Después de ese día algunas pequeñas cosas mías comenzaron a desaparecer, pero les di poca importancia ya que solo eran lapiceros y ese tipo de cosas.... más estaba concentrado en pensar sobre mi situación con Amamiya-san así que esperé por una lejana esperanza pero nada.... tres días no supe nada de él, no lo encontraba en el minimarket y no me atrevía a preguntarle nada a Kaoru....
Llegó el viernes y nada todavía. Las clases ya habían acabado y todos los alumnos se habían ido a sus respectivos clubs por lo que preferí quedarme un poco más en el aula revisando el rendimiento de mis estudiantes.... pero no podía concentrarme....
“¿Debería ir a hablar con el tío de Kaoru a su casa?”,
“¿Seguirá resfriado?”,
“¿Habrá tomado la sopa que le hice ese día?”,
“¡¿Cómo puedo recién pensar en esas cosas?!”,
“¡¿Por qué?!”,
“Tengo que ir a verlo o me moriré si no lo intento, debo disculparme con él por salir huyendo”,
“Debe estar pensando que soy patético”.
—Rihito-sensei —dice Chiba cortando con mis pensamientos e ingresa al aula.
—Deberías estar en las actividades de tu club Chiba —fuerzo la sonrisa.
—Me las estoy saltando.
—Eso no es bueno —comento un tanto nervioso y comienzo a guardar mis cosas.
GOLPE!
Chiba golpea el escritorio con la palma de su mano y agresivamente toma mi corbata jalándome hacia él.
—Sensei.... ¿Por qué te volviste tan atractivo? —dice aflojando el nudo de mi corbata.
—Eh?! —la voz se me opaca trato de apartarme pero otros dos estudiantes ingresan al aula y entre los tres me acorralan en un rincón.
“¡¿Qué está pasando?!”
—Te has vuelto muy hermoso sensei —dice chiba, uno de sus compañeros me jala violentamente del brazo pegándome a la pared.
—Pasemos un buen rato sensei —susurra en mi oído el mismo chico, pero de repente las puertas del aula se abren en seco descubriendo a Amamiya-san respirando agitadamente como si hubiese corrido.
— ¡¿Qué está sucediendo aquí?! —grita imponentemente asustando a los tres muchachos, estos se apartan de mí y fingen indiferencia.
— ¿Quién es este viejo? —chista los dientes uno de ellos.
—No está sucediendo nada aquí —explica Chiba —solo estábamos preguntándole algo a Rihito-sensei.
Chiba hace un gesto en señal de retirada a sus dos compañeros y en un par de segundos los tres individuos se retiran.
— ¿Estas bien Rihito-sensei? —pregunta Amamiya-san preocupado. Me aparto del rincón y trato de relajarme forzando una sonrisa.
—Estoy bien, solo tenían dudas sobre la tarea que les di —mis manos comienzan a temblar delatándome, trato de ocultarlas poniéndome tenso y sonriendo más pero esto no convence del todo a Amamiya-san, quien las saca de detrás mío y me mira molesto.
— ¿Suele pasarte estas cosas muy seguido? —pregunta sosteniendo mis manos firmemente y buscando mi mirada.
—No sé a qué te refieres - fuerzo aún más la sonrisa tratando de evitar mostrarle el miedo que sentía.
—Por favor no finjas! —Insiste molesto — ¡¿Te acosan?!
“¿Por qué siempre que se trata de él me siento de esta forma... como si no pudiese ocultarle nada?”
Mis labios me tiemblan y bajo la mirada - Últimamente.... desde que volví la gente me mira extraño pero es la primera vez que se me acercan de esa forma.
— ¡Demonios! ¡¿Qué tienen en el cerebro hoy en día los jóvenes?! —reniega y patea fúrido la pared.
—No me han hecho nada Amamiya-san.
—Pero aun así... —Él agacha la mirada suavizando el gesto sin cambiar la expresión de estar preocupado.
— ¿Aun así qué?... —se me escapa dejándolo tanto a él como a mi sorprendidos.
—Rihito-sensei, yo...
— ¿Por qué viniste hoy Amamiya-san? —pregunto temerosamente, con miedo de escuchar el resto de sus palabras.
