*Un lunes al medio día*
Cuenta Rihito-sensei
La campana de la hora de almuerzo suena dando por terminada la clase de física y la última del día.
—Bien muchachos quiero la tarea para el miércoles —digo cerrando el libro guía - del ejercicio 17 al 30 de la página 110.
—OOOOOOH! NO SEA MALO RIHITO-SENSEI, TENGA PIEDAD —dicen agotados todos los alumnos en el salón.
QUEJAS, QUEJAS, QUEJAS…
— ¡NADA! ustedes están con fiebre de lunes, si no les doy tarea no van a despertar.
—Pero senseeeei —se queja la presidenta del consejo estudiantil —nosotros también tenemos vida social, un profesor que da mucha tarea como usted no es cool.
—Pero claro que no soy cool —me rio—Yo soy un gordito sexy —me burlo y me ato a la cintura las puntas de mi camisa, hago burlonamente unas poses coquetas y toda la clase estalla en carcajadas —Bien gatitos, ya no los detendré más, vayan a tomar su leche.
Tomo el resto de mis cosas y las meto en mi maletín.... cuando levanto la vista... un hombre de traje me observa horrorizado desde la puerta del aula, siento como la cara se me cae de vergüenza porque imaginaba que había visto cómo animaba a la clase.
Kaoru (uno de mis alumnos) llega al instante, y me jala del brazo trayéndome a la realidad.
—Rihito-sensei ese hombre que está allí es mi tío, vino a hablar con usted, tal y como me pidió usted que hiciese.
—Ah ya veo... —balbuceo nervioso.
El hombre se acerca, aparta a Kaoru de mi lado, y se inclina por respeto para saludarme —Buenas tardes, me llamo Amamiya Ichigo vine en representación de los padres de Kaoru, comprenderá usted de nuestra situación espero...
—ah! Si emmm yo...yo soy Yamada Rihito el profesor de física y encargado de la clase de su sobrino.... eeee por favor acompáñeme a la sala de profesores —respondo nervioso y le indico con la mano el camino.
—Kaoru —le habla su tío —después de hablar con tu profesor regresaré a la oficina, quizás vuelva tarde a casa, te dejé lista la cena en el refrigerador.
—Está bien, la comeré cuando llegue a casa.
—Bien —el tío toma con un brazo a Kaoru y le besa en la frente, Kaoru se sonroja y lo aparta mientras que yo los miro a ambos con una gran sonrisa —Nos vemos más tarde —se despiden, y el tío de Kaoru va detrás mío hasta la sala de profesores. Una vez allí ambos nos sentamos en mi escritorio... uno frente al otro.
— ¿Gusta algo de tomar? —ofrezco.
—No gracias, me gustaría terminar con esto de una buena vez para poder regresar al trabajo.
—Ah... comprendo- balbuceo —bueno lo llamé para que se reuniera conmigo ya que Kaoru fue el único que presentó su hoja de planes para el futuro vacía y ello me sorprendió, pensé que lo habría consultado con sus padres. Y necesito saber al final qué carrera es la que piensa estudiar para poder ayudarlo a encontrar una buena universidad, Kaoru tiene de las mejores notas de su curso.
—Sus padres quieren que estudie Bioquímica al igual que ellos, está decidido, así que por favor ponga eso en la hoja esa que me dice usted— aquella respuesta por parte del tío de Kaoru no me pareció del todo convincente, según tenía entendido Kaoru vivía solo con su tío y ellos habían cortado el contacto con los padres. Decir tan contradictoriamente que ellos querían que estudiase bioquímica.... más me parecía a que el tío estaba decidiendo el futuro de su sobrino.
—Pero... ¿Está seguro que eso es lo que quiere Kaoru? —cuestiono inconforme a su respuesta.
—Es lo que sus padres quieren.
— ¿Y Kaoru? —insisto. El hombre me mira molesto pero aun así continúo —Kaoru tiene mucho talento, si no lo sabe, lo que él más desea es estudiar para ser un verdadero creador de video juegos ¿Alguna vez le había preguntado antes a su sobrino sobre sus metas para el futuro?, ¿sabía usted que el mayor deseo de Kaoru es ser un creador de videojuegos?
— ¿Y acaso los juegos lo formarán como un adulto responsable? Se supone que usted debe enseñarle la realidad a sus alumnos no alentarlos a seguir sueños tontos. Puedo entender que un niño juegue con esas estupideces, pero Kaoru está a un paso de ser adulto, no puede seguir con esas tonterías.
— ¡¿Pero usted lo obligaría a hacer algo que no quiere?!
