Escuché el timbre entre sueños y el bostezo de Dylan me despertó bien, ya teníamos deportes y nosotros estábamos allí tan sólo abrazados. Caminamos hacia la cancha donde vi a mis amigas susurrandose entre ellas.
—Se tenía que esperar. El primer día él se le quedó viendo. —alcancé a escuchar cuando todas voltearon a verme.
—Hola... —no acabé de decir cuando Andrea se me paró enfrente.
— ¿Dónde estabas?
—En... —no supe que decir ya que era un lugar entre Dylan y yo.
— ¿Con quién? —exclamó Tiffany algo confundida.
—Estaba... —me agaché apenada y los ojos se me inundaron de lágrimas por el coraje y el miedo.
— ¡Habla Alison! —gritó Andrea y comencé a temblar del miedo.
—Estaba con Dylan, estabamos en... —dije en un hilo de voz y alguien me tomó de la mano y me llevó corriendo a la cafetería, donde me solté a llorar. —Soy una imbécil.
—No. No llores Alison. —dijo y por la voz supe que era Dylan de nuevo, quien sólo me abrazó. —Si no les agrada que estuviéramos juntos, no importa, con que tú seas feliz esta bien.
—Pero no se como se dieron cuenta.
—Antes de que despertaras, Andrea llego a el jardín y nos vio, lo único que hizo fue fruncir el ceño y correr. —limpió mis lágrimas y choqué mi cara contra su pecho.
—No puedo creer que mi mejor amiga no pueda esconder algo. —sorbí la nariz y Dylan dejo su mano sobre mi cabeza.
—Hablando de... -gruñó y sentí un horrible jalón que me tiró al suelo y cuando Dylan me quizo ayudar le pegaron en la mano.
— ¿Qué te pasa Alison?
—Yo me pregunto ¿qué te sucede a ti? —dije levantandome del suelo con más rabia que nada.
—Tú eres la que esta aquí escondiendote de nosotras con Dylan.
—Tú estas celosa porque soy feliz con alguien más y ese alguien sea Dylan, Andrea. —grité.
—Pero ¿no te da pena estar de arrastrada con el chico que le gusta a Tiffany? —exclamó y Dylan rápidamente se paró delante de mí.
—Ella no esta de arrastrada con nadie.
—Tú cállate que es pelea entre dos.
—Pero yo la defiendo porque me gusta y no pienso ser un tonto de nuevo y dejarla sola como hace un año, volver a perderla mientras que otro la trataba mal. —gritó y lo abracé desde atrás.
—Dylan... —susurré y pude ver como Tiffany decidía en dar la cara al asunto.
—Basta de esto. Dylan ya ni siquiera me gusta. Andrea, deberías dejar que sean felices como yo lo hice porque merecen estar juntos. —dijo Tiffany poniéndose a lado de Andrea.
—Pero él te gustaba...
— ¿Alguna vez as visto con que ojos ve a Alison? Él la ama e incluso me lo dijo. —dijo y abrí los ojos de par en par, fue lo que no le agradó a Tiffany saber.
— ¿Es verdad? —dijo Andrea mirando a Dylan, quien tenía los ojos llenos de lágrimas.
—Sí. Tiene razón, Alison me gusta y... yo a ella. —susurró Dylan y lo abracé más fuerte, pues tenía una constante lucha de mis sentimientos y por cuál dominaba mi cuerpo en ese momento.
— ¿Por qué no lo dijiste Ali?
—Sabía que me odiarían. —rezongué.
Mis amigas me odiaron por un momento y esto casi llega a golpes. Dylan solamente volteó hacia donde yo estaba y pasó su brazo por sus ojos secando algunas lágrimas que estaban a punto de caer por sus mejillas; Andrea y Tiffany se disculparon y se fueron, algo bueno que al menos pudieron hacer después de humillarme, tirarme al suelo y decirme arrastrada, lo que realmente me molestó tanto a mí como a Dylan. Lo bueno es que como dijo Tiffany, ya no estaba interesada en Dylan y nadie nos molestaría si estabamos algún momento juntos y comenzaran con cosas como «la roba novios» o cosas así que tanto me hartan.
