Cuenta Rihito-sensei
—Rihito-sensei.... —escucho una voz familiar llamarme, no quería convencerme que el dueño de la voz era quien imaginaba, pero allí estaba.... a pocos metros de mí. Siento un gran temor dominarme y dejo caer el cesto de mis manos....
“No es verdad, no puede ser verdad”, pienso con miedo tratando de evitar a esa persona pero por más que tratase de escapar él logra atrapar mi brazo deteniendo mi huida.
—Rihito-sensei....!
“Un beso....”
“....Solo un beso basta para inclinar la balanza, para hacer que tu corazón se acelere y comiences a sentirte extraño mientras tratas de lidiar con la tormenta de sentimientos que azotan en tu interior...”.
Ayer Kaoru había llegado a clases como siempre y apenas Kaoru me comentó que su tío quería hablar desesperadamente conmigo me puso nervioso.... nervioso por miedo a volver a enfadarlo. Pero al volverlo a ver todo resultó totalmente lo contrario. Fuimos a hablar a un café y no pasó mucho que Amamiya-san colapsó por un resfriado, le acerqué a casa como cualquier ser humano hubiese hecho y hasta cuidé de él.
Pero cuando recuperó el conocimiento y me preguntó “¿Por qué hace todo esto por mí?”, allí supe que no lo había acercado a casa como cualquier ser humano hubiese hecho y que no lo había cuidado solo por consideración. Había algo que me había hecho querer quedarme a su lado desde el primer reencuentro, algo que me hizo quedar y escuchar sus quejas mientras acababa su cigarrillo aquella primera vez fuera del minimarket. Pero no estaba seguro de qué era ese algo...
Así que disuadí su pregunta tímidamente diciendo "cualquier persona lo haría", como una excusa.
Pero el continuó afirmando, “No me refiero a eso, me ha tratado tan amablemente a pesar de las estupideces que he dicho, usted no me trata como a sus alumnos, no me habla burlonamente.... siempre está nervioso conmigo como si le intimidara....”.
“Yo tampoco lo sé, quizá es porque lo veo como a los demás padres”, me expliqué dudando, con miedo que se interesase más en mí, sin embargo eso solo le preocupó más y dijo que era su culpa que yo enflaqueciese tanto en los dos meses que desaparecí, pero en realidad no me atreví a responderle el porqué.
“No quería incomodarlo contándole que la verdadera causa de mi depresión era la muerte de mi madre”.
“Era demasiado reservado como para atreverme a decir una noticia como esa”.
Y para evitar decírselo me acerqué a cambiarle el paño de su frente...
Me incliné tanto que mis lentes se cayeron en su rostro, el soltó una pequeña risa y quiso colocármelos nuevamente, pero apenas tocaron sus dedos mi rostro sentí un fuerte palpitar....
Por un momento el tiempo se detuvo.... Y sus labios se adueñaron de los míos besándome una y otra vez.
El miedo me dominó, no era correcto aquel beso, pero él me sostuvo sin dejar que me separase hasta que me perdí a mi mismo en aquel beso y me sumergí en su calidez.
....Permití que él me besara... y lo más vergonzoso es que no puedo negar que me gustó.
“Aquel beso fue tan suave y atrevido”.
Pero ahora después de ese beso no puedo verlo a los ojos, la vergüenza me invade y es imposible tratar las fuertes palpitaciones en mi pecho.
“¡¿Qué es lo que debo hacer?!”
—Rihito-sensei —vuelve a insistir apretando un poco mi brazo, mirándome firmemente —perdóname por lo que sucedió ayer, el beso. No pude explicarme bien ni....
— ¡No hace falta! —Grito avergonzado —No hace falta que Amamiya-san se disculpe, después de todo somos adultos y esas cosas...
— ¡Pero yo no me arrepiento!
“¡¿Eh?!”
— ¡No me arrepiento de haber besado a Rihito-sensei!
— ?! - Su declaración hace que me quede estático. Las mejillas me ardían, sus palabras comenzaban a ilusionarme y a ponerme extrañamente feliz.
Amamiya-san se inclina un poco y me toma con ambas manos del rostro muy suavemente —Rihito-sensei... ¿me dejarías quer....
Pronto Amamiya-san es interrumpido por las fuertes voces y los comentarios de un grupo de estudiantes que observaban la escena - que asco - comentaban entre las chicas.... y para empeorarlo todo detrás de ellas logro identificar a tres estudiantes varones con el uniforme del instituto.
