A veces se crean cultos o religiones alrededor de estos sujetos que no lo merecen pues al final tal y como los hechos lo demuestran no son más que seres vivos, de aquellos que sus egos gobiernan sus actos.

Por lo tanto, al igual que los "Héroes", estás criaturas pueden ser genocidas glorificados por el bando que los usa, crea o se aprovecha de su situación dependiendo de las circunstancias.

Todo este relato, el cual Marc no reconoce en que momento su delirante mente empezó a tejer, no era más que un indicio de lo que su subconsciente pedía, esperaba o rezaba de alguna manera mientras navegaba entre los ideales y perspectiva que tiene su ser consciente sobre la vida.

Pues Marc, se considera "realista", para él la realidad en si misma no puede considerarse buena ni mala, la realidad no es más que un contenedor enorme, una caja, como la de Pandora o puede que sea está misma, a veces mientras se encontraba mirando el cielo estrellado, lo poco que se filtraba desde su sector en la cueva, le gusta pensar que talvez así era en realidad.

Y se daría palmadas de aliento metafóricamente hablando, porque al igual que aquel cuento la realidad, o más bien su realidad contenía todo lo que pudiera imaginar, y por sobre todo podía ver y destacar la maldad y su más grande representante: la Esperanza.

Este ser o concepto, es la cosa más vil que Marc puede imaginar o concebir, no sabía cuando ni como, pero lo envenenó y por lo tanto se encontraba infectado y enfermo. Pues si bien, cuando está consciente no lo demuestra, a veces en sus sueños se encontraba con este ser. Y al despertar y enfrentar su situación agradecida el poder olvidarse rápidamente de estos, por qué sabía que si recordaba que era lo que soñaba, sería cada vez más pesado el hecho de despertar.

Desgraciadamente, ahora no era una situación comparable a un simple despertar. El dolor, la impotencia, la pesadez que sentía al simplemente respirar no hacía más que rasgar las defensas de su mente consciente y podía notar como la infección comenzaba a mostrar sus garras.

La esperanza parecía reclamar y festejar el hecho de finalmente poder manifestarse. Y Marc podía entender por qué deliraba con Dioses y Héroes.

¿No sería esta situación perfecta, para que un Héroe o Dios se presente?

Bueno... Si, esta situación era la norma en su vida. Pero como la infección logro reclamar su conciencia ya no podía ignorar lo que vive. Ya no tenía fuerzas para continuar...

-Tch, parece que otro se rompió. Mierda que molestó... ¡Tu el de ahí, y tú también, si vengan y arrastren este al basurero!.

Nada parecía tener sentido, ya no podía buscar excusas para seguir repitiendo su horrible rutina. En algún momento recordó haber caído al suelo, así como sentir el agarre de algunas personas arrastrando su cuerpo, a veces intentando levantarlo y otras cayendo y golpeandolo como consecuencia.

está situación parecía repetirse, claro, el resto de personas en esta mina no tenía porque tener la fuerza para levantar su cuerpo. Apenas recibían alimento para tener energía y fuerza para hacer solo lo que se les pedía. Pues vivían en su puesto de trabajo, era todo lo que conocían.

Y ahora seguramente estaban sufriendo o tal vez se sentían aliviados, pues ellos al arrastrarlo ya no encontrarían fuerzas para volver a sus estaciones de trabajo.

El cálido roce de sus lágrimas sobre sus mejillas y la sensación de extremidades frías tocando su cuerpo, no hacía más que recordarle su situación.

La historia relataba como una vez la humanidad se unió para derrotar a un poderoso enemigo extraterrestre, su victoria trajo grandes avances llevando a la especie a una nueva era. Para Marc esto era claramente una fantasía, era lo que sus dueños solían contar cuando se presentaban, pero Marc nunca vio algo más que a humanos, está cueva era todo lo que conocía. Estos dueños decían que su trabajo aquí era la razón por la que la humanidad era tan grande hoy en día.

Por lo tanto, para él, el mayor enemigo de la humanidad era la humanidad misma, y esos héroes y dioses por los que inconscientemente pedía, eran la razón misma de su monótona existencia. Aun así, esos días en los que llegaban esos dueños traían consigo libros, o más bien desechos o restos de lo que fueron alguna vez libros y los repartían entre los trabajadores, así fue como conoció el cuento de Pandora.

Supuestamente eran premios por su arduo trabajo...

Cada vez era más difícil respirar, Pero siempre fue difícil, esta dificultad trajo un poco de claridad a su mente. Ahora podía escuchar el llanto de quienes lo trajeron y el suyo. No recordaba cuando empezó a llorar, tal vez siempre estaba llorando, pues se sentía familiar y solo lo ignoro.

Y con el mínimo rastro de resistencia mental que le quedaba decidió ignorar el ruido y concentrarse en su respiración. Era la primera vez en su vida que tuvo la idea y oportunidad de prestar atención al simple hecho de respirar.

Si pudiera prestar atención a su alrededor, Marc habría notado que quienes lo trajeron dejaron de respirar y murieron calmando así su llanto y sufrimiento.

Mientras regulaba su respiración, los cuerpos a su alrededor empezaron a quebrarse y convertirse en polvo, su pesada respiración parecía hacer eco en esta cueva. Y mientras más regular se volvió su ritmo, los restos, o más bien el ahora polvo empezó a girar a su alrededor, y de a poco empezaba a respirar estás partículas.