En deportes ya que el profesor decidió en aparecer, nos puso en parejas para las actividades y como siempre, quedaba uno. De mis amigas fue Taylor con Natasha, Tiffany con Rafael y yo estaría con Andrea pero apenas y me daba la cara, así que dí el primer paso y la tome del brazo con la típica sonrisa de siempre como si nada hubiese pasado.
— ¿No estas enojada? —dijo sin verme.
—Si no te hubieras disculpado lo estaría.
—Pero, es algo que te ha de haber dolido ¿no?
—De que me dolió, no lo niego, pero ya olvida todo eso. —rodeé sus hombros con mi brazo y ella igual pero conmigo.
— ¿Y Dylan? ¿No esta enojado? —susurró y murmurando lo negué.
—Estamos bien, incluso esta por allá riendose con sus amigos. —lo apunte moviendo rápidamente mi cabeza a donde el estaba y en ese momento volteó y nos saludó.
—Ya veo. Al menos no me odian. —se encogió de hombros y me reí.
— ¡Cuidado Alison! —escuche que gritaban por detrás de mí, volteé, pero sólo sentí cómo me dieron un balonazo en la cara y como caí al suelo, tan fuerte que hasta mi cabeza rebotó en el suelo. Escuché varios jadeos y también risas, no supe si reír, llorar o no hacer nada.
—Perdón, te juro que no fue intención mía. —dijo Alexander, sí, mi ex-novio.
—Fíjate para donde tiras, Alexander. —llegó Dylan a mi rescate y me revisó que no estuviera lastimada, tomó mi mano para levantarme y supe que si me había lastimado, ya que no podía pararme bien.
— ¡Espera Dylan! No me puedo parar bien. —susurré con un nudo en la garganta soportando el dolor y las ganas de llorar.
—Pues ¿cómo caíste para torserte el pie?
—No sé, pero me duele. —exclamé a regañadientes apretando mi pantalón con los puños.
—Ay Alison, ¿qué voy a hacer contigo? —suspiró.
—Llevarme a la enfermería. No te cuesta nada... —no terminé cuando ya me estaba cargando.
—Qué curioso que los tiros fueran a la portería derecha y Alexander tirara a la izquierda directo a tu cara. —se rió y traté de pegarle en el brazo pero no le hacía ni cosquillas.
— ¡Cállate! —le tapé la boca y me lamió la mano. —Eres un asqueroso.
—Sí. —se rió y por fín llegamos a la enfermería donde me acostó en una camilla que tenían. Arriba de mí había un terrible foco que la luz lastimaba los ojos así que eché mi brazo por encima de mis ojos. — ¿Te duele la cabeza?
—No, pero ese foco lastima. —gimoteé y escuché como apagaba las luces así que quité mi brazo y volteé a ver a Dylan algo confundida.
—Listo, ahora...
— ¿Por qué haces todo esto por mí? —lo interrumpí pero el sólo se acercó a mí sonriendo.
—Ya dije que te voy a cuidar de cualquiera que quiera lastimarte, pase lo que pase, porque... —fue bajando la voz y me senté para abrazarlo.
—Gracias Dylan. —me sentí agradecida de tener a alguien a quien le importaba más que su propia vida, alguien que me hacía feliz y alguien que se preocupaba por mí. Todos esos alguien eran solamente Dylan.
—Gracias a ti, Alison. —se recargó en mi hombro y escuchamos como alguien tosía falsamente así que nos separamos.
— ¿Qué sucede? —dijo la enfermera.
—Fue solo un abrazo... —dijo Dylan resoplando entre dientes.
—De eso no, ¿qué le pasó a ella? —gruñó la enfermera y yo me reí.
