Hola, escribo esto por consejo de mi psicólogo que tiene esa manía de insistirme que escriba todo lo que me pasa en un cuaderno, Así es, tengo un psicólogo. Lo lograste, aquí me tiene escribiéndolo todo.
No sé mucho como arrancar con esto, bueno empezare presentándome, sería lo más lógico creo, aunque en mi mente las cosas lógicas escasean en una escala gigante, en fin.
Mi nombre es Lourdes, me llaman Lu, Loli o Lolita, como les parezca más cómodo. Tengo 14 años, en espera de mis quince años. Vivo en Mar del plata, Argentina. Lugar conocido por el mar, la gente viene de vacaciones en verano, disfruta de la playa, luego se van, el resto del año es una ciudad olvidada, pero bueno, gracias a las vacaciones y los turistas pude descubrir hace un año que soy lesbiana. Exactamente hace un año las vacaciones de verano estaban a días de comenzar, por problemas docentes del instituto al que yo concurro, las vacaciones comenzaron una semana antes, durante esa semana aprovechando el calor que hasta el momento era un calor cálido y agradable, todas las mañanas desayunaba, agarraba mi skate y concurría a las rampas ubicadas cerca de la playa a patinar con amigos que conocí hace unos meses allí. Una mañana mientras desayunaba mi chocolatada bien fría con algunas galletitas de chocolate mi madre me da una noticia, en los días próximos tendríamos de visita en nuestra casa a mi primo que pasara una semana. Nuestra casa es grande con varias habitaciones así que estoy acostumbrada a que vengan a vacacionar gente a mi casa, mucho tiempo no me pasó en casa en momentos de vacaciones así que me da igual. Los días pasaron muy rápido a tal punto que me había olvidado lo anteriormente mencionado. El sol se había ocultado y el viento del mar no estaba tan presente así que pase una media hora más patinando en la pista hasta que volví a casa, al llegar me encontré con mis padres y mi primo, saludo a todos amablemente y me sumerjo en mi habitación, directamente a mi burbuja, dejo rodar mi skate debajo de mi cama, enciendo la pc, con el pie cierro la puerta mientras enciendo la luz, cuando se enciende me encuentro con una chica sentada en mi sillón de oso panda, mi susto fue algo grande que me obligo a emitir involuntariamente un grito cortito, como cuando me pincho con algún alfiler. "Perdón, vine a conectar mi teléfono". Una voz muy aguda, con un vestido cortito negro con brillitos y unos labios color rojo fuego. Una sensación me recorrió todo el cuerpo. Este momento exacto es el desencadenante a todo lo que viene a continuación.
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