*Una semana después*
Me sentía demasiado desanimado, ni ver la comida y tratar de reír en clases me animaba. Una nueva semana de clases comenzaba y ya no sabía qué cara poner en frente de mis estudiantes para disimular la tristeza y el fuerte dolor que crecía en mi corazón.
Tomé mi portafolio con todo el material para la clase de hoy, salí de la sala de profesores y me encaminé con pesados pasos a mi aula.
— ¡PERO AHORA TU ERES EL QUE HACE TODO LO CONTRARIO! —se escucharon unos gritos provenientes de mi aula. Abrí la puerta del aula de golpe, observé que cuatro de mis alumnos estaban discutiendo al frente de todo el salón, y entre ellos se encontraba Kaoru.
— ¡¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO AQUI?! —les reprendí fuertemente.
—No es nada sensei – dijo bajando la cabeza uno de los amigos cercanos de Kaoru, Hotaru, y se fue a su asiento seguido por Ren, otro amigo, y también por la Kaichou (presidenta del consejo estudiantil). Miré fijamente a Kaoru y le ordené que fuese a su asiento.
No me gustaba actuar como un profesor terrorista, pero me costaba disimular la tensión en mi cuerpo. Sentí que Kaoru me miraba preocupado y le dirigí una sonrisa para borrar esa expresión en su rostro, tomé un gran respiro y proseguí a comenzar la clase.
No pasaría mucho tiempo de comenzada la lección que Kaoru se levantó de su asiento, todos lo miramos extrañados y yo le llamé por su nombre.
— ¿Kaoru?
Kaoru se quedó callado, y por un breve instante estuvo pensativo hasta que salió a toda velocidad de la clase, intenté detenerle pero mi gordura y mis pocas fuerzas me lo impidieron, los días de depresión estaban comenzando a cobrar factura. Así que me rindo fácilmente y prefiero darlo por alto.
Acabé con la clase poco antes que la campana de cambio de hora sonara. La falta de energías me hacía sentir fatigado pero nada de eso realmente me preocupaba, por lo que decidí regresar a la sala de profesores para sumergirme a fondo en el trabajo. Al bajar los escalones me topé con Kaoru, que venía con una cara perdida y por las nubes.
— KAORU AMAMIYA! — le grité — ¡¿Se puede saber qué has hecho?!
—Aaaah! Perdóneme Rihito-sensei por salirme de clases tenía algo importante que hacer — se excusó.
— ¡¿Qué puede ser más importante que pasar clases?! —Me exalté— Jamás habías hecho algo así y no quiero tener que....
Mi vista comenzó a ponerse nublosa en ese momento y Kaoru intentó sostenerme mientras me sentía desvanecer....
—Se... SENSEI!
Entre varios me tomaron de los brazos y me llevaron a sentar a mi escritorio. Todos comenzaron a preocuparse y a preguntarme qué me ocurría pero.... lo que en realidad me pasaba no era algo fácil de decir, no para un profesor con la clase de pasado como el mío, con un pasado del que estaba avergonzado. Así que les pido a todos que se retiren y me dejen a solas con Kaoru.
— ¿Está bien Rihito-sensei? —preguntó Kaoru lo bastante preocupado y me pasó una taza de té. Sostuve la taza con ambas manos y comencé a lagrimear — ¡¿Sensei que le sucede?!
—Perdóname Kaoru pero yo.... toda la anterior semana me he sentido bastante fatal, no sé cuánto más podré soportarlo.
—Lo noté así desde que mi tío vino a hablar con usted, ¡¿Mi torpe tío le dijo algo?!
—No es eso..... —negué sosteniendo fuertemente la taza.
“Me duele que hasta ahora mi padre me rechace”.
“Me duele que la única mujer que se preocupó por mí haya dejado este mundo”.
— ¿Es algo que no puede decirme sensei?
Silencio.....
El silencio continuó y Kaoru intentó ocultar la preocupación que le causaba verme en tal estado.
- Perdóneme Rihito-sensei no quisiera ser tan insensible pero ¿Es por lo que el capitán Yoshida ha muerto que usted ha estado tan triste?
“¿El capitán Yoshida murió?”, pensé vagamente.
- Me enteré hace poco, y como sé que usted lo admira mucho es lo único que se me ocurre pensar que es la causa de haberlo puesto en tal estado.
“Era verdad que admiraba al capitán Yoshida hasta la obsesión….. Pero el dolor de la muerte de mi madre opacaba cualquier otra noticia, ya no quería saber nada del mundo”
“Estaba arrepentido por no haber hecho nada por ella”.
—Ni siquiera me percaté de ello.... —respondí vagamente.
— ¿Ha estado bajando de peso?, ¡¿Cómo puede descuidarse tanto?!—me riñó. Era gracioso escuchar que mi alumno me estuviese regañando y no al revés.
“Aunque era verdad que no recordaba la última vez que comí algo”, sonreí levemente sin embargo no duró mucho que la tristeza volvió a dominarme.
Ver el negro cabello de Kaoru me hacía recordar al del capitán Yoshida por más que no tuviesen el mismo corte de cabello. Pero verlo reprendiéndome con aquella mirada de preocupación me hacía recuerdo al tiempo en el que en casa de mis padres me encerraba en mi cuarto y me quedaba leyendo mangas BL después de discutir con mi padre en la cena, y a la mañana siguiente mi madre me hallaba con grandes ojeras y los ojos rojos, y ella me reprendía preocupada por no dormir adecuadamente.
Lloré, lloré y lloré por aquel recuerdo. Lloré frente a Kaoru hasta que mis ojos se dieron un descanso y le hice llegar tarde a su siguiente clase.
Cuando acabaron las horas de clase fui a mi coche y regresé a casa desconsolado. Llorar frente a Kaoru y toda la pasada semana al parecer no habían sido suficiente.
Los siguientes días traté de pasar clases con normalidad pero la fuerte depresión me hizo tanto daño que pedí retirarme del colegio por dos meses, que me traspasasen a otro muy lejano de mi vida cotidiana..... Quería desaparecer de todos, de los problemas, de mis heridas, de mi odio hacia mí mismo.... Así que vendí mi viejo coche, cerré mi apartamento y tomé la primera oportunidad que me presentaron para traspasarme de escuela....
Armé mis maletas sin pensar en la clase de decisión apresurada que había tomado y me fui a enseñar en un remoto pueblo.

Comments (1)
See all