Erase una vez, un nightmare que ansiaba ver las estrellas. El pequeño soñador, decidió armarse de valor. Convenció a los guardias del volcán que lo dejaran subir, pese a que quizás no vuelva nunca más. Salió, estaba atardeciendo en la superficie, era hermoso. Las vistas al exterior eran su singular ganancia, no le importaba perder en son de ganar tal premio.
Lo único que había sabido de allá arriba eran las descripciones que les daban en las escuelas. Jamás una imagen, jamás el vivirlo por su cuenta. El aire era tan fresco, definitivamente valió la pena el caminar tantos kilómetros de sólo oscuridad y olor a humedad. Agarró un pergamino y se puso a dibujar, el paisaje tan ansiado, así podría enseñarle al resto cómo se veía. Esa noche consiguió regresar sin ningún contratiempo, sólo se había quedado a hacer algún sketch a la salida de una de las cientos de cuevas que rodeaban el volcán. De tanteo en tanteo, esa se volvió una rutina para el joven. Con el plus de que su arte se estaba volviendo popular en su ciudad y probablemente vaya a ser reconocido en una mirada positiva hacia el futuro.
En una de las tantas visitas, su inspiración fue interrumpida. Mientras trazaba líneas en el papel, pudo oír voces distantes que se acercaban cada segundo. No le iba a dar tiempo de huir, tiró todo detrás de unas rocas y se escondió encogiéndose para parecer una. Alguien entró a la cueva, parecía que se había separado de quien le acompañaba. Si tenía suerte, no lo encontraría y pasaría de largo, al menos eso esperaba.
-Qué asco da trabajar de noche. No tiene sentido si siquiera hacer guardia, me va a doler el culo de andar sentándome en el suelo. Maldición.- Dijo el intruso.
¿Guardia? Eso implicaba que estaría allí toda la noche y no podría moverse en todo ese lapso hasta que se vaya. El nightmare se llamaba Lucio, sus amigos le decían Luke o Loky de cariño. Jamás había tenido una pareja, ya a los 30 cortos años de edad. No era mucho, pero la mayoría en ese entonces ya ha tenido más experiencias. Cuernos particularmente torcidos, personalidad algo desconfiada que inspira cobardía. Sus capacidades no resaltaban a lo que ser sociable respecta, al menos no daba asco en ello. Pareciese ser que no tendría mucho que perder al morir, él no pensaba lo mismo, quería llegar a su casa y cenar alguna de las recetas de su padre. Enmarcar su boceto y darlo a conocer a quienes no han tenido la oportunidad de ver lo prohibido. Lucio agarró una pequeña piedra y la tiró cerca de la entrada a la cueva. El guardia se alertó y fue a ver. Es momento de decidir ¿Atacar o correr?
Lucio pensó en correr. Pudo considerar el hecho de que todos los dreams están entrenados para luchar, cosa que él era simplemente un artista con un físico nada envidiable. Se levantó y usó las piernas al máximo, como nunca antes lo había hecho, mas no logró huir. Antes de que se diera cuenta ya estaba en el suelo con todas las extremidades amarradas. El soldado ni si quiera se había molestado en acercarse, simplemente le lanzó un aparato mágico que automáticamente lo incapacitaba al alcanzarlo. Empezó a suplicar por su vida mientras rompía en llanto. La vista de Lucio estaba nublada por sus lágrimas, sabían que lo habían atrapado pero no logró ver su rostro.
«Perdona mi vida, sé que he roto las reglas, me iré y no volveré jamás. Juro que nunca he salido de los límites de esta cueva, tampoco tuve la intención de hacerlo. Sólo quería pintar algunos panoramas, soy un simple artista.»
-¿Puedes por favor dejar de chillar tanto?-
«Me matarás.»
-Si, en especial si sigues llorando de esa manera, es incómodo encarcelar a un nightmare en ese estado.-
«Por favor no me lleves, no he hecho daño a nadie. »
El dream se acerca paso a paso al enorme cuerpo encogido en el suelo. Se arrodilla frente a su cara sosteniendo un pañuelo y seca sus lágrimas con curiosidad. -Es la primera vez que veo uno en persona, no te puedo delatar tan rápido.-
«¿Eh?»
-Sólo haz silencio, no te llevaré a ningún lado.- Aquel sujeto empieza a examinar el rostro de Lucio con sus manos, lo mira a los grandes y cóncavos ojos, toca sus orejas y cuernos.
