*Dos meses después*

El aire de la ciudad no podía ser comparada con la del campo.... pero tampoco podía afirmar que el tiempo que había pasado en este templado lugar había sanado mis heridas.

Todavía me daba vergüenza regresar a la gran ciudad y enfrentarme con mis colegas y mis alumnos para explicarles mi repentina decisión de haber desaparecido de la faz de la tierra por los dos meses pasados.

"Ni siquiera le había mencionado una palabra a Kaoru".

Salí fuera de la pequeña casa en donde me alojé, di un hondo respiro aprovechando la suave briza matutina y me dirigí con mi maleta en mano a la estación del tren. En el camino me crucé con la abuela de uno de mis alumnos de la escuela local, la mujer dulcemente me entregó un cesto con nabos y patatas recordándome la importancia de comer bien, acepté el gesto muy agradecido y seguí por el estrecho sendero de los campos de arroz luchando por no perder el equilibrio con la maleta y el cesto.

Una vez en la estación mientras aguardaba la llegada del tren, en mí despertaba nuevamente el recuerdo de mi madre.

“Mi ángel”

Apenas llegué el siguiente día a mi apartamento, sofocado por el smok de la ciudad, dejé la maleta y el cesto de lado, y me dispuse a darme un baño. Después saqué un par de prendas limpias de la maleta y me alisté nuevamente para salir a entregar mi reporte de estos últimos meses al colegio de profesores. Allí recibieron mi reporte y confirmaron que la mañana siguiente retornaría a pasar clases nuevamente en mi viejo instituto.

Todavía un poco dolido por la pérdida de mi madre, y nervioso por lo que diría la gente, regresé la mañana siguiente a enseñar al instituto.

Era un tanto nostálgico regresar a mi viejo trabajo pero caminar por los corredores y ver que los alumnos me veían embobados me ponía incómodo.

“¿Quién es ese hombre?”, hablaban entre ellos.

“¿Será un nuevo profesor?”, susurraban.

Al llegar a la sala de profesores todos igual me miraron de la misma forma y algunos hicieron derramar su café por quedarse viéndome fijamente. Caminé hacia mi escritorio con la cabeza agachada y apenas me senté en mi escritorio un gran grito se escuchó salir de la sala de profesores

—KYAAAAAAAAAAAAAAAAAA! —Todos los profesores me rodearon y varios alumnos se reunieron fuera a curiosear el escándalo de los profesores.

—RIHITO- SENSEI ¡¿ERES TU?! —gritó el de EF con su potente voz y me tomó de las manos.

—Sí, soy yo.... —afirmé temeroso y de la sala de profesores volvió a escapar un gran griterío.....

“¿Sería mi aspecto?”

“¿El solo hecho que por tanto llorar mi vista era débil y ahora debía usar lentes?”

“o.......”

“¿Acaso había perdido tanto peso?”

“Supongo que nadie se hubiese creído que el gordo profesor de física cambiaría tan drásticamente en dos meses....”, pienso con miedo aferrándome a mi maletín temeroso de decir cualquier cosa por no escuchar nuevamente un griterío.

Pero por más que no diese nada varias miradas femeninas me van acechando hasta que finalmente se abalanzan sobre mí.

—Hey! ¡Por favor....! DEJENME IR —forcejeo, tratando que las profesoras solteronas me soltasen.

SUENA LA CAMPANA

El sonido de la campana que anunciaba la entrada a clases distrae al gran número de gente que me rodea, logro soltarme del mordaz abrazo de mis colegas y corro a mi aula. Cuando estoy cerca diviso a Kaoru y su pequeño grupo de amigos.

—Ka.....KAORUUU! —Sollozo y me lanzo a él, tumbándolo al suelo.

— ¡Que dem...!

— ¡Kaoru, te extrañé tanto, los extrañé tanto mis preciados gatitos! —digo muy emocionado.

—Esa voz..... No me digas que... ¡¿ERES TU RIHITO-SENSEI?!

— ¡¿ES RIGITO-SENSEI?! —gritan mis demás alumnos a la par. Todos se quedan boquiabiertos mirándome y algunas chicas chillan. Rápidamente el profesor de E.F. se aproxima y me toma de las manos.

—Rihito-sensei no hagas caso a las falsas miradas de esas viejas profesoras lujuriosas y cásate conmigo!!!

“¡¿EEEEEEEEEH?!”, me exalto y siento mi alma ya salirse de mi cuerpo.

