—Traje algunos dulces para ti Rihito —dice mi padre sacando de su maletín una caja con el sello de la tienda familiar.
—Ya he acabado con todo mi trabajo por hoy ¿No quieres ir a mi casa a comerlos junto a unas tazas de Té? Si quieres podemos pasar por su hotel y recoger tus cosas, así te quedas conmigo esta noche.
Mi padre acepta y apenas nos disponemos a salir de la sala de profesores encontramos a Kaoru fuera de esta en pose de haber espiado toda nuestra conversación.
—Eres el joven de hace unos momentos —dice mi padre emocionado y toma a Kaoru del hombro —Este chico me ayudó a encontrar la sala de profesores todas las veces que he venido a buscarte —me explica —¿No quieres comer unos dulces con nosotros? —pregunta esta vez dirigiéndose a Kaoru con un gesto típico de su edad de no aceptar un no por respuesta a su invitación.
Los tres regresamos a mi escritorio y me dispongo a hervir agua para el té en una pequeña jarra eléctrica y mientras estoy en ello escucho unas animadas risas provenientes de aquel par.
—Ya está el té —me anuncio minutos después cargando una bandeja con las tazas, pero apenas sirvo estas a mis invitados, repentinamente mi celular suena notificando que me había llegado un mensaje de Ichigo-san.
Ichigo-san:
[Rihito-sensei
¿Cómo ha estado tu día?
¿Has vuelto a tener problemas con tu padre?
¿Podríamos vernos hoy?]
—¿Es aquel hombre de ayer? —pregunta mi padre un tanto disconforme y receloso.
—¿Hombre? —cuestiona Kaoru.
"!!!!!!!"
—No, no es nada ahahaha —respondo poniéndome tenso ya que Kaoru todavía no sabía nada de la relación entre su tío y yo. Tomo el celular entre las manos y le envio un mensaje a ichigo-san.
Rihito-sensei:
[Lo siento Ichigo-san, pero hoy no podré verte. He arreglado los problemas con mi padre, asi que por hoy se quedará conmigo en casa. Gracias por apoyarme.]
Ichigo-san:
[Ya veo, espero vaya todo bien. Me alegro mucho por ti]
"Ichigo-san, lo siento. Sé que te vi ayer pero si fuese posible me gustaría en serio estar a tu lado ahora mismo", pienso apenado y finalmente dejo el celular de lado.
—Waaaa esos dulces se ven realmente deliciosos, justo como los que Rihito-sensei hace —dice Kaoru captando mi atención.
—¿En serio? No sabía que Rihito seguía cocinando, debe ser la genética —ríe entre dientes mi padre ofreciéndole al pelinegro un par de Daifuku de colores cuidadosamente decorados.
—Hay veces en las que Rihito-sensei se infiltra en las clases de cocina —comenta Kaoru —Rihito-sensei cocina muy delicioso, es una lástima que últimamente no ha estado yendo a cocinar para sus alumnos.
—Vaya, veo que sacó el mismo hábito de su madre hahahaha —dice mi padre.
—Hablando de la clase de cocina, hoy hicimos un pastel —Kaoru saca una caja plástica de su bolso y de ella una porción grande de pastel de frutillas —prueben por favor.
El viejo no tarda en picar el pastel con una cucharilla que inmediatamente queda fascinado, toma a Kaoru de las manos y habla fuertemente —¡POR FAVOR SE MI NIETO!
"!!!!!!!¿Eh?!!!!!!"
—No digas eso a mí estudiante —me exalto —Kaoru, por favor disculpa a este hombre.
—Dime Kaoru —sonríe de oreja a oreja mi padre —No creo que todo esto lo hayas aprendido en la escuela ¿Quién te enseñó a cocinar tan bien?
—Ah eso? Aprendí de mi tío. El normalmente hace la cena y a veces le ayudo —responde muy orgulloso mi alumno.
—Tienes que llevar a Kaoru-chan siempre que vayas a visitarme Rihito —ordena el viejo —Como nunca me vas a dar nietos al menos lleva a tus estudiantes de paseo.
—WAAAAAAAAA!!!! No digas esa clase de cosas —me sonrojo.
"No puedo hacer esa clase de cosas tan a la ligera"
"Este hombre.... No ha cambiado en absoluto!"
