Hola, mi nombre es (...) y aún me queda mucho camino por delante.
No voy a negar que hay momentos buenos, ni que cuando decides esforzarte cada día para salir de este hoyo se va mejorando lentamente. Tengo mucho por lo que dar las gracias, muchísimo, me rodean grandes bienes que a veces ni soy capaz de apreciar o darme cuenta de que están ahí. A pesar de ello no se pueden evitar las decepciones, esa sensación producida cuando lo que esperamos y lo que nos encontramos no es lo mismo.
Por mucho que luchemos contra nosotros para no tener ideas preconcebidas sobre nuestro día o cualquier situación que vayamos a vivir, esto no nos es del todo posible. De un modo u otro terminamos haciéndonos nuestro pequeño guion de cómo transcurrirán cada uno de los momentos que están por delante de nosotros. Aunque vivamos con la mente abierta a la aventura o a lo desconocido, que vendrá de un modo u otro a llamar a nuestra puerta, hay límites que nos superan o sorprenden de mala manera.
¿Cómo negar un impulso tan natural? Seguramente con constancia y entrenamiento se podrá convertir cada cambio en una oportunidad para maravillarnos con aquello que el destino nos depara. También podemos vivir sin pensar en el futuro con deseos o esperanzas pero... no quiero hacerlo, al menos por ahora.
Otra vía de pensamiento, otro camino que tomar para estar un poco mejor y ser feliz en más ocasiones. Sé que no se puede evitar el daño, pero sí creo que se puede moderar y aprender de él. Aprenderé a estar mejor, algún día, espero.
Mientras tanto, seguiré siendo un juguete roto.
Muchas gracias.
Comments (0)
See all