Antes de que pudiese responder nada todos estallan en grandes carcajadas riéndose de las palabras del profesor, el profesor igual sonríe y se rasca la cabeza desordenando sus marrones cabellos.

“Vaya era una broma del profesor de E.F.”, respiré aliviado. Cuando veo a mi alrededor el único que no reía era Kaoru, por alguna razón me sentí incómodo, di unas cuantas palmadas para apaciguar la risa y pedí que comenzásemos la clase. Me sentía feliz de volver, pero de alguna forma cuando veía a Kaoru sentía que había algo.... me sentía como si hubiese dejado un asunto inconcluso...

Cuenta el Tío de Kaoru

Estaría saliendo del trabajo y dirigiéndome a comprar en un minimarket cercano todos los ingredientes que necesitaría para la cena.... cuando una persona bastante peculiar llama mi atención. Un hombre pálido, de mediana estatura, cabello claro y crespo, sostenía una cesta vacía y miraba bastante nervioso el mismo estante.

— ¿Necesita ayuda? —le pregunto al ver que nadie del personal estaba cerca.

—Ah! Estaba buscando dónde colocar esta cesta ya que terminé mis compras pero no encuentro su lugar... y estoy seguro que antes los ponían en este estante —me explica nervioso, pero al verme directo a la cara el hombre se queda congelado.

—Eeeeee hace casi dos meses que los ponían allí pero ahora están al lado de las cajas —le quito la cesta y voy a colocarla en su lugar. La cajera le llama la atención al hombre indicándole que se estaba olvidando de sus bolsas de compras.

“Que hombre más despistado”, pienso soltando una leve risa.

El hombre toma avergonzado sus bolsas y me mira con curiosidad —Usted es... —balbucea.

“¿Uh?”.

—No nada —se corrige —Ah! Muchas gracias —agradece y sale apresurado. Por alguna razón me quedo viéndole hasta que desaparece de mi vista, sentía como si conociese a ese hombre.... algo me lo decía y a la vez mi pecho dolía....

“¿Qué era esa extraña sensación?”

Regreso a casa con las compras y me encamino directo a la cocina.

—Kaoru ya estoy en casa —le anuncio a mi sobrino, este me responde desde mi habitación, lo cual me llama mucho más la curiosidad ya que últimamente paraba más en mi cuarto que en el suyo.

Subo las escaleras y entro a mi habitación, y allí lo encuentro hablando desde la ventana con el hijo más joven de los vecinos.

—Buenas tardes Mitsuru, espero que mi sobrino no te esté molestando —le saludo al pequeño adolescente y este se sonroja.

—Buenas tardes señor —me corresponde. Veo a los dos que seguían mirándome algo nerviosos como si estuviesen contándose secretos.

—Bien, estaré abajo haciendo la cena, Kaoru por favor baja cuando te llame ¿sí? —le ordeno, este asiente sin darme mucha importancia, y al final opto por ignorarlo y regresar a la cocina.

Una vez acabo de preparar y servir la cena, llamo a Kaoru, este tarda un poco en bajar pero se sienta obedientemente en su lugar y sin refutar come muy hambriento.

—Kaoru ¿No te gustaría cambiarte a mi cuarto? —le pregunto mientras me llevo mi taza de café a la boca. Kaoru me mira muy emocionado.

— ¡¿Es en serio?!

—Pero claro, paras más en mi habitación que en la tuya solo para hablar con el vecino.

—Ah sí, Mitsuru y yo vamos a la misma preparatoria, solo que él está un año menos que yo, pero aun así es muy agradable estar con él —dice dando a denotar un leve rubor en sus mejillas.

“¡¿Cómo es que recién me cuenta sobre esas cosas?!”, le miro recelosamente sintiéndome como un padre luchando contra la adolescencia de su hijo.

—Ahaha entonces está decidido, tú te vas a mi habitación y yo a la tuya ¿hecho?

— ¡Hecho! —dice muy emocionado, y sello nuestro trato revoloteándole el cabello con una mano. Me emocionaba que al fin no peleábamos y que Kaoru volvía a parecerse el niño tierno de 5 años que crié..... Pero pensándolo mejor.... él ya no venía en medio de las noches a mi cama cuando tenía una pesadilla, ya no se despertaba enérgicamente pidiéndome que le hiciese su desayuno favorito.... él ya no me necesitaba... ya tenía 18, iba a salir muy pronto del instituto..... Tenía que pasar algún día.... pero no esperaba que fuese así...

“¡¿Ese repentino cambio no sería por una chica?!”

—Eeeee Kaoru ¿Cómo te va en el colegio? —pregunto nervioso.