"Sigue siendo caprichoso"
Quería morirme de la verguenza en ese mismo instante, pero me ponía a pensar en que mi padre llegase a enterarse que Kaoru era en realidad el sobrino de "Aquel hombre" que salía con su hijo. Quizá la sonrisa se le desvanecería de la cara.
Pero después de compartir aquel té con Kaoru, yo y mi padre nos dirigimos a su hotel, recogimos sus cosas y le llevé a mi apartamento. De cierta forma la hora de la cena se sintió como en los viejos tiempos... como cuando tenía 14 años y con mi madre cocinábamos mientras mi padre esperaba en la mesa releyendo el periódico del día junto a una taza de té verde. Aunque dolía la ausencia de mi madre, en aquella cena hablamos mucho y rellenamos el vacío que había quedado con los años en los que nos alejamos.
Veía a mi padre tan risueño y lleno de vida, como cuando una vez fue el trabajador de un pequeño periódico local en la ciudad en la que crecí. Sin embargo poco después que cumplí 14 años, ese padre que conocí desapareció y sus sonrisas y risas acabaron ahogadas en varias botellas de sake.
Mi madre casi no dormía por estar al pendiente de que llegase ese hombre a casa bien adentrada la noche. Con su frágil cuerpo hacía mucho esfuerzo para arrastrar a su marido al futón de su habitación, pero en ocasiones aparecía con moretones en diferentes partes de su cuerpo. Y eso era porque mi padre descargaba su frustración en ella por haber perdido su empleo en aquel periódico, que no tardó en cerrar meses después de que mi padre fuese despedido.
Se sentía frustrado porque ya no era él quien traía dinero a la casa, sino mi madre, quien pese a casarse con mi padre siguió manteniendo el negocio de su familia elaborando dulces tradicionales.
Mi padre odiaba aquellos dulces, era como si le hiciesen recuerdo de su fallo como jefe de la casa. En ocasiones simplemente se sentaba en el mostrador de la tienda y trataba a los clientes de mala gana.
Pero todo empeoró cuando un excompañero de mi padre se pasó por la tienda mientras mis padres habían ido a buscar ingredientes para un pedido.
"Tu debes ser el hijo de Yamada, Rihito, sino me equivoco", dijo aquel hombre paseándose por la tienda como si la única cosa que fuese interesante fuese el joven escuálido frente suyo.
Unos minutos mas tarde la tienda se convirtió en un desastre, como si hubiese arrasado un huracán. El hombre estaba resentido contra mi padre y mientras destruía todo con la ayuda de sus matones no dejaba de gritar "Tu padre es un cobarde", "Por su culpa, por su culpa", "¡¡¡El periódico nunca se hubiese ido al caño si tan solo hubiese hecho aquel reportaje ¿que le costaba mentir?!!!"
Gracias a aquellos gritos, una llama de esperanza ardió un mi y me confirmaba lo que yo sabía en el fondo, que mi padre todavía era bueno.
Pero el tormento no acabó allí, mis padres llegaron antes que pudiese ocurrir lo peor, solo puedo recordar que mi madre corrió hacia mi y cubrió mi cuerpo desnudo y herido.
Sin embargo ese no fue el final de todo ese tormento.
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Al día siguiente quedamos con Ichigo-san de encontrarnos en la estación de Tren para despedir a mi padre que se marchaba de regreso a mi ciudad natal.
—¡¿Por qué tuvo que venir ese hombre a despedirme?! —se queja mi padre.
—Vamos, tu tren ya está llegando. Te acompañaré a las puertas —le tomo del brazo a mi padre entregándole también una bolsa con recuerdos para mi tía. Ichigo-san se apoya en un pilar detrás de nosotros y nos mira con una sonrisa.
Mi padre mira recelosamente a Ichigo-san —¿No estarás pensando ir con este hombre también a la tumba de tu madre, no? ¡PORQUE TODAVIA NO APRUEVO LA DESVIACION SEXUAL ENTRE USTEDES DOS!
—Prfff! —se aguanta la risa Ichigo-san —hahaha con todo respeto Señor Yamada, yo también pensaba de igual forma... pero por alguien como su hijo es imposible no enamorarse.
—¡¿QUÉ DEMONIOS DIJISTE MOCOSO?! —reclama mi padre.
