El arcoíris es un color
Leo no era gay. En lo absoluto, no tenía ningún interés en los hombros más allá de fastidiar a Dasher cuándo estaba escribiendo y planear con Dylan como fastidiarlo aún más, pero tampoco podría considerarse hetero pues su interés en las mujeres no iba más allá de hablar de moda y tacones. Simplemente pensaba en que si amaba a alguien lo amaría por quién era, no por lo que tuviera en las piernas; Dasher solía bromear sin embargo que Leo amaba más a su larguísima colección de zapatos que a alguien más.
Leo no era gay, pero tenía un amigo y compañero que sí y un profesor tan homofóbico que la palabra parecía quedarle pequeña que se la pasaba fastidiando a su compañero colocándole malas calificaciones por ser gay y a Leo por usar tacones. ''Cosa de maricones'' decía frunciendo el ceño al ver sus trabajos e incluso en una ocasión ni siquiera recibió sus exámenes asegurando que estaban reprobados. Así que Leo había urdido un plan para joderle la vida a ese profesor.
Dasher le escucha hablar de lo que hizo y desea haber estado allí para grabarlo.
—Te digo —Leo mueve sus manos exageradamente aún llevando la cinta multicolor en el pelo, los lentes con el grabado ''I'm LGBTQ+ Suporter'', —¡Su cara fue épica!
Y es que sí, Leo se había aparecido en la universidad llevando los tacones más ''gay'' que encontró en su armario, de aguja y charol, rosados chicles tan dolorosos a la vista que daban ganas de quedársele viendo; además se había puesto una falda color arcoíris y una camiseta que Dasher recordaba antes era blanca y ahora tiene un montón de estampados de insultos elegantes hacia aquellos homofóbicos, sin contar sus variopintos accesorios.
—La secretaria me conoce —continua Leo cambiándose de piernas dando un trago a su malteada, su compañero que le había acompañado a ir a contarle a Dasher no para de reír al recordar su hazaña —y con gusto me dejó entrar. Cambiamos TODAS sus tazas por esas bonitas que vimos de apoyo al movimiento.
—Si, luego Leo se metió en su computadora y cambió el fondo por uno de la bandera —continua el chico limpiándose una lagrimita —y le descargó unas imágenes de alto contenido homosexual
—Bueno, las cosas hay que hacerlas bien —Leo deja escapar una risotada inclinándose al frente —y cambié todas las corbatas de repuesto que tenía por unas de la bandera. ¡Debiste ver su cara cuando se manchó con café accidentalmente y fue a cambiarla!
—Estás loco, podrían expulsarte por eso —Dasher no sabe si abrazarlo, golpearlo o simplemente reir ya pensando en contarle a Ryan y conseguir a si fuera rogándole plasmar lo sucedido.
—Eso no importa, ese hijo de puta no tenía derecho a humillar a Carl de esa forma —el semblante jovial de Leo se transforma en una máscara fría y seria —nadie tiene derecho a humillar a nadie por su orientación. Ser gay o hetero no te hace menos que nadie.
Dasher sonríe con suavidad orgulloso de las palabras de su amigo y el chico, Carl, abraza a su rubio amigo con fuerza antes de ponerse en pie y despedirse. Suspirando el pelirrojo se estira en su asiento riendo entre dientes encantado con la pasión de su amigo al defender así a su compañero. Sólo faltaba que no los descubrieran y mucho menos fueran expulsados para Dasher estar completamente feliz.
—Me encantan tus zapatos —comenta poniéndose en pie
—Gracias, no sé cómo terminaron en mi armario, pero fue excelente.
Rodando los ojos lo jala para ir a la clase que compartían con una profesora tan religiosa que solo le faltaba ponerse un hábito. Ambos sonríen con malicia ya saboreando la reacción que tendría.
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