—Cuando escapaste de mí la otra vez, supuse que no querías saber nada de mí...
—Eso no...
—Pero cuando fui al minimarket la cajera me dijo que estuviste esperando los últimos días fuera del lugar. Al escuchar lo que me dijo, tomé un taxi y corrí desde la entrada hasta aquí... solo porque quería verte sensei.
— !!!!!
—Iba a ir antes solo que estuve con mucho trabajo y el resfriado apenas estaba pasando, Kaoru tuvo que hacer las compras para la cena estos últimos días —Amamiya-san comienza a balbucear, a revolotearse el cabello nervioso, y como si hubiese leído mi mente se sonroja cubriéndose la boca con una mano y comenta —Tu sopa estaba deliciosa, y eeee por favor nuevamente acepta mis disculpas Rihito-sensei por el beso y por haberte puesto incómodo frente a muchas personas, solo no quiero que me odies más.
"¿Odiarlo?"
—Emmm y yo porque haría eso?
—Porque es por mi culpa que enflaquecieras tan repentinamente, yo te dije que eras un gordo asqueroso, me arrepiento por haberte herido! ¡PERDÓN! —el hace una reverencia haciendo que mi corazón salte a mi garganta.
—No, no, no es tu culpa Amamiya-san es un malentendido, no es tu culpa, por favor no te inclines.
—Entonces.... ¡¿por qué?!
DOLOR!
—No es algo que pueda decirse.
—Por favor necesito saber.
“¡¿Por qué le interesa tanto?!”
—Quiero saber —continua rogando, desvió la mirada y siento un fuerte apretón en mi pecho por la tristeza.
—Mi madre.... me enteré que mi madre murió después de la discusión que tuvimos por la hoja de planes para el futuro de Kaoru.
SUSPIRAR
“Al fin lo había dicho”,
“Al fin se lo había contado a alguien”
Mis lágrimas amenazan con caer, yo bajo la cabeza intentando ocultarlas, Amamiya-san se acerca a mí, extiende sus brazos queriendo abrazarme pero yo me aparto.
—Al comienzo me dijeron que mi padre había sido el que falleció —explico —y como nunca me llevé bien con él creí que al menos debía ir a ayudar a mi madre pero cuando llegué a la casa de mis padres resultó que en realidad ella había muerto y el me echó, ni siquiera pude darle mis respetos a ella, es por eso que me deprimí y me fui a un pueblo inhóspito a enseñar.... quería apartarme de todo y olvidar mi dolor - sollozo, hago puño mis manos con cada lamento tratando de contener la furia y las lágrimas —Así que no es tu culpa Amamiya-san.
—Debe haber sido muy duro para ti —dice Amamiya-san.
“Por favor que no trate de ser amable",
"Es mejor que me odie, si dejo que estos sentimientos hacia él se conviertan en algo más no sería correcto".
—Lo siento... no debí contarle eso —me disculpo y volteo a tomar mis cosas de encima del escritorio —No sé por qué hago esta clase de cosas inmaduras cuando se trata de usted —me disculpo y meto todo en mi maletín.
—Rihito-sensei! —grita sosteniéndome del brazo.
—Por favor suélteme! —forcejeo —Usted no me conoce ¡¡¡YO SOY UN FUNDASHI!!! Un hombre al que le gustan las historias de romance entre dos hombres, solo por tener esos gustos debería darle asco, por favor aléjese de mí.
—Aunque quisiera no lo haría —dice ejerciendo más fuerza en su agarre —Creo que yo ya me he enamorado de ti....
LATIDO!
—Por favor no diga que está enamorado de mí tan fácilmente.
“No es posible que sienta algo así por mí”, pienso ahogando mi respiración mientras evito su mirada.
—Al comienzo pensé que me sentía culpable, luego me di cuenta que me sentía atraído por ti... y si dijera que te besé por accidente me mentiría a mí mismo!..... Creo que solo basta un beso para inclinar la balanza.
LATIDO!
“Por favor no digas algo como eso”
—No sé qué hacer Rihito-sensei.... si soltarte del brazo para que huyas de mí o si debería besarte nuevamente.
Mis mejillas comienzan a arder.
“¡¿Acaso se trataba de una especie de sueño?!”