—¿Debería llamarlo padre? —se bufa.
O///.///O
"Ichigo-san!"
Mi padre ignora la burla de Ichigo-san, espera a que las puertas de su tren se abran y entra no sin antes despedirse —Adiós Rihito, llama a este viejo cuando quieras y también siéntete libre de ir a ver a tu madre —dirige una última mirada a Ichigo-san y antes que pudiese darnos la espaldas, se gira nuevamente hacia mi —Te creí en ese entonces, pero estaba ciego. Eras tan joven y dejé que te marcharas sin haber aprendido lo que es el amor de verdad.
La puertas se cerraron poco después que él pudiese acabar esas palabras.
Mi corazón se estrechó contra mi pecho, mientras miraba con una confusa felicidad y dolor hacia el tren.
"Si nunca me hubieses hechado de casa... no habría aprendido a amar"
Respiro un poco aliviado, parecía que ese problema se había resuelto fácilmente pero en el fondo todos esos años peleados, sufriendo, pudieron haberse esfumado fácilmente si desde el comienzo el orgullo de mi padre no nos hubiese separado...
...o quizá la palabra orgullo no es la correcta, sino algo más.
—RIHITO-SENSEI! —se escucha la voz de Kaoru a lo lejos, quien venía a toda prisa y con un pequeño grupo de amigos.
—eh? ¿Qué hacen todos ustedes aquí? —pregunto sorprendido.
—Yamada-san ayer me dijo que se iría hoy en el tren de esta hora —se explica Kaoru un poco triste y luchando por retomar la respiración —Pero no pude salir antes de las actividades del club, me hubiese gustado despedirme de él.
—RIHITO-SENSEEEEEI!!! —se escuchan los gritos de la Kaichou (presidenta del consejo estudiantil) viniendo hacia mí con el resto de los amigos de Kaoru, el pequeño Hotaru y el peliazul de Adachi Ren.
—¡¿TÍO?! —dice Kaoru consternado —¿Qué haces aquí?
Todos miramos a Ichigo-san que se pone nervioso por recibir toda la atención —eeeee —tartamudea pensando qué responder —Me encontré con Rihito-sensei por pura casualidad.
"No es bueno mintiendo", pienso para mis adentros mientras suelto una pequeña risa.
—¿Casualidad? —le mira sospechoso Kaoru.
—Deja de juzgarme con esa mirada o me comeré toda la cena yo solo —gruñe Ichigo-san.
—¿Entonces estabas volviendo a casa?
—Si, ¿vienes conmigo?
—No, me quedaré un poco más por los alrededores... volveré a casa con Mitsuru, él está cerca de aquí —dice Kaoru sonrojándose.
—Ah! el vecino, está bien no hay problema —consiente Ichigo-san.
"¿Vecino?"
Noto que la Kaichou me observa suspicazmente, luego mira a Ichigo-san, a Kaoru, y vuelve a mirarme suspirando desconsoladamente. De su bolso saca un par de hojas y me las ofrece —Tome Rihito-sensei, estos son unos papeles que los muchachos no querían presentarle, es sobre el próximo proyecto del club de tecnología.
—ah, gracias —agarro los papeles, ella se acerca a mi oído y me susurra...
—Parece que habrán serios problemas de ahora en adelante.
—eh?
—Sea fuerte Rihito-sensei —dice animada, y voltea yendo hacia Kaoru y sus amigos quienes se habían adelantado y se despedían de nosotros.
"Qué chica más extraña ¿Que habrá querido decir?"
—ejem! —tose Ichigo-san llamando mi atención —¿Está bien si vamos juntos a casa?
—¡Sí! —le sonrío.
—jejeje —ríe levemente cerrando los ojos —Me gusta la sonrisa de Rihito-sensei.
LATIDO!
"¿Qué debo hacer si me trata de esa forma tan amable?"
"Me hace muy feliz"
Sin previo aviso Ichigo-san coge mi mano y como si el tiempo avanzase lentamente nos vamos entremezclando con la multitud. Si ambos tuviésemos por lo menos 10 años menos esta sería una escena romántica salida de un manga Shoujo...
"Hubiese deseado haber conocido a Ichigo-san en aquel entonces"
"Sosteniendo mi mano de esta forma..... haciendo que mi corazón palpite a mil por minuto".
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