14 de mayo del 2019.
Aparece por primera vez en 5 meses un cielo despejado, los rayos del sol golpeaban suavemente a la naturaleza, el viento era refrescante, la gente salía a realizar sus compras matutinas y en una de las casas de la ciudad de Hoppas está Gabriel, un chico de 20 años, estatura media, castaño, mestizo y un poco temperamental porque no sabe cómo relacionarse con las personas o como tratarlas, pero aquel 14 de mayo era un día especial para él, lo que le daba una gran sonría en su rostro a pesar de ser un poco amargado.
El motivo por el cual estaba alegre era porque el día anterior durante la noche tomó la decisión de declarársele a la mujer que ha amado por 3 años. Apreciaba su belleza en todo momento y aunque se les complicaba reunirse, siempre encontraban la forma de pasar el tiempo juntos y él contemplaba cada centímetro de su rostro, sus ojos, sus labios, cabello, etc. Pero la realidad era que por más que la apreciara tenía que mantener sus sentimientos al margen para que ella no descubra la verdad. su nombre era “lisa”, dulce, amable, cariñosa con todos, también de 20 años y una voz agradable que parecía que podías confiar en ella desde el primer segundo de conocerla.
Gabriel se levanta de la cama, pero debe mantener un perfil bajo en su hogar o empezarían a preguntar cuál es el motivo de su alegría; desayuda en familia, conversa con ellos sobre lo tedioso que es la universidad y luego de la charla agarra su maleta, se despide de todos y apresura el paso para llegar al autobús que lo llevaría hasta el parque “flexin” donde se encontraría con lisa. Sube al bus y mira la hora, calcula que no llegará a tiempo con ella. Durante el trayecto estaba nervioso, respiraba descontroladamente, se mordía las uñas y sudaba un poco, para colmo recibe una llamada de lisa, él se exalta, sin embargo, intenta mantener la calma y contesta.
— Hola Gabriel, te llamo para avisarte que ya me encuentro en el lugar, ¿en cuánto tiempo llegas? . — decía lisa alegremente.
— No tardo mucho, solo me atrasaré un poco, mientras tanto espérame en el mirador que se encuentra en el centro del parque. ¿ok? — comentó de forma temblorosa.
suspira. — está bien, no llegues tarde. — ella cuelga el teléfono.
Gabriel observa por la ventana, ve la calma que se apodera de las calles, algo le decía en su interior que todo iba a salir bien; desvía su mirada hacia adelante y coloca una pequeña sonrisa en su rostro.
Al llegar al lugar corre a toda prisa para encontrarse con lisa, pero la velocidad con la que iba corriendo disminuye drásticamente porque le vienen a la mente pensamientos de negatividad sobre la situación que estaba a punto de suceder en aquel lugar.
*¿y si provoca que se aparte?, ¿me golpeará?, normalmente tiene una fuerza que parece que destrozaría una pared. ¿Qué hago? ¿y si no logro decírselo y termino por cometer alguna bobada? *. — no paraba de repetírselo en la mente.
Al estar a tan solo 20 metros del lugar, caminaba despacio y decaído, tenía la cabeza agachada, sin darse cuenta estaba a tan solo unos pocos pasos de llegar al mirador, lisa lo ve corre hacia él y se le abalanza encima para abrazarlo, como Gabriel estaba distraído se llevó un gran susto cuando lisa se lanzó sobre él.
— Llegaste—. le dijo lisa con alegría.
— Si, lo hice, jeje, perdón por la demora. — contestó Gabriel mientras su rostro se tornaba del color rojo de un tomate por el abrazo.
— Dime, que era eso tan importante que tenías que contarme.
— S, sí, pero antes de eso quiero que nos divirtiéramos un poco.
— ¿Cómo así?, a ti no te gusta divertirte mucho —. Le dice de forma curiosa — ¡qué más da! Me alegra que estés cambiando un poco, ¿Qué tienes en mente?
