se podía redimir ante aquél que un día fue un compañero, pues sabía que iba a utilizar eso a su favor si se lo permitía.
El pelirrojo se limitó a asentir y avanzar tras de sí, tomando de la muñeca a su hermana. Ligeramente se le escuchó decirle al oído, "Tendremos qué tomar el camino largo." Cosa que la sacó del trance en el que se encontraba y ambos comenzaron a correr aquella avenida por la que habían entrado al lugar.
—Oh... ¿Se van tan pronto? ¿Por qué no se quedan y forman parte del show?— Insinúa el Yako de cabello café como la tierra y ojos rojos cual sangre a los Hijirikawa, mientras van saliendo con lentitud cinco de los suyos, sin apariencia humana, del mismo as de luz del que provino él. —Alto...— Alza su mano izquierda, con el dorso en dirección a sus súbditos y la palma en dirección a su viejo amigo, y los primeros se detienen. —Diviértanse, muchachos...—
Los Zorros color café rojizo avanzan velozmente en dirección a Tsuyoshi y cuando él está en posición para atacar, lo rebasan.
—Oh... ¿Creíste que les daría el honor de pelear contigo?— Su rostro dibuja una sonrisa macabra de satisfacción. —Que se encarguen de los débiles. A pesar de que Jack ha entrenado no les dará problema y se devorarán a esa humana en segundos. En cambio tú, pelearás conmigo. Veamos cuánto has avanzado desde que te entrené. ¿Te parece?—
El portador de ojos rojos toma un paso veloz y lanza su primer ataque a manera de patada alta de lado hacia la cabeza de Tsuyoshi.
El intruso bloquea el ataque de su contrincante con un movimiento de codo ascendente por su propia izquierda, obteniendo de parte del pelicafé un "Has mejorado, pero aún me decepcionas", lo cual sólo hizo rabiar más al ojiazul.
—¡Nadie se mete con mi familia! ¿Lo entiendes, Akemi?— Los ojos del pelinegro se agrandan con furia, mientras que éste comienza a formar una corriente eléctrica en la palma de su mano.
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