—Ahora mejor —come, come, come.

“¿Mejor?”

— ¿Por qué lo dices? —sigo interrogándolo, mis ojos se me abren como dos platos por la curiosidad temeroso de escuchar salir de sus labios la sola idea que había conocido a una chica.

—Mmmmmm bueno.... Rihito-sensei finalmente regresó y bueno... a él le entiendo mucho mejor que al profesor que quedó en su remplazo.

“¿Cómo?”

“¿Está de mejor humor porque regresó su profesor?”

— ¿Rihito-sensei no es ese profesor que insistió tanto con la hoja esa?

SILENCIO....

Kaoru repentinamente se puso tenso, no habíamos tocado el tema de su futuro universitario desde que me contó que su profesor se había ido a perder en la jungla o bueno.... eso creo que fue lo que me dijo.

Toso tratando de des tensionar el ambiente —Ehehe creo que la cena de hoy me salió algo picante ¿no crees?

—Tío quiero que hablemos seriamente

—eh?

— ¡Quiero que hablemos de la hoja que mi profesor te dio! —dice Kaoru imponentemente —Quiero que hablemos del futuro que he decidido.

—Ahaha no creo que haya nada que tengamos que hablar, ya está decidido que tu estudiarás bioquímica.

— ¡Yo quiero crear video juegos Tío! —me corta las palabras — ¿Tú crees que solo tengo que estudiar y ya? Pues para tu información ya estoy trabajando en ADC Videogames, he creado muchos juegos, tengo muchos fans, he forjado mi futuro en ese rubro ¡No puedes obligarme a que deje todo por lo que he trabajado! ¡Mis padres no están aquí para reprochármelo, nunca han estado, yo nunca les he importado, tú eres el único que insiste en esa estupidez de estudiar Bioquímica!

— ¡Es por culpa de ese profesor! —Grito golpeando la mesa, me levanto molesto, voy a tirar mi plato al fregadero y tumbo todas las cosas a mi alrededor — ¡MALDICION! mañana mismo iré a hablar con ese profesor.

— ¡Rihito-sensei no tiene la culpa!, ¡Tío!

Salgo de casa golpeando la puerta y camino sin rumbo sosteniendo mi cajetilla de cigarrillos, enciendo un cigarrillo y camino echando humo por todas las calles hasta que de alguna forma termino otra vez en el mini mercado que estaba cerca del trabajo. En plena puerta me cruzo con el mismo hombre despistado, solo que en esta ocasión llevaba un par de lentes...

—Oh! Hola... —me saluda temerosamente —pasé nuevamente a comprar un poco de detergente —me sonríe.

“¡¿Qué rayos?! ¡Como si me importara!”.

— ¡¿Sabes qué es lo que más me molesta?! —le digo rudamente. Pensé que el hombre saldría espantado por mi molesto actuar, pero se acercó más a mí y volvió a sonreírme.

— ¿Qué es lo que le molesta?

— ¡Eso mismo! No soporto a la gente que se toma la vida tan a la ligera y viven distraídos, estoy más que seguro que tu esposa debe golpearte muy seguido por ser tan tranquilo —El extraño se ríe y vuelve otra vez a sonreírme con su estúpida sonrisa.

—Yo no tengo esposa, vivo sólo en un apartamento cerca de aquí.

— ¡¿SÓLO?! ¡¿Cómo puedes sobrevivir?!

—Bueno.... yo vivo feliz disfrutando de mi trabajo, aunque si pudiese tener cerca a mis padres sería la persona más feliz de este mundo, atesoraría estar con ellos cada instante.

— ¿No estás un poco adulto para desear vivir con tus padres?

—Ahaha todavía soy joven, además no nos damos cuenta que ciertas cosas nos hacen felices una vez estas se van.... y si me disculpa yo también debo regresar a casa.

—Pero vives sólo, nadie te espera.

—Usted se habrá dado cuenta que no he estado por los alrededores en dos meses, supongo que también se hará la idea de que una casa empolvada me espera.

El hombre me hace una educada reverencia y se despide de mí con una dulce sonrisa. El haberle hablado con tanta confianza a un desconocido para desquitarme recién comenzaba a hacerme efecto y la vergüenza hacía arder mi rostro. A veces trataba de entender porqué era tan paranoico, si tenía problemas siempre la primer persona que estaba a mi alcance sufría las consecuencias.

“Supongo que ese hombre me evitará de ahora en adelante al igual que.... el profesor de Kaoru”.

“MALDICION”