«¿Qué haces?»
-Sigues estando detenido, no deberías hacer preguntas.-
«... »
-Me llaman Maverick, siempre fui aficionado a investigar toda la fauna residente de este planeta, la biología es mi pasión. Terminé siendo guardia, pero mira qué ganancia he sacado de esto.- Maverick alza la mirada y ve el cuaderno y bloques de carbón en el suelo, al lado de unas rocas, casi encajado. -Entonces no mentías con lo de ser artista.-
«... »
Se dirige directamente a recoger los materiales, procede a examinar el block.
«Por favor no dañes nada, eso vale más que mi propia vida.»
-Hmm es... horrible.-
«¿Eh?»
-¿En verdad hiciste tú esto?-
«Yo- si, fui yo.»
-Ok.- El joven estira una bolsa mágica y guarda los materiales allí. Sin pena alguna. -Está decomisado.-
«Pero, no puede ser, necesito esto. Es por lo que existo, por favor no me lo quites.»
-¿Deseas que repita lo que acabo de decir?-
«... Perdón.»
-Me gustó.-
«... »
-No es cumplido, sino una muestra de que ahora es mi propiedad-
«Me extraña pensar que un dream ha gustado de algo hecho por un nightmare, j a j a.»
Maverick reacciona rápidamente en darle una patada al abdomen de Lucio como forma de castigo, está siendo irrespetuoso con quien no debe. -Ten cuidado con lo que dices, si a mí me da la gana puedo matarte y venderte como alimento.-
«Ough... » Queda un rato con el cuerpo contraído.
-Qué asco me das, te tomaré unas fotos y supongo te dejaré ir.-
«¿Fotos?»
-Para mi álbum de criaturas, por favor no te muevas.- Saca una especie de gafas de su bolsa, los cuales se coloca y empieza a mirarlo de cabeza a pies.
Se siente muy incómodo para Lucio, ya se estaba arrepintiendo de no haberse topado con un dream que haga asesinatos instantáneos. «Qué sentido tiene que me dejes ir, ya tomaste mis cosas, no tengo nada que llevar.»
-Hmmm, primero, dije que no te movieras y eso aplica al hablar. Segundo, te dejo ir porque sé que regresarás gracias a tu estúpida pasión.-
«Dije que no volvería nunca más. Por qué me querrías aquí aun así.»
-Imagina las posibilidades, diseccionarte será una de ellas.-
«Sabes que con amenazas no lograrás que si quiera mi alma visite este lugar nuevamente.»
-Qué caprichoso. Te propongo algo, si regresas, te devolveré todos tus materiales que actualmente están en mi poder. Si no lo haces, lo quemaré.- Maverick suelta a Lucio de las cuerdas de energía que le había lanzado a pies y brazos, dejándolo totalmente libre.
«.... No lo entiendo.»
-Tienes el plazo de una semana, la decisión es tuya. No es que me importe mucho, tarde o temprano quizás atrape a un mejor ejemplar.-
Lucio se da media vuelta y deja el lugar a paso rápido. Está ileso y sin nada en las manos, le cuesta procesar la situación. Si vuelve probablemente sea una trampa y muera la próxima vez. Si no lo hace, perderá todo lo que lo hace feliz y por lo que ha trabajado tanto tiempo. Ambas cosas se sienten igual a la muerte, sólo una es más larga que la otra. Un gran golpe de mala suerte luego de haber invertido todo de sí en llenar decenas de hojas con bocetos. Finalmente la cueva queda con la única presencia de Maverick, quien se sienta a ver al cielo nocturno tan despejado que caracteriza a Dreamworld. Se sonroja un poco para sí mismo. Situado al borde de la entrada decide iniciar un monólogo egocéntrico:
-Cielos ¿Qué dirán mis compañeros cuando les diga que realmente vi un nightmare con mis propios ojos?-
-Van a estar envidiosos de mi suerte, esto no le pasa a cualquiera, quizás hasta me suban de rango.-
-... No, espera, si es que lo he dejado ir. Maldición.-
-Pero era necesario, de seguro volverá y así incluso tendré la oportunidad de cortar sus cuernos. Esas cosas valen mucho, en especial para los coleccionistas de partes Nightmare.-
-¿En qué momento la vida me sonrió taaaaanto?-
Se regocijaba en un rincón, era el Dream más feliz del mundo. La suerte le había tocado a su puerta y le había atendido tan bien, que hasta piensa en regresar. Terminó la noche, el turno de Maverick había culminado, regresó a casa en busca de una siesta. Por otro lado, Lucio no dijo nada del caso para evitar que la gente se alarmase y no le permitieran salir otra vez. Tenía que prepararse para lo que venga. Una semana larga, en la cual el nightmare se dedicó a usar sus habilidades por primera vez, adquirir armas y otros tipos de recursos. Una semana en el cual el dream miraba cada página del cuaderno y se preguntaba "¿Realmente quiero matar estas manos?".
