La vida es cruel por lo general, ¿no creen? ¡Por qué deberíamos entenderla si podemos evitarla! Bueno, al menos debemos de intentarlo y ver a dónde nos conduce al final de todo. A veces esto me pone a pensar en que es una buena manera de deshacernos de pensamientos estresantes o autodestructivos que pueden volvernos locos en algún momento.

Lo sé, justo ahora hago un pésimo trabajo y no logro convencerlos de hacer justo lo que yo amo hacer. Nada me habilita para decirles qué es lo que deben de hacer con sus vidas, pero hoy están de suerte. No planeo hacer algo así de terrible, a no ser que yo crea que van a hacer algo REALMENTE estúpido en unos cuantos días o algo así. Sí, llámenme entrometido o incluso vejete si lo prefieren. Eso no cambiará el hecho de que terminarán admitiendo que tengo razón sobre lo que todo lo que trato de decirles aquí. Claro, están en lo cierto. No puedo estar totalmente seguro de si terminarán de leer mi historia. ¿Saben qué? ¡No me importa! ¡Esta es la mejor parte de todo! ¡En serio lo es, muchachos!

Entonces debería explicar cuál es mi motivo para seguir escribiendo sobre un cuento de hadas raro o aburrido que puede hacer que el lector promedio vomite tras leer los primeros dos o tres párrafos. Es bastante complicado hacer esto, en especial porque no espero que me crean. De hecho, sospecharía de cualquiera que aceptara mi punto de vista así no más, sin hacer preguntas ni pedir pruebas de la misma existencia de esos lugares que he visitado en mis extraños viajes.

Si alguna vez creyeron que estoy loco, tales personas serían los verdaderos dementes aquí. Escucharme puede ser peligroso para sus mentes. Así que vayan y saquen una cita con su sicólogo antes de que sea demasiado tarde para ustedes y se vean involucrados en unos líos terribles.

En este punto debo pedirles que si han visto algún anime o película sobre un personaje extraño, que termina formando parte de un mundo virtual como el de un videojuego, o sobre un raro país donde a la gente no le importa matar a otros en una especie de torneo. ¡Hey! ¡Hasta yo he visto tales cosas en algunos anime como una historia secundaria o como parte de la trama principal en estos últimos años! ¿Ustedes también los vieron? Si es así, les tendría tanta lástima como el odio que siento por mi mala suerte. Y nada parece que vaya a cambiar eso.

La mayor parte del tiempo verán que presentan a un sujeto patético que se convierte en el héroe legendario que fuera anunciado en alguna profecía antigua. Hay otras tramas que lo humanizan a tal punto que lo muestran como el vecino de al lado y que está destrozado sicológicamente. Luego de mucho sufrimiento consigue superar sus mayores temores de una vez por todas. ¡Hombre, ya quisiera ser él! Lo malo es que no es mi caso…

Debo ser honesto hasta llegar al extremo de forma innecesaria, yo ni siquiera podía hablar la lengua de aquella gente desconocida. Día tras día solo esperaba que pudíera cortarle la lengua a algún criminal para obtener su habilidad para comunicarme tan fluido como ellos lo hacían. Porsupuesto que eso me llevaría directo a la prisión en poco tiempo y más aún porque soy un pésimo mentiroso. No, no les pido que cometan ningún crimen, solo trato de enterarlos de lo frustrante que era estar allí. Ni sabía qué debía hacer porque me moría de hambre. Sentía cómo me caían encima las frías gotas de agua como si yo fuera una simple molestia y no un verdadero ser vivo.

De la nada o del cielo azul o del mar salado, una extraña pareja no pudo resistir la urgencia de ayudarme de alguna manera. Así fue como pude comer algunos vegetales y un mísero pedazo de pan. Ahora no sabría decirles si me dieron una sopa o algún otro platillo. En ese momento no me importó y seguí comiendo todo lo que había a la vista. Me supo delicioso o mis sentidos entumecidos me hicieron creer eso.

La “mejor parte” vino después, cuando me llevaron a una cabaña. Allí sería donde me encontraría a alguien que podría tenderme una mano. Comencé a pensar que él o ella me haría regresar a casa, ¡mas era una cruel mentira!

—¡No! ¡Ni se atrevan!—le grité a la pareja.

La razón era muy simple: ese tipo se presentó como Alex…