—Ah, claro. Bueno, le dieron un balonazo en la cara, se cayó por eso y le duele el pie. —habló Dylan por mí pero aún así era la verdad.
—Ya veo, ¿podrías levantar un poco tu pantalón? —dijo y pues obviamente lo hice, así que me revisó y después de sobar un poco, me vendó el tobillo y se fue, dejándonos solos de nuevo a Dylan y a mí.
— ¿Ya no te duele?
—No, pero ayudame a bajar. —extendió su mano y la tomé.
—Claro que sí. —con su otra mano me tomó de la cintura por si caía, pero logré pararme bien. — ¿Si puedes caminar?
—Sí, vamos a la cancha. —tiré de su mano para ir más rápido y sonrió.
—Me parece muy bien. —apretó mi mano y caminamos a donde estaban todos, aunque mi caminar no era muy normal por el dolor y Taylor me hizo burla pero todas nos reímos.
Realmente no ha sido un buen pero a la vez no tan mal día, ni siquiera ha pasado la mitad de éste pero llevo una confeción de Dylan, un tobillo lastimado y una terrible pelea con Andrea la cual acabó con una disculpa pero ha sido realmente emocionante. Ya que terminó la hora de deportes, subimos al salón, aunque yo me tarde como el doble de tiempo ya que impulsarme con el tobillo lastimado me dolía y era realmente terrible, y más que todos mis amigos ya estaban arriba así que ni siquiera Dylan me ayudó.
Ya que llegué al salón, todos me miraron sonrientes aunque yo no lo estaba que digamos, y me fuí a sentar a mi lugar cuando sentí a alguien jugar con mi cabello; a veces me gustaba que agarraran mi cabello, pero esta vez solo parecía que me lo estaban enredando, volteé y bueno, era Natasha inventando peinados conmigo aunque me sentía como si quisiera hacer de mi cabello un nudo entero. Mientras ella seguía peinándome, me recosté en la mesa y me le quedé viendo a Dylan, quien estaba con sus amigos. Se veía tan feliz, más que cualquier otro día, su sonrisa era brillante, cada que me volteaba a ver, sus ojos destellaban y me sonreía con delicadeza, una sonrisa que me mataba. Ahora todas mis amigas me hacían burla con Dylan, algo que no me molestaba ya que realmente me gusta y ni siquiera podría negarlo aunque en días anteriores negara que me gustaba, ahora se que es verdad y ya no podía hacer nada a, respecto.
Teníamos química y todos estabamos ya en nuestros lugares, esta vez yo estaba sentada sola y mis amigas en mesas atrás, la verdad no sabía bien donde pero la mía era la segunda mesa hasta delante y en medio, Dylan estaba en la mesa de al lado pero del lado contrario de donde quedaría a mi lado. Esta vez yo no puse mi mochila en la silla sobrante porque no estorbaba mucho así que la dejé libre, pero no tarde en abrir el libro para hacer los ejercicios que cuando me di cuenta ya tenía a mi lado a dos o tres personas queriendo que les explicara. Desventajas de una tipica matada en la escuela, o mejor dicho nerd. Después de explicarle a medio mundo solté un suspiro y comencé a hacer mis propios ejercicios cuando escuché cómo la silla de mi lado se movía así que lo supuse, la única persona sin haber ido.
—Vaya, te tardase media clase en venir. —volteé ya sabiendo obviamente quien era.
—Es que le entendi a la primer página pero, a esta ya no. —rezongó Dylan y cambié de página. Con tan sólo haber cambiado la página me di cuenta que yo tampoco entendía.
— ¿Qué es esto? —dije metafóricamente ya que podía verlo pero no entendía.
—Ali, si tú no sabes, yo menos.
Ya después comenzamos a intentar de varias formas para contestar aquella imposible página, pero lo que realmente me sorprendió, fue ver a Dylan trabajar tan bien, y más que logró contestar una página entera de problemas sin mi ayuda, pues siempre pedía que yo le ayudara en casi todas las clases.