Tocaba suavemente el papel, le daba lástima. Maverick se preguntaba "¿Por qué una criatura al como un nightmare goza de tal talento?" No le cabía en la cabeza, se le hacía extraño que un ser inferior posea tales cualidades. Era un desperdicio asesinarlo, debía pensar en algo mejor. Una manera de chantaje para obtener piezas de arte suyas sin paga. Se le encendió el foco mientras tomaba una buena infusión caliente, ya sabía qué hacer. Hasta que lastimosamente llegó el día límite del plazo, Maverick había arrimado primero, estaba esperando al otro. De la oscuridad de la cueva se asoma una gran figura, todas sus armas estaban ocultas para tener un ataque sorpresa.
-Por fin, llegaste.-
«Sí, quiero ver que mis cosas estén intactas, ahora.»
-Wow, que cambio más repentino de actitud. No te esfuerzas lo suficiente, te tiemblan las piernas.-
Sostuvo ambas rodillas para que se note menos su inmenso temor. Hacía el ridículo.
-Ven, siéntate, quiero negociar y de paso darte tus pertenencias.-
Lucio actuó tal cual lo pedido, quiera o no, siempre fue alguien muy dócil. Quería golpear a ese bastardo y a la vez mearse encima.
-No mentiré, lo que haces es admirable.-
«¿Que hago qué?»
-Dibujar, te sale bien, me siento muy feliz y tranquilo cada que veo una de esas ilustraciones.-
«...Gracia-»
-Necesito más.-
«¿Podrías darme mis cosas?»
-Lo haré si me dejas hablar.-
«... »
-Te gusta venir a ver estos paisajes, entiendo que para tu pueblo sea tan hermoso ya que tienen restringido todos esos privilegios. Puedes venir y yo hago como si no estuvieras, a cambio de que me des algunas de tus obras para decorar mi casa.-
«Uhh...»
-Si quieres lo que hay en la bolsa, acepta el trato.-
«... Vale.»
-Me alegra que nos comprendamos.- Maverick soltó todos los materiales de golpe, cosa que Lucio corrió a recoger enseguida. -Oh, eh, mi trabajo es un poco aburrido. ¿Piensas quedarte?-
«Me iba ahora mismo.»
-Ni siquiera es media noche, qué aguafiestas, patético.-
«No tengo nada más que hablar contigo.»
-Tienes los materiales, no sé, puedes dibujar algo.-
«...No me siento muy bien viéndote.»
-Hm. Si tratas de irte te degollaré.-
«Eres un hijo de puta.»
La mirada de Maverick cae al suelo, esto de estar amenazando a alguien para que hable contigo no es muy cómodo. Con tan sólo 27 años de edad, sentía que su personalidad se estaba volviendo desagradable con el paso de los años. Es posible que su entrenamiento lo esté volviendo más duro de lo que querría ser. Su intención no era la de realmente intimidar al joven, únicamente exigía respeto y una pizca de compañía para no aburrirse. Quizás en la cultura nightmare no sea tan normal visto el hecho de amenazar a alguien sólo de joda. Volteó la cabeza y se olvidó del tema.
-Es broma, puedes quitarte.-
«¿En verdad?»
-Sí, solo vete, sé libre.-
«... ¿Puedo pintar el paisaje de tu cabello?»
-No entiendo lo que dices.-
«Es cierto que desde aquí se puede ver un amplio panorama de los alrededores del volcán, pero tu cabello refleja un paisaje completamente diferente que probablemente nunca vaya a ver. Quisiera poder pintarlo.»
-Oh, imagino que me querrás quieto y de espaldas.-
«Sí.»
|La noche siguió, más lento que antes, más agradable al gusto.|
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