Al tener los ojos cerrados no veía lo que sucedía, pero notaba como su cuerpo empezó a calentarse y su interior picaba, como no podía, ni tenía fuerzas para el movimiento de rascarse, solo siguió concentrado en su respiración.

poco a poco, su autoconsciencia se fue apagando y solo podía seguir el ritmo de su respiración parecía ser lo único constante en este momento una constante que no sabía existía.

***

El pitido de una notificación sonaba en la habitación que estaba a oscuras, sus ocupantes se encontraban disfrutando de los placeres carnales. El horario laboral había terminado y el Encargado ignoraba convenientemente dicho sonido, ya que se suponía que no se encontraba en el edificio.

Obviamente se suponía que su reemplazo se encargaría del siguiente turno, pero había anunciado un retraso en su llegada. Bueno, más bien fue todo una artimaña, ambos estaban ocupados complaciendose. No hace falta explayarse en como su situación terminó así, si no, solo indicar que esta situación ayudaría a que Marc pudiera escapar.

Si Marc estaba escapando, no recordaba como ni por qué, Pero cuando recupero la consciencia se encontraba en medio de una de las instalaciones dentro del sistema de túneles.

A su alrededor había cuerpos, cuerpos uniformados de los guardias que los vigilaban y hostigaban constantemente. Sus compañeros también estaban entre ellos. Algunos tenían expresiones de determinación que nunca habría imaginado ver en esta gente.

Y como si una pieza fundamental se hubiera caído repentinamente todos y cada uno de los trabajadores, comenzaron a desintegrarse, no sufrían, era como si se hubieran liberado, niños adultos y ancianos.

Las lágrimas recorrían el rostro de Marc, de alguna forma entendió que finalmente fueron libres de esta vida y que no sufrieron en el proceso. El polvo que alguna vez fue humano empezó a seguir el ritmo de su respiración y se dio cuenta de que estaba aspirándolo.

Un ataque de pánico apareció y despacio inmediatamente, pues de alguna forma sentía que estos restos estaban bien con formar parte de su ser.

Acepto los restos de la gente incorporándose a su ser y se guio por los símbolos que había en los túneles hacia donde creía era la salida.

Era la primera vez en su vida que se movía tanto, fue extraño sentirse con tanta energía, solo se había sentido algo parecido cuando le inyectaban suplementos en su época de acondicionamiento, cuando tenía que aprender a leer, matemáticas y todo lo relacionado con su estación de trabajo.

Su piel palida de repente se tomó un tono mas adecuado para alguien que estaba vivo. Sintió como sus músculos se hacían más fuertes y a su vez sus poros parecían excretar un sustancia podrida que emana un horrible olor.

Era doloroso, pero soportable.

El sonido de gente gritando y moviéndose dentro de los túneles, llegó a su oído. No recordaba como, pero era obvio que fue el quien mató a esos guardias que estaban cerca cuando recupero la consciencia.

No intentaría hacer lo mismo, decidió escapar. Viviría por todos los que nacieron y murieron en esta cueva.

El polvo había desaparecido hace tiempo, lo agradeció porque no podrían usarlo para rastrearlo. Era consciente de que se había hecho más inteligente, estaba tomando decisiones y considerando cosas que nunca antes había pensado.

Necesitaba sacarse el olor. Unas señales parecían indicar que había un baño cerca, agradeció a las alarmas y coincidencias que le liberaron el camino, el baño estaba vacío, algo accidentado y torpemente logro bañarse y se vistió con la ropa de los guardias para pasar desapercibido.

Siguió su camino, no sabía cómo ni cuanto tiempo pasó. Las miradas, y preguntas fueron evitadas y respondidas de alguna forma, la desaparición de los trabajadores era demasiado sorprendente como para qué notarán la particularidad de un supuesto guardia que daba vueltas por el complejo.

Algunos solo pensaron que estaba explorando buscando signos de los trabajadores o cualquier excusa que se pudieran imaginar si tenían el tiempo para replantearse su situación.

***

No podía creerlo, de alguna forma lo logro. El cielo estrellado estaba en su enormidad sobre él, no sabía que era tan bastó. Era incomparable a lo que podía observar en su estación de trabajo.

Se obligó a moverse, sentía que su vestimenta no era correcta. Por suerte encontró un basurero, mientras seguía el camino de asfalto. Era enorme, observo un tiempo, había gente escarbando en el predio.

Después de decidirse los siguió, algunos lo miraron pues vestía como un guardia, la mayoría lo ignoro, no era raro que alguien se quedara sin trabajo y viniera a este sitio.

Recorrió las montañas de basura, de alguna forma parecía estar ordenado de alguna forma. Se dirigió los restos donde se acumulaba ropa vieja algunos ni siquiera parecía tener uso, se preguntó porque alguien tiraría algo en ese estado.

Encontró una mochila grande algo magullada pero funcional. Pronto llegaría el invierno, así que lo lleno de ropa para el clima que se aproximaba y luego busco comida que pudiera cargar y consumir.

Pasaron horas y todavía seguía despierto. escucho y aprendió mucho. Gracias a eso consiguió algunos aparatos bastante convenientes, se tomó su tiempo para aprender a usarlos y finalmente decidió retomar el camino.

Camino, camino, camino. Sin ninguna dirección en particular bordeo algunos pueblos, pasaron días y finalmente se detuvo en un bosque y encontró una cueva. Debido a como desaparecieron los trabajadores pensó que no lo buscarían, se acomodo, acurrucó y después de tanto tiempo cayo dormido.