Ya al acabar, no pudimos entregarlo a tiempo y lo dejaron como tarea, pero nosotros ya lo teníamos hecho y realmente si no hubiera ido Dylan conmigo, jamás hubiera entendido. Era el receso y yo me encaminé sola a la cafetería, pues debía comprar mi desayuno hoy, lamentablemente. Decidí pedir un baguette de carnes frías, pero en ese momento sentí la mirada de alguien, lo extraño es que estaba completamente vacío por allí, así que tomé mi desayuno y comencé a caminar, entonces escuché mi nombre.
— ¡Alison, sube rápido! —dijeron y corrí, aunque de paso dejé mi desayuno con mis amigas.
—Vuelvo enseguida. —alcancé a decir y me eché a correr hacia la terraza. Corrí y corrí, pero cuando llegué, no había nadie, sólo estaba la vista para toda la escuela, iba caminando directo a la pared de donde se almacenaba el agua cuando Dylan saltó frente a mí y me espantó a tal grado que después de gritar me caí hacia atrás.
—Perdona...
—Te odio, te odio, te odio... —no dejaba de repetir, pues se me había helado todo el cuerpo de aquel susto, luego con el tobillo lastimado, peor.
—Perdóname, no creí que te espantaría de tal forma. —se sento en el suelo y subió mi cabeza a su regazo.
—Eres un... —traté de decir pero me tapó la boca.
—Lo sé. —sonrió y quitó su mano de mi boca, entonces nos levantamos pero al levantarme me acorraló contra la pared donde yo me dirigía.
—Dylan... —me interrumpí con mi propio silencio y vi que atrás de él pasaba una parvada de aves coloridas, pero en ese momeno que volteé sentí como besaba la mitad de mis labios, pero rápidamente paró.
— ¿Por qué te volteas? Arruinaste mi plan.
—Lo siento, quería ver algo que paso... —lo miré y estaba sonrojado, sus ojos marrones me ponían nerviosa e inconscientemente le dije algo —intenta besarme de nuevo. Por favor. —sus ojos me miraron cautelosos y abracé su cuello, no sabía que pensar, mi corazón se escuchaba en mis oídos, cerré los ojos esperando que él posara sus labios en los míos. Comencé a sentir el roce de su boca mientras una de sus manos la deslizaba por mi cintura, pero no contabamos con algo...
— ¡Scarlett y Adam! —gritó la inconfundible voz de Andrea.
—No me digas así. —dijimos ambos y Dylan se separo de mí, no me había besado. Yo solo me resbalé por la pared quedando sentada en el suelo, sólo vi a Dylan estrechando su mano hacia mí, la tome y me levantó.
—Ustedes allí, besándose y ella ni siquiera ha desayunado. —gruñó y Dylan sonrió.
—Siento desilusionarte pero, no logré besarla. —me miró, pero yo seguía nerviosa, mis manos estaban heladas y mi cara completamente roja.
—Oh, claro, mi desayuno. —reaccioné pero automáticamente apareció una sonrisa en mi boca, al menos la mitad había sentido sus cálidos labios.
Ya que Andrea se calmó, bajamos y me puse a desayunar, quedaban cinco minutos de treinta pero, esa distracción realmente había valido la pena. Yo siempre he dicho que después de la tormenta sale el sol y viceversa y este día fue el claro ejemplo de ello.
Ya en la tarde estuve en mi casa pensando a cada momento en Dylan.
Sí, se que en serio no quería enamorarme, pero es de Dylan Stephans de quien hablamos, el chico más amable que ha entrado en mi vida, era realmente cariñoso y me quería más que a nadie en la escuela, era como hecho a mi medida, hecho para mí, estamos hechos el uno para el otro pero pensandolo bien, ¿sería él relativamente el indicado?
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