Volando sin parar, en un mundo inundado por el mar, un pequeño cuervo surcaba los cielos en busca de suelo. Cansado y fatigado, continuaba su labor aun si estaba exhausto, mirando de este a oeste, de norte a sur solo viendo el inmenso mar azul. Era inútil, una misión fallida, cualquiera en su lugar sedería y volvería, pero no, el continuo ya que no era solo por él, era por su familia, por el arca y por el hombre que confió en él. Encontrar tierra era la esperanza, la salvación para aquellos pocos que lograron sobrevivir a tal extinción, su única fe entre el hambre y el estrés. Su única mentira que los mantenía en pie.
Ya más que cansado, con hambre y sueño, pues 3 días que no bajo del cielo, surco por ultima vez sobre las nubes aun si al hacerlo se quedaba sin aliento. Subió dando con sus últimas fuerzas sus últimos aleteos, aun sabiendo que pronto la muerte iría por él, continúo subiendo, aun cuando sus plumas se empezaron a congelar, continuo y no dejo de aletear, ya que solo arriba podría ver el panorama completo, solo arriba podría por fin ver suelo. Subió más alto que ningún ave antes habría hecho, estuvo por unos momentos sobre el cielo y con su ultimo aliento vio al mundo cubierto, “que lastima” se dijo “que mi pobre vista de cuervo no pueda ver más que unos metros” es cuando aún crédulo de sus propias mentiras cayo envuelto en hielo.
Prematura muerte y una bella caída, la triste muerte de un ser que dio todo por quienes él amaba y ahora yacía sin gloria ni esperanza...
Hasta que… de los cielos una inmensa mano sostuvo el cuerpo del cuervo, lo llevo a su seno y entre lágrimas, Dios estaba perplejo, pues creía que nada había sobrevivido a tal terrible suceso. Sin miramientos, con sus manos trajo de las aguas el suelo; dibujo los campos de árboles, frutos, flores y helechos; y saco de los cerros agua cristalina, peces y pecezuelos.
La mentira que el cuervo creía se hizo real, pero no pudo vivir para verlo. Aun con la vida de los sobrevivientes asegurada, Dios estaba aun triste por aquel cuervo, lagrimas nuevamente salieron, y dijo sollozo “Pobre cuervo, luchaste tanto por esto, aun sabiendo la verdad distes tu vida por creerlo, tus esfuerzos sin quererlo fueron tan grandes que hasta un dios pudo verlo. No importa cuantos regalos le de a tu familia no compensará la hazaña que has hecho, pues, aunque nadie mas lo sepa, yo prevaleceré tu recuerdo, el recuerdo de un héroe que nadie conoce y nadie reconocerá, un héroe anónimo que vivirá en la oscuridad , tu figura será el símbolo de aquellos futuros héroes, de los Héroes sin gloria, de los Héroes… sin Nombre ”.
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