Lo siento, no puedo soportarte más.
Todos los días son iguales. Tu rostro es de plástico y odio su perfección.
Conseguirte fue la única victoria que acabó siendo una derrota con el tiempo.
No soy un verdadero estratega, sino un niño que quería un juguete que ahora quiere desechar.
Las mañanas están llenas de máscaras, las tardes de impotencia y las noches de silencio.
La misión que consideré la solución a mis problemas se ha convertido en una cárcel.
Esta casa es ficción.
Nuestra relación es ficción.
La comida que me preparas es ficción.
Nuestro trabajo es ficción.
Nos mantienen los benefactores del contrato que firmamos hace mucho tiempo, cuando decidimos vender nuestras voluntades por el futuro que creíamos que era nuestro destino. Ahora solo somos peones en un gran juego del que ya no formamos parte y del que creímos que saldríamos vencedores. Ahora nos usan para su beneficio. A ti y a mí solo nos une la ley.
Lo siento, destino, mi ímpetu me destruyó. Soy ahora solo el recipiente vacío de la que creía mi fortaleza.
Es necesario que alguien termine con esto. De lo contrario, o tú acabarás conmigo o yo lo haré contigo, con el mismo ímpetu y orgullo que me llevaron hacia ti.
Tú decides quién acaba con quién o con qué.
Hazlo rápido.
No quiero esperar.

Comments (0)
See all