— ¡Usted no se meta que no es parte de su familia! —se exalta y golpea el escritorio.
—....Usted es la única familia que tiene a su lado ahora, debería apoyarlo más.
—No tengo porqué hacerle caso a alguien como usted. Usted es un profesor gordo que llena la cabeza de sus alumnos con sus tonterías, haciéndolos reír con estupideces ¡Como si ver sus grasas rebotando fuese divertido!, ¡Eso es asqueroso!, ¡Odio a las personas como usted, creen que si uno escoge lo que quiere el mundo va ha ser fácil, pues hay que ganar dinero para sobrevivir!
El tío de Kaoru respira pesadamente, arruga la frente y se lleva las manos a la cabeza. Sabía exactamente que él estaba estresado y venir a hablar con alguien que está en contra de su punto de vista lo hizo estallar. Me levando de mi silla, abro uno de los cajones y saco otra hoja con planes para el futuro.
—Por favor llévese esto y háblelo detenidamente con Kaoru, si solo lo escuchara descubriría en él mucho más que un niño que se ajusta a lo que le ordene su familia.
El hombre toma de muy mala gana la hoja y se levanta, le acompaño hasta la puerta y me despido de él.
—Espero que tenga buena tarde, que le vaya bien en su trabajo. Disculpe que le haya robado parte de su preciado tiempo.
—Ahh, si —responde tercamente y sin mirarme siquiera se retira.
SUSIRO....
Regreso un poco angustiado a mi escritorio e inmediatamente el profesor de Educación física se acerca.
—Veo que esta vez te tocó tratar con un padre difícil.
—Es el tío de Kaoru.
—ah!, el muchacho que para corriendo a modo de escapar de Takenaga, el chico que te comenté que es aspirante a ser el capitán del club de Karate. La verdad no entiendo porqué Kaoru no quiere hacer ningún deporte con lo bueno y tranquilo que es… mmmm pero su tío es un idiota, yo jamás te diría gordo Rihito-sensei —dice con una galante sonrisa.
—Ahahaha gracias.
— ¿No estarás preocupándote por tu peso ahora, no?
RECHINAR!
Al decir esto escucho un ruido como si alguien hubiese querido entrar a la sala, había dejado medio abierta la puerta y a esto veo al tío de Kaoru de espaldas yéndose nuevamente.
“¿Se habrá olvidado algo?”, pienso.
Me levanto y corro a mi lenta velocidad para darle alcance pero mi condición física me vence y termino agotado.
— ¿Era nuevamente el tío idiota? —pregunta detrás mío el profesor de EF.
—Sí, supongo que se debió olvidar algo, pero sea lo que sea se lo daré a Kaoru.
—Mmmmmm de paso dile que me debe un castigo por andar corriendo por los corredores, me debe mil flexiones!
—Ahahaha —disimulo una risa.
“Este profesor es demasiado inhumano”.
Me acerco a la ventana y logro ver al tío de Kaoru tomando un taxi. Por alguna razón él voltea la vista y nuestras miradas se cruzan. Una extraña sensación me invade, podía estar a varios metros de él pero todavía me parecía curiosa su forma de mirarme.
Él se sonroja, la aparta como si se sintiera culpable por algo y entra torpemente al taxi.
“Que extraño”, pienso y veo como el taxi desaparece a lo largo de la calle.
Regresé a mi escritorio y busqué si el tío de Kaoru se había olvidado algo, quería comprender porqué él había regresado y se había ido de esa forma, pero por más que hubiese buscado y rebuscado no encontré nada.
“No podía olvidarme del momento en el que se cruzaron nuestras miradas antes que subiese al taxi”.
“¿Será que me siento herido por lo que dijo de mi?”
“Pero eso es algo sin importancia, soy conciente de mi sobrepeso pero eso la verdad me da igual”
Decidí irme a casa, traté de olvidar lo ocurrido, y apenas llegué a mi apartamento corrí al refrigerador. Me preparé un enorme sándwich, fui al sofá a acomodarme y encender mi computadora para jugar algo que me ayude a despejar la mente. No había nada más perfecto que jugar un nuevo capítulo de mi actual juego favorito "Interstellar Challenger", un juego de aventura, guerras galácticas y romance gay; en donde se destacaba nadie más ni menos que mi amado personaje... el capitán Yoshida.
El capitán Yoshida era un personaje masculino sagaz y ágil, de esbelto porte, delgada sonrisa y negra cabellera. Un hombre así era el ideal de la mayoría de los fans del juego.