— ¿eh?... pues... q- quiero que... vayamos... al cine primero, luego te mostraré un lugar increíble que encontré hace poco aquí en la ciudad. — le dice muy nervioso, con una sonrisa media rara y un poco de sudor en la frente.
— ¿ok? — lo mira medio raro.
Entonces caminan hasta salir del parque, esperan a que pase un taxi para ir hasta el cine, pero ningún auto pasaba por el lugar donde se encontraban y tienen que caminar hasta el otro extremo del parque para conseguir un taxi; lisa suspira y Gabriel la ve, nota que no le gusta el hecho de tener que caminar desde un extremo hasta el otro del parque solo para conseguir un carro. Gabriel piensa en que poder hacer para distraerla durante su trayecto hasta el otro extremo del parque, se le ocurre hablar de cómo le fue en el día, pero no habían pasado muchas horas desde que inició el día, además, pasó parte de ese tiempo en el mirador; intenta pensar en otro tema de conversación, cree que hablar sobre cual película ir a ver sería bueno, pero piensa que eso demostraría que fue improvisada la idea del cine y ella exigiría saber sobre lo que él quería hablarle, sigue pensando en algo. No tiene éxito. Solo hay un incómodo y largo silencio que se apodera del ambiente, lo máximo que se escuchaba era el soplido del viento contra las hojas de los árboles y las hojas cayendo al suelo.
Lisa desvía su mirada hacia Gabriel y lo nota algo angustiado y triste.
*¿será que estará pensando en lo que me quería decir? Mejor no le pregunto hasta que esté listo para contármelo por su propia cuenta*. — decía en su mente.
Llegan a la salida, esperan por unos minutos y aparece un taxi, lo detienen y se dirigen al cine. Ya en el lugar, lisa le pregunta cual película irán a ver, sin embargo, Gabriel no sabe cuál, aunque tenía que tomar una rápida decisión antes de que lisa se diera cuenta de que la ida fue improvisada. Entonces observa los horarios y nota que una película de drama es la opción más rápida por el horario de ésta que sería en hora y media. Compran los boletos y van hasta el patio de comidas para almorzar y pasar el tiempo hasta que empiece la película.
Durante el almuerzo también hay un silencio incómodo, Gabriel no deja de pensar en qué hacer para que el tiempo pase rápido, más el hecho de tener que confesarle sus sentimientos. lisa se percata de cuan tenso y pensativo se encontraba su amigo Gabriel, entonces agarra un sorbete y lo lanza hacia el rostro de su amigo quien reacciona de forma descontrolada creyendo que era un tipo de insecto que le saltó encima. Lisa se ríe de él mientras él intenta descifrar que pasó.
— Tranquilo compañero. — le dijo lisa mientras reía desenfrenadamente.
— ¡espera!, ¿fuiste tú quien me lanzó algo?
— si. — se sigue riendo de él.
— ¿Por qué lo hiciste?
— Porque te veo más tenso y cascarrabias de lo normal. — comenta con una sonría en su rostro. Gabriel se sonroja al ver la ternura que emana del rostro de lisa.
— Bueno... lo que pasa es que este día no ha ido como esperaba que fuera, y noto que estás aburrida, por eso estoy... algo molesto. — comenta, intentando explicar su situación.
— ¿ya me dirás que te sucede en realidad? —. Gabriel la mira un poco impactado. — el que me hayas dicho que querías hablar de algo conmigo hoy, más el hecho de que te has portado más raro de lo normal desde que nos vimos, me dice claramente que estás desesperado por revelarme algo que solo tú conoces. Entonces... dime.
Gabriel se encoje de hombros sin saber que hacer o decir ante ella, respira hondo, se sienta firme en la silla y con una expresión seria le contesta.
— Te prometo que después de ir al lugar que te mencioné cuando nos vimos te contaré toda la verdad.
