-Despierta – le dijo Beatriz.
-¿Tan temprano? ¿Qué hora es? Ni siquiera veo el sol – contestó Luna soñolienta.
-¿Tienes algo mejor que hacer?
- Touché – Beatriz le miró de arriba abajo. No sabía porqué le ponía incómoda.
- ¿Sabes esgrima? - sonrió Beatriz.
- ¿Tal vez un poco? - se sonrojó Luna ¿por qué se sonrojaba tanto?
Beatriz le siguió mirando. "Espera un momento, ya regreso" le dijo a Luna.
- Si claro. Esperaré - “No es que tenga nada mejor que hacer” pensó Luna. Se dispuso a inspeccionar el lugar, era pequeño. Ella dormía en una cama improvisada en el comedor de diario, probablemente la habitación matrimonial se encontraba detrás de aquella puerta cerrada. "Allí Beatriz dormía con su esposo, aunque ya no está ¿se sentiría sola? ¿Es normal que una persona que recién acabas de conocer te provoque tantas emociones? Una cosa es cierta, es linda. La piel de sus dedos es suave”, Luna se tocó los labios mientras miraba el infinito.
-¿Te sientes bien? - le dijo Beatriz.
- Ah si, si. Totalmente, un poco acalorada, ya llegó el verano ¿no? Que interesante. ¡Mira, armas! ¡qué lindas!- paró a tomar una gran bocanda de aire.
- ¡Jajajajajajaja! Eres muy graciosa Diana... y probablemente interesante. - le lanzó unos ¿calzoncillos largos? ¿o eran pantalones? Una camisa y finalmente una espada.
- ¡Cámbiate y a luchar! - le dijo Beatriz
- ¿Quieres que me vista de hombre? - preguntó Luna confundida.
- ¿Quieres unirte a la revolución o no? A partir de ahora yo seré tu instructora. - respondió Beatriz sonriendo.
- ¿Podrías ayudarme? Me es díficil quitarme un vestido...Espera un momento. ¿Desde cuando estoy en camisón? - la cara de Luna se coloreó color tomate.
- Desde que llegaste. No te preocupes, probablemente estabas en un estado de shock y no te diste cuenta de esas cosas. Al menos Hipólito te dio su saco.- Beatriz respondió.
- Lo siento por estar con estas fachas.- Se puso nerviosa y Beatriz le agarró los hombros.
- Tranquilízate, ¿está bien? Tu no tienes algo que yo no conozca- Le miró – Lo siento, digo por favor cámbiate, puedes hacerlo en mi recamara si te incomoda.
- Lu...Diana ¿necesitas ayuda? - "¿Como se supone que funciona? No es la primera vez que usa un par." pensaba Luna.
- ¿Diana estas bien? - Beatriz abrió la puerta lentamente y preocupada. "¿Le había dicho a Beatriz que se llamaba Diana? No lo recordaba."
- Si solo me distraje. Ya estoy lista- sonrió.
- Chiquita, debes comer más – le miró – Se acercó y metió su camisa dentro de sus pantalones. Mientas le hacía un nudo para que no se cayeran.
- Prométeme que comerás lo que te dé a partir de ahora.
- Esta bien.
- Trato hecho – Beatriz le lanzó la espada y Luna la cogió – recuerda la principal característica de una buena espada es su equilibrio. Debe ser una extensión de ti y ser capaz tanto de atacar – le apuntó cerca al pecho – como de defender.
Luna tenía un abrigo de cuero para protegerse de los cortes durante la practica, aparte de una coraza de metal. Beatriz se precupaba mucho por su seguridad o era muy confiada en su capacidad letal. No solamente era buena con la espada. También tenía una daga y solía usar ambas a la vez haciendo que Luna se confunda.
- Tienes que entrenar todos los días. Ser veloz e inteligente para saber responder y que tus oponentes no te nublen. Solo así podrás sobrevivir- sentenció.
A pesar que conocía esgrima gracias a su padre, nunca pensó que conocería otra mujer con tanto interés en las armas. Cada día la admiración por ella crecía más. Y aunque en un principio no podía ni responder aprendió a reaccionary saber cual era el mejor ángulo adecuado para poder ganar fuerza aunque el enemigo fuera de mayor tamaño. Como la vestimenta también era parte importante, un sombrero, o una capa podrían ser la diferencia entre la vida y la muerte.
Después de tan extenuante practica Beatriz le dio un poco de agua a Luna, mientras le ayudaba a sacarse todo ese armatoste.
- Supongo que debía ser difícil moverse con todo eso.- comento Beatriz
- Sí, aunque aprendí mucho. Pero honestamente soy mucho mejor de lo que parezco.
- Es que no quería terminar en problemas. - dijo Beatriz
- ¿Tu o yo?- preguntó Luna
- No quería que mi casa se incendie ¿sabes?
- ¿A que te refieres?
- Termina de beber y te lo explicaré – dijo Beatriz mientras entraba a su recamara, de donde sacó una caja de madera.
Comments (0)
See all