Quizá se han preguntado el porqué un profesor como yo es un amante de los videojuegos. Pues la verdad tal y como había mencionado antes, el capitán Yoshida es el personaje que más admiro de uno de mis juegos de aventura y yaoi.... yaoi? Sí, leyeron bien. Como sabrán, soy un fundashi, en otras palabras un hombre atraído por las historias de romance entre dos hombres. Y Actualmente el único que conoce mi secreto es mi buen alumno Kaoru Amamiya.
Kaoru conoce a la perfección lo mucho que atesoro al capitán Yoshida, y en gran parte por mi afición a los juegos descubrimos muchas cosas en común entre los dos y le apoyé a seguir su sueño.... en otras palabras, Kaoru era el único amigo verdadero que tenía en este mundo.
“Por eso no me rendiría con su tío, tenía que mostrarle el gran talento de su sobrino”
Pero una vez encendida la computadora.... el teléfono sonó....
RIIIIIIIIING! RIIIIIIIIIING!
Dejé de lado el aparato electrónico y me apresuré a contestar.
— ¿Hola?
—Rihito, habla tu tía Sora. Me he enterado que tu padre..... Ha fallecido.
—Eh?
—Según tengo entendido ocurrió hace una hora, sería bueno que fueras a casa de tus padres y ayudaras a tu madre con lo del entierro.
¡DOLOR!
Sentí una fría corriente por toda mi columna y me caí de rodillas sin poder soportar la impresión de aquella noticia.
— ¿Mi padre murió? —por más que preguntase no podía escuchar la respuesta del otro lado de la línea. Un tormentoso dolor oprimía mi corazón, y el arrepentimiento me llenaba de amargura. Colgué el teléfono y me acurruqué en un rincón de la pared. Mi casa estaba más vacía y oscura con solo recodar la mala relación que tenía con mi padre, y pensar que nunca pude disculparme ni decirle nada después de que me botase de casa.... hasta ahora dolía demasiado.
Esa misma tarde regresé al colegio y pedí que me dieran unos días para poder encargarme del entierro de mi padre. Partí en mi auto casi de inmediato a casa de mis padres y llegué por la mañana del siguiente día.
Cuando entré a casa y vi reunidos a varios parientes, estos me abrieron paso hacia adelante en donde debía encontrar a mi madre desolada.....
Pero a quien me encuentro en lugar de ella es.... a mi padre.
“¿Habría escuchado mal en la llamada?”
“Pero si había tanta gente reunida y lamentándose..... ¿Entonces a quién correspondían esas lágrimas?”.
Mi padre estaba sentado con la mirada firme sin mostrar ningún signo de angustia ni de haber derramado una sola lágrima por la mujer que siempre había amado y velaba al centro del salón con su retrato expuesto.
— ¡¿Quién es usted?! —preguntó mi padre mirándome como a un desconocido. Ver su fría expresión me hizo recuerdo a la última vez que nos habíamos visto, yo tenía 17 años, era mucho más delgado de lo que ahora parecía y solo era un joven fundashi que soñaba con al menos escuchar una palabra de afecto por parte de su padre.
—Soy Yamada Rihito.... —dije dificultosamente, todavía atormentado por los recuerdos - Emmm soy tu hijo.
— ¡¿Qué haces aquí?! —preguntó rudamente sin levantarse del asiento.
—Vine a ayudar a mamá..... La tía me dijo que tú... habías muerto.
—Ya quisieras que algo así me sucediese, tu madre es la que murió, y tú nunca te apareciste para al menos visitarla en el hospital.
—Le llamé, tres veces por semana, solo que la última semana no pude hacerlo, estaba tomando exámenes.
— ¡Excusas! Ella nunca me dijo que le llamabas —gritó furioso y me arrojó el contenido de su vaso a la cara. La mejor amiga de mi madre intervino, le rogó a mi padre que no se exaltase y le explicó que era verdad que yo siempre llamaba a mi madre, solo que ella se lo ocultaba a él para no hacerlo enfadar. Aún con esa explicación, mi padre me exigió que me retirase de casa sin siquiera permitirme saber nada de mi madre.
Regresé a mi auto con la conmoción circulando por mis venas y conduje de regreso a mi departamento tratando de asimilar que la mujer que más amaba en la vida.... se había ido.
Al llegar rompí todas las cosas que se me atravesaron en el camino por la rabia que sentía. Tenía rondando en mi cabeza todas las cosas que mi madre tuvo que soportarle a ese hombre antes de morir y lo más frustrante de todo era que yo no hice nada..... Ni siquiera le había dicho adiós....
“No pude despedirme de ella”.
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