Lisa vio que hablaba en serio, entonces le contesta, en señal de pacto, que cuando llegue la hora él le contará todo, para que cumpla su palabra. Gabriel se calma por su respuesta y agacha la cabeza para comer sin verla a los ojos mientras ella notaba claramente que él intentaba evadirla en ese momento; Gabriel termina su plato y hace silencio mientras revisa su teléfono, entonces para que él se sienta un poco cómodo y el ambiente se destense, lisa le habla sobre una nueva serie sobre detectives que empezó a ver en la televisión hace unos días, le cuenta con alegría, y a detalle, como se siente ella con cada episodio que observa, a veces se siente feliz, otras veces nostálgica cuando no atrapan al villano, y los sustos que se lleva cuando son episodios especiales y todo el tiempo hay suspenso; la expresión de Gabriel cambió al escuchar atento a lisa.
El ambiente pasó de ser silencioso e incómodo a ser un lugar llego de risas, él se interesó por la serie, hacia toda clase de preguntas y ella respondía a aquellas cuyas respuestas podía dar; se rieron tanto que todo el mundo los veía, pero ellos dos no les prestaban atención, y sin darse cuenta, el tiempo corrió rápido y faltaban menos de 5 minutos para que empezara la película. se movilizan rápido y van hasta sus asientos.
Dos horas y media después, ambos salen de la sala, ella contenta y él con un poco de sueño. Iban a hacer las 4:30 p.m.
— Creí que sería más interesante la película. — comenta Gabriel mientras bosteza.
— Jajaja, pero si te quedaste dormido a mitad de la función, y no estuvo aburrida; tal vez la hubieras apreciado mejor si hubieras permanecido despierto—. le dice lisa sonriente mientras se arregla el cabello. — ¿y bien? ¿Ya me contarás que te ha molestado todo el día?
Gabriel se sobresalta un poco, cierra los ojos, coloca su mano izquierda tras su nuca y suspira al mismo tiempo que desvía su mirada hacia ella.
— Primero vayamos al lugar que te mencioné. Allí te contaré todo.
— Está bien, pero ¿A dónde vamos?
— Ya lo verás.
Suben a un taxi y Gabriel le pide al chofer que los lleve al “invernadero” en la avenida 5ta y Praga, tardan una hora en llegar, incluso lisa durmió un poco durante el viaje, entonces al bajar, Gabriel saca de su mochila una venda con la cual le pide a lisa que se cubra los ojos antes de entrar al lugar, ella se preocupa un poco por la propuesta que le sugiere su amigo, pero decide confiar y lo hace, entonces él toma su mano con delicadeza y entran al invernadero; la entrada era una enorme puerta verde y al ingresar se topaban con unos tres arcoíris enormes hechos con flores, mariposas volando por todas partes, plantas de todos los colores adornando el lugar y tres pisos con diferentes exhibiciones de plantas de diferentes continentes, y del techo colgaban 5 caminos curvados formados con diferentes rosas y flores con diferentes tonos de purpura, pero más abundaban las mariposas en el lugar.
Caminan hasta el tercer piso muy despacio para que lisa no tropezara y cayera, al llegar ambos suspiran y el corazón de lisa palpitaba muy fuerte. ella le dice a Gabriel si ya puede quitársela y él dice que no, entonces la lleva hasta el balcón y le pide que extienda las manos hacia la barrera.
— Quiero enseñarte un truco que me enseñaron hace mucho tiempo, nunca lo había compartido con nadie más, así que serás la primera —. Dice Gabriel amablemente a lisa. — se trata sobre los “sentidos”, solo los utilizamos cuando los requerimos, no todo el tiempo los usamos, y quiero mostrarte lo que puedes experimentar con tal solo utilizarlos en momentos cotidianos o únicos del día a día.
— está... ¿bien?, creo. — dice lisa nerviosa, pero como siempre con una sonrisa.
— primero, necesitaré que escuches lo que hay a tu alrededor.