—Eeee yo lo siento, debes estar pensando que es horrible que un hombre te diga esas cosas —se disculpa nuevamente.
“No es para nada horrible”
LATIDO
“¿Qué es este sentimiento?”,
“¿Qué es esta clase de felicidad?”,
“¿Qué es esta felicidad que me da las esperanzas de ilusionarme?”
— ¿Qué es lo que debo hacer? —digo avergonzado con el corazón palpitándome a mil.
—Comencemos nuevamente.... —Amamiya-san toma mi mano en señal de saludo —Mi nombre es Amamiya Ichigo tengo 30 años y vivo con mi sobrino Kaoru. Nunca me he casado ni he tenido prometida por concentrarme en criar a mi sobrino y quizá por eso me he vuelto muy histérico y sobreprotector. Trabajo en una compañía de repuestos automotrices en el área de gerencia. Mi comida favorita es el Yakisoba, calzo 44, mido 1.85, mi color favorito es el rojo, y mi pasatiempo favorito es hacer las labores de la casa.... y a pesar de conocernos por poco tiempo quiero pedirte que por favor no me apartes de ti, no ahora que sé que te amo.... ¿Me dejarías enamorarme de ti Rihito-sensei?
LATIDO, LATIDO, LATIDO!
—.....Solo dame tiempo —respondo encogiéndome de hombros. Amamiya-san deja de hacer presión con su mano, y la desliza hasta entrelazar sus dedos con los míos. Se va acercando cada vez más hasta que apoya su frente con la mía permitiéndome perderme en la profunda mirada de sus ojos azules y la forma de sus labios. Sentir su respiración tan cerca de mí hace que me estremezca.
— ¿Me dejarías enamorarme de ti? —repite, sus mejillas se tornan coloradas y siento como si las mías también se dejasen contagiar. Sin esperar mi respuesta lentamente el acaricia mi rostro, besa mi cuello con sus labios y los recorre hasta hallarse con los míos. Me besa intensamente dejándome llevar por la suavidad de sus besos y el fuerte palpitar.
—Amamiya-san —jadeo una vez logro zafarme de sus labios —No podemos! —digo soltándole e intento huir pero me resbalo y antes de que caiga él me sostiene de la cintura. Acerca su rostro por detrás y me susurra al oído —Rihito-sensei.... por favor enamórate de mí.
“No diga eso....”,
“Hace que me enamore más de ti”.
—GYAAAH! —gimoteo sin poder disimular las agradables cosquillas que me ocasionaba su respiración.
De mi cintura me levanta y me sienta encima del escritorio, una de sus manos avanza por debajo de mi ropa y me va despojando de ellas disfrutando la suavidad de mi piel. Desliza mi corbata tirándola al suelo, posa su boca besando uno de mis pezones y con su lengua se pasea a lo largo de mi tórax e interna su mano en mi ropa interior comenzando a juguetear con mi miembro.
—AH, AH, AH! —gimo mientras trato de apartarlo con las manos, era tanta la vergüenza que me invadía, sin embargo una nueva y extraña sensación comenzaba a adueñarse de todo mi cuerpo dejándome ceder ante sus caricias —AH! Noooo, no —ruego pero aquellos gemidos le encienden más —NO AMAMIYA-SAN DETENTE... NGH!
—I-CHI-GO - dice levantando el rostro —Rihito-sensei, dime ICHIGO.
PALPITAR!
“Tan vergonzoso”,
“Pero me hace feliz”.
—I.... Ichigo —digo en voz baja, el suaviza el gesto y sonríe.
“Es tan atractivo”
Le agarró del cuello de su camisa y le obligo a acercar su cara a mí, le tomo con mis manos de los cabellos y le beso. Ichigo-san se sorprende por mi atrevimiento pero rápidamente él toma nuevamente el control y prolonga el beso.
Clavo mis manos en su espalda arrugando su saco —Aaaaah ah ngh! Detente I..Ichigo-san no puedo respirar gyaaah!
—Bésame —ordena después de darme un respiro, yo acerco tímidamente los labios, abro levemente la boca y sin compasión alguna como si fuese una bestia hambrienta devora cada beso sin dejar de acariciarme intensamente —demonios eres tan lindo —gruñe, va acelerando los masajes en mi miembro ocasionando que este se levante salpicando semen en su abdomen.
