Los cambios que el barco y los tripulantes sufrieron debido a la llegada de la nueva hija del capitán fueron muy notorios y, para evitar revelarle la verdad, la mantuvieron en su nueva recámara, por supuesto esta era anteriormente el cuarto donde las jóvenes “compañeras pagadas” descansaban, por lo que el cuarto cambio de forma drástica: se renovó pintura y muebles, todas las mujeres fueron desalojadas y despedidas con las lágrimas de algunos.
Una vez que los tripulantes lograron memorizar la historia inventada por el capitán Itward, éste dejó salir a la niña a conocer el barco. Ella no lo sabía, pero ahora los tripulantes cuidan más su higiene y procuraban no tener las armas desenfundadas, el uso de “palabras altisonantes” estaría prohibido hasta que la niña estuviera consciente de sus significados, lo mismo con el alcohol y las mujeres por supuesto. Claro, muchos se negaron a aceptarlo, pero mirar a la pequeña explorar el barco con tanta energía y curiosidad, asi como necesidad de aprender, les pareció algo entretenido. Sin embargo no todos disfrutaron de ver a la pequeña Set, el grumete, que tenía en un pedestal a su capitán, se negó bastante a aceptar a la pequeña y los cambios debido a su presencia, a tal grado que preferia ignorarla e insultarla, solo el capitán lograba calmar al chico de catorce años que ahora era bastante engreído.
Al transcurrir el tiempo, Set aprendió las labores y el mantenimiento de un barco, nudos, remendar, cocinar, limpiar, manejar la espada, cantar y bailar al estilo de su padre; el negocio no cambió en absoluto: Itward seguía siendo un pirata de temer y respetar, ahora, con su hija de diez años, había implementado normas para los atracos: no matar mujeres ni niños a menos que estén moribundos. Set por su parte aprendió a manejar el dinero y se encargó de administrarlo e invertirlo de buena manera en las necesidades del barco y de los tripulantes. Incluso Cian, el joven grumete, admitía de vez en cuando que, para ser tan molesta, era eficaz al momento de manejar las cuentas. Fuera de ser caprichosa, la pequeña Set se volvió testaruda, algo orgullosa, muy determinada y con sed de conocer el mundo entero, por lo que Itward le cumplio su capricho de aprender consiguiendole de entre sus amigos libros y hojas así como materiales que el médico le recomendó para educarla. Cuando Set empezó a leer y escribir con su padre éste noto en ella un don especial: lo que escribía se manifestaba. Asombrado por el don de la pequeña, el pirata decidió entrenar sus capacidades y así se percato de que: mientras más variado fuera su vocabulario y mientras mas sinonimos e idiomas conociera, su don mejoraba.
Desde crear monedas de oro, hasta aparecer platillos dignos de un rey, Set practico sus dones con ayuda de las peticiones de los tripulantes hasta el punto de que solo tenía que: tocar un objeto, pensar una palabra, manifestar letras que degradaran el objeto y luego la palabra se presentaba en un nuevo objeto hecho del mismo material que del objeto base. El primer logro fue una pala, en base a la madera de un escalón roto y el metal de una jarra, solo tuvo que tocar ambos objetos y pensar en palabras, una vez que ya tenía las letras uso las "p", "a", "l" y "a" para crear la pala y las letras sobrantes las guardo en trozos de papel dentro de bolsillos de un cinturón especial que su padre le mandó hacer; un bolsillo por cada letra del abecedario, no importaba el idioma de la palabra, ella podía pensar en cómo se escribía dicho objeto en el idioma que más letras le diera. Su don era crear.
Así los meses pasaron y Set creció llena de admiración y cariño de parte de un grupo de piratas que de vez en cuando olían mal, bebían y cantaban, robaban y la llenaron de cariño, si bien no era un oficio respetable ni honorable, eran una familia. Cuando Set cumplio los quince años el barco llegó al muelle de una isla llamada Zacromento, donde se encontraron con un grupo de amigos y empezaron a festejar. Cerveza, ron, vinos y otros licores abundaron casi igual que la música y los cantos. La fiesta llegó a un punto en el que Itward quedó ebrio y echó a llorar, entre cantos y gritos Itward abrazó a Set y alabo lo hermosa que era su hija "¡La mas hermosa es mi pequeña, pequeña Set de cabellos marinos!" empezó a entonar "¡Nacida de cuna extraña, venida en un barril, oh hermosa, hermosa hija! ¡Tu padre te quiere y te adora princesa!" entono entre sollozos mientras sujetaba a Set entre sus brazos.
-Nada me ha hecho tan feliz como estos quince años mi princesa.- Dijo solo a los oídos de su hija antes de caer dormido.
Con ese lindo recuerdo en mente Set fijó curso a la isla Zacromento, donde se encontraba su viejo padre y al llegar fue recibida por los tripulantes del barco de su niñez con los brazos abiertos, incluso los de Cian.
<<He vuelto a casa>>
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