— Solo te escucho a ti. — ambos ríen de forma sutil.
— Tienes que ir más allá de mi voz, escucha con detalle lo que hay aquí o afuera, ¿Qué otra cosa puedes escuchar? — le comenta Gabriel como un susurro.
— puedo... oír a.… los insectos haciendo el ruido que hacen cuando empieza a anochecer...
— ¿Qué más escuchas?
— También, puedo oír... aleteos... aleteos de pájaros sobre nosotros, también escucho como respiras y sutilmente escucho algunos autos a lo lejos.
— Perfecto, va uno, ahora con el siguiente. “El tacto”. Cuando tocaste la barra ¿Qué sentiste?
— frio.
— ¿algo más?
Lisa vuelve a tocar la barra del balcón, siente el frio del metal, la textura, más el ruido que hace cuando se desliza algo sobre el metal.
— Ahora extiende tus manos hacia adelante, separa tus dedos, no los juntes y dime que sientes.
— siento... siento el viento corriendo entre mis dedos, también el frio y como se congelan mis manos. — lisa se sorprende cada vez más por cada experiencia, está sonriendo y da un pequeño salto.
— Ahora dame tu mano izquierda.
Agarra su mano y la coloca sobre su pecho.
— ¿Qué sientes?
— Siento el calor de tu pecho, además, siento como palpita tu corazón. Está acelerado, por cierto.
Quita la mano de lisa de su pecho y ahora junta la mano izquierda de ella con su mano derecha, en forma de rezo.
— Describe
— Está cálida tu mano, siento solo calor. Y está algo áspera.
Mientras sostiene su mano, Gabriel da pasos lentos hacia ella, aproximándose cada vez más como si fuera a darle un beso, él no despega sus ojos de ella, su corazón palpita cada vez más rápido y sus manos comienzan a temblar y la suelta.
— Ahora dime ¿que sientes en tu interior? Descríbeme como sientes tu mano por fuera y por dentro.
— bueno... por fuera siento el viento y como se congelan mis manitas, también siento como se tensan por el frio. Por dentro, siento como me palpitan las palmas de la mano, y un poco de calor por dentro... creo.
— Por ahora lo has hecho bastante bien, hazlo todos los días y descubrirás cosas que no notabas antes o que nadie más las notaba. Luego te enseñaré sobre los otros sentidos, ahora quiero que hagamos un último ejercicio sobre el tacto.
Mientras Gabriel le habla a lisa, el sol está dando sus últimos rayos de luz antes de darle la bienvenida a la noche, Gabriel contempla el horizonte por un momento y ve lo bello que es, segundos después observa a lisa y como su cabello y rostro brillan ante los últimos rayos del día. Sonríe al verla. Hay un silencio. Lisa le pregunta sobre porque no le dice nada, él en un susurro le responde que todo está bien, mejor de lo que esperaba.
Gabriel se acerca lentamente hacia la mejilla de lisa y le da un beso, haciendo que lisa retrocediera inmediatamente un paso atrás, sintió una especie de electricidad que recorrió desde su mejilla y luego recorrió toda su columna.
— ¿Cómo te sientes? — preguntó Gabriel.
— no.… no lo sé, solo sé que algo me recorrió por todo el cuerpo.
El corazón de Gabriel no paraba de acelerarse, sus sentimientos por ella aumentaban a cada segundo, el corazón de lisa también palpitaba muy fuerte y a pesar del inesperado beso sobre su mejilla no dejaba de sonreír mientras el sol lanzaba su ultimo rayo de luz sobre ella. la noche se aproximaba, entonces Gabriel se acerca una última vez a lisa, la agarra de sus caderas, la acerca hacia él poco a poco mientras aprecia como el último rayo la ilumina, y sin dudarlo, le da un beso en sus labios lentamente. Ella lo aparta empujándolo un poco, no se quita la venda. está inmóvil. no dice nada. Llegó la noche.
Comments (0)
See all