—Perdón no pude aguantarlo más —me avergüenzo cubriéndome la cara con la manos.
Él las toma y las aparta —No importa sensei, eres tan lindo que siento que perderé la cabeza.
—Yo.... yo también
“Yo también siento que perderé la cabeza”.
Ichigo-san me quita el bóxer y separa mis muslos. Yo me apego a él rodeándolo con mis piernas en su cintura, estaba tan apegado a el que podía sentir su miembro haciendo presión a través de su pantalón, el coloca mis brazos alrededor de su cuello.
—Solo aférrate a mí —dice desabrochando su cinturón. Introduce un dedo por mi orificio, lentamente mete otro ensanchándolo más.
—Ah! AaaaH! nnnah! —gimo excitado.
—Levanta un poco las caderas.
—Nnnngh! Sip AAAH! Ichigo-san, ya no aguanto más, mi cuerpo me quema! —él retira sus dedos y baja el cierre de su pantalón. Su miembro estaba caliente y empujaba mi entrada por lo duro que estaba.
—Si te duele mucho, solo dime y me detendré —dice y yo asiento, el mete la punta haciendo que me estremezca mientras avanza por mi interior penetrándome.
—NGH! Está caliente —jadeo. Me aferra más a él, el me mira embelesado fijamente a los labios, se adueña de ellos sin dudarlo y empuja su miembro con más fuerza.
EMBESTIDA!
—Gyah! AH! AH! AAAAH!
—Demonios ah! Ah! —jadea embistiéndome más rápidamente.
—Aaah! AH! AAAAH NGH!
ABRAZAR!
—No dejes que nadie más que yo te toque, Rihito-sensei solo guarda para mi todos estos sentimientos!
EMBESTIR!
—Aaaaaah! AH! Ichigo-san! —no podía describir este placer, tan dentro de mí.... Me enloquecía.
Ichigo-san eyacula dentro de mí, respiro pesadamente y me toma nuevamente entre sus brazos, mis piernas me tiemblan, él retira su miembro, yo me quejo pero a esto él me toma del rostro - te dolerá si continuo.
—Está bien... —le miro desconforme y suelta una risa.
—Eres tan lindo —susurra, y me besa cariñosamente acariciando mis cabellos —Me gustas Rihito-sensei....
LATIDO....
“Después de la acción llega la vergüenza”, pienso sonrojado y oculto mi cara en su pecho posando mis manos en sus hombros.
— ¿Me dejarías enamorarme de ti Rihito-sensei? —pregunta nuevamente con aires de una burlesca victoria. A esto no respondo y decido solo seguir ocultando mi rostro y arrugando sus ropas con las manos.
“Un hombre egocéntrico había confundido mi corazón”,
“Con su temeraria actitud me había hecho caer”,
“Con su amabilidad había parchado mis heridas”,
“Con sus caricias había expuesto mi corazón....”,
“... Y con sus palabras se había adueñado de él”.
Una gran sonrisa se formó en mi rostro. Quise bajar del escritorio pero apenas puse un pie en el suelo me derrumbé completamente. Ichigo me alzó como a un bebé (Upa!), teniéndome entre sus brazos limpió a la rápida el desastre que hicimos y agarró finalmente mi maletín.
—Tomemos un taxi para ir a casa —sugiere mientras baja por las escaleras.
— ¿A tu casa o a la mía?
— Depende de ti.
“¿depende de mí?”.
— ¿Ichig...Amamiya-san qué clase de relación tenemos? —pregunto avergonzado de llamarlo por su nombre recordando lo que acabábamos de hacer en el aula.
—Ya te dije que para ti soy ICHIGO y en cuanto a nosotros.... ¿Ya te enamoraste de mi Rihito-sensei?
—UGH!
“¿Acaso no es obvio?”,
“Después de eso”,
“Nunca saldrías de mi cabeza”.
— ¿Te enamoraste de mi Rihito-sensei? —Insiste y yo inclino la cabeza—dilo.
— ¿Cómo no enamorarme de ti...? —correspondo, Ichigo vuelve a sonreír y apega mi rostro al suyo besándome.
—Es bueno saberlo.

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