Soy un Husky Antheano que vive en una pequeña choza abandonada en el Reino de Anthea, este es mi único escondite de la guerra que acontece entre los hombres, he visto cómo pueden pelear por días o semanas para obtener un trozo miserable de tierra, hasta he visto fallecer a miles, probablemente millones, todo eso para que los Imperios dobleguen a sus reinos vecinos. Esta es mi historia, llena de complicaciones y muerte, una historia de amor y amistad, esta es…

…La Historia de Eliza: Hundekader

Noviembre 1510

Cerca de las costas de Anthea, se esta llevando a cabo la Batalla por Anthea (Día A) después de 5 años de ocupación enemiga. Varios Héroes como Lucy, Laundry o Jonathan los cuales están liberando al ya moribundo reino. Pero yo me encuentro mas al Oeste de esa batalla, sobreviviendo como puedo, aun no tengo nombre, no sé si alguna vez tuve una familia, no lo logro recordar muy bien.

Desde que llegué a esta choza han pasado una que otra batalla a mi alrededor, muchas veces me han llegado a dar de comer ambos bandos, pero al irse terminan muriendo, por culpa de esta cruel guerra. Varios meses después de que los Tres Imperios está batalla en la Capital Antheana yo me dirigí a esta, algo me llamaba para ir a aquella capital destruida, al llegar me dirigí hacia las ruinas del castillo, solo estar ahí observe una escena horrible para la vista, varios humanos sin vida y con rastros de tortura, pero solo hubo algo que llamo más mi atención fue a dos hombres cargando a la débil Reina, ellos al verme me acogieron y me acariciaron “lindo chico, esos ojos son muy curiosos” fue lo que oí de uno de ellos, la débil Reina con la fuerza que le quedaba pidió que me acercaran a ella, sin que los hombres hicieran algo yo me acerque instintivamente hacia su mano y empecé a lamerla, la Reino me mostro su sonrisa, esa sonrisa hizo que me sintiera como en casa, me hizo sentir amado, desde ese momento no me separe de ella, comencé a vivir con la Reina en unas tiendas de refugiados y de médicos, yo siempre estuve con ella a su lado, protegiéndola…

Mi querida Reina fue mejorando al paso de las semanas y después de unos meses por fin pudo jugar conmigo. Mi ama es una mujer muy hermosa, muy sabia y astuta, ella siempre piensa en su gente, si fuera necesario sacrificaría su vida por el bien de su gente.