—Me encontré con él justo cuando estaba terminando. Ahora ha de estar muy cansado para una buena pelea ¿No es así, David?— Busca con algo de desesperación el apoyo de su padre y este sonríe, lo cual le hace pensar que lo ha conseguido.
—En realidad, jóvenes. Creo que será mejor hacerlo ahora que ya calenté— Termina por mencionar el mayor, haciendo que su hijo se sienta fatal pero obteniendo el resultado contrario de la ojiazul.
—¿Verdad que sí, padre?… ¿Lo ves, Dean? A él no le molesta— Dice la menor, mientras que su hermano termina por suspirar pesadamente para luego acariciar la cabeza de la primera.
—Está bien, está bien… No entiendo cómo es que siempre te sales con la tuya. Algún día yo seré quien te entrene ¿te queda claro?— Responde el de cabello oscuro mientras empieza a formar en su rostro una sonrisa arrogante y se aleja, lo que hace que lleva al mar en la mirada tome un poco de color en sus mejillas, puesto que sabe lo que conlleva el entrenamiento.
David se acerca a la laguna de vuelta, alejándose de la chica junto con su hermano, quien había adoptado una expresión seria.
—Creí que me estabas apoyando en esto…—Reprocha el menor a su padre al tomar su posición en “la arena”.
—Por supuesto que te apoyo— Llega a su sitio el segundo y continúa su respuesta. —O ¿acaso no es eso lo que quiere ver Sally de ti? No puedes seguir siendo un idiota por el resto de tu vida. Tienes un gran potencial pero no te servirá de nada si no sabes controlar tus capacidades.— Aunque el más joven estaba molesto, sabía que la mayor parte de eso es cierto. Pero el llamarle idiota le hizo sentir molestia pues era la segunda vez esa noche en que le decían así.
Se forma una mueca en el rostro del mencionado y su padre sonrió pues conseguía lo que buscaba. Por primera vez podrá conocer en carne propia el verdadero poder de su hijo. Realmente agradecía a su espectadora por haber llegado en el momento indicado para que las cosas se dieran así.
- - -Continuará- - -
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