El viento se sentía especialmente cálido el día de hoy, la caminata parecía eterna pero no tenía miedo de caminar por este sendero ya que no me encontraba solo. En un momento, una brisa chocó contra nosotros y algunos pétalos del ramo de rosas que llevaba entre manos bailaron en el aire, pero fue extraño, puesto que en vez de descender ellos danzaron alto por sobre nuestras cabezas.
Dicen que existen dos tipos de amores a los cuales es inevitable enfrentarse, el amor de tu vida y el amor para tu vida. El primero siempre será tu punto débil durante mucho tiempo, pero no funcionará para los dos, sin embargo, es la persona que amarás con inocencia y con todo lo que tienes. Mientras que el segundo, quien sería el amor para tu vida es el que sí funcionará y la relación fluirá con ese amor puro que nacerá de ambos corazones. El destino sabrá en qué momento unirte al amor para tu vida, y enlazaran sus almas justo cuando más lo necesitan.
Pero para llegar a él debes nutrir tu corazón de muchas experiencias previas, aunque quizás seas una persona afortunada que ha logrado encontrar al amor para tu vida sin haber lastimado tu corazón en el proceso. En mi caso, para llegar a la persona que más amo en este mundo primero tuve que gritar, llorar y desgarrar mi alma incontables veces de maneras diferentes. No me arrepiento de nada de lo que he vivido, pues gracias a ello hoy puedo estar aquí despidiéndome del amor de mi vida, dejándole estas rosas que quizás alguna vez le gustaron mientras que el amor para mi vida me impulsa a seguir avanzando, olvidando y perdonando todo mi pasado.
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