El ambiente se torna pesado, los espectadores aumentarían rápidamente si no hacía algo, y aquellos comentarios se volverían más hirientes.
“¡No quiero escucharlos!”
Sacudo violentamente los brazos logrando liberarme del agarre de Amamiya-san y sin pensarlo corro dejándolo atrás.
"Perdón Amamiya-san.... pero soy demasiado cobarde",
"Me pregunto si podré escuchar sus palabras alguna vez"
No podía evitar sentirme así al ver a esa persona.... cada vez que veía a Amamiya-san algo en mi cambiaba.... si solo no me complicara tanto.
“¡¿Cómo es que había terminado sintiéndome de esta forma?!”,
“¡¿Y por el tío de Kaoru?!”.
*Al día siguiente*
Las clases a simple vista de las personas parecían que estaban de lo más normal del mundo.... pero en mi cabeza no podían dejar de pensar en los sucesos del ayer.
“¿Los tres estudiantes que estaban en el minimarket habrían expandido alguna clase de rumor?”, pienso mientras siento una fuerte opresión en mi pecho.
Abro la puerta de la sala de profesores y afortunadamente nadie había allí lo cual es un completo alivio ya que por fin tenía un momento a solas conmigo mismo. Me siento en mi escritorio y estiro un poco los hombros para despejar la tensión. Paso una mano por mi cuello e inconscientemente noto que me estaba tocando los labios...
“¡Otra vez estoy tocándomelos!”, me avergüenzo, retiro la mano y siento mi corazón acelerarse.
“Quiero ver a Amamiya-san otra vez....”,
“Pero si lo veo... ¿Qué le diré?”,
“Después de cómo hui de él ayer no creo poder verlo”,
“¿Debería olvidarme de todo esto?, ¿Y si no es correcto?”,
“Claro que no es correcto”, me contradigo “Muchos juegos yaoi me han atrofiado el cerebro, yo soy un profesor y él técnicamente es como el padre de uno de mis alumnos, debo pisar la realidad y dejar de hacerme falsas ilusiones”,
“....pero”,
“...no existe ninguna ley que impida un romance entre el tío de un alumno y su profesor, ¿verdad?”.
RECHINAR
La puerta se abre asustándome y poniéndome los pelos de punta.
— !!!!!
—Rihito-sensei —llama un alumno ingresando a la sala, se trataba de Chiba, uno de mis alumnos que podría decirse que estaba en la cuerda floja en cuanto a sus terribles calificaciones.
— ¿Qué pasa Chiba? —pregunto indicándole con la mano que pasase.
—Tengo algunas dudas con los ejercicios de la tarea de hoy —se explica y se sienta confiadamente delante de mí mostrándome su cuaderno con una montonera de borrones.
Le explico sus dudas, pero cada minuto que pasaba con él comenzaba a sentirme incómodo, se acercaba demasiado, me tocaba el cabello, y tocaba mi mano sospechosamente en ocasiones. Trato de apresurarme en acabar con sus dudas hasta que por fin sus preguntas se acaban, y al levantarse del asiento suelta una burla amenazante...
— ¿Me ayuda porque tiene miedo que expanda un rumor o porque le gusta tanto los hombres?
— !!!! —no supe cómo responder. Él solo se limita a sonreír sádicamente y se retira de la sala.
“El.... ¿me había visto con Amamiya-san?”, el miedo comenzaba a dominarme. Sabía que no había hecho nada malo, pero con los jóvenes de hoy en día exagerándolo todo y ayudándose con la tecnología quizá habría conseguido sacar una foto desde un ángulo comprometedor.
“Amamiya-san, ¿Qué debo hacer?”.
La campana que anunciaba la culminación de las clases resuena por todo el instituto, tomo mi maletín y me dirijo al minimarket. Una vez allí espero fuera por una vaga esperanza de ver a Amamiya-san aproximarse al lugar pero mientras van pasando las horas y se va adentrando la noche no logro visualizar su figura.
“¿Seguirá enfermo?”, me pregunto preocupado, tratando de justificar su ausencia en la hora que habitualmente lo veía.
El tiempo sigue pasando y allí me quedo.... apretando con todas mis fuerzas el mango de mi maletín.... esperando por verle una vez más.
“Amamiya-san perdóname por ser un cobarde”.

Comments (1)
See all