Lucio despertó con los ladridos de los canes de lava. Seguía exhausto, había pasado la mayor parte de la noche pintando una imagen tan peculiar que cualquiera lo consideraría un cuadro abstracto. Durmió exactamente con la misma ropa y cosas que había llevado, por lo que al quitárselo se hincó con algunos objetos angulares. Es terrible pensar que no había usado nada de todo lo que compró para defenderse, le faltaban los cojones para darle una lección a ese chantajista. Incluso tomando algunas lecciones de su tío militar, no pudo tragarse la cobardía que siempre lo había acompañado. El haber logrado ir al exterior fue lo máximo que se ha exigido mentalmente (Aunque para ser sinceros, nunca salió del volcán, solo se quedó a la salida de la cueva).
Dirigió la mirada a la mesita de noche, estaba el cuaderno de bocetos intacto, en la misma página que había usado. No era su mejor obra, dibujar con cansancio es definitivamente una mala idea y no vale la pena en lo absoluto. Por un momento pensó en desecharlo y volver a pintar en otra ocasión, sin embargo el simple hecho de tener que usar a Maverick de musa le asqueaba a niveles colosales. Parpadeó un par de veces y fue a ducharse, necesitaba un respiro, era una obligación el quitarse lo patético de encima.
Las aguas termales siempre son bienvenidas. La piel nightmare ama el calor, dicen que no solía ser así pero la evolución los obligó a obtener resistencia a las temperaturas altas en son de vivir en un área con ríos de lava incluidos. Aún no entiende la razón por la que ambos mundos están separados, Nightmareland sólo ha tenido una guerra civil en todo su periodo de existencia, nada que no se pueda perdonar. Se siente a gusto viviendo dentro de una gran estalactita, sabe que se sentía aún más a gusto si viviera en una cabaña a la superficie. Su fantasía más añorada.
Pasadas ya unas cuantas canciones, salió de la ducha a vestirse de forma nada extravagante y asistir al trabajo, era una persona normal en un mundo común. Cualquiera diría que se dedica a enseñar artes, pero en realidad es un humilde minero. Sus cuernos torcidos le proporcionaban la capacidad de armar un fino escudo sobre la piel que lo hacía resistente a cualquier tipo de accidentes que podría sufrir, tales como un derrumbamiento o caída. No era especialmente divertido, por ello hacía hasta lo imposible para poder cambiar de oficio y ser un artista reconocido, no quería renunciar y morirse de hambre en seguida. Al menos salía temprano y tenía la oportunidad de llegar a las afueras del volcán al anochecer (a duras penas, pero lo lograba). Todo por tener una pizca de felicidad.
En el otro lado de la moneda está Maverick, vivía en un apartamento en el centro de la capital Dreamworld, la ciudad más grande y concurrida que hay en todo el planeta. Vivía, porque desde que delegaron a una mitad de la guardia nacional a vigilar en gran volcán, tuvo que mudarse al pueblo ranchero que estaba al pie del mismo. Todo el lugar apestaba a heces de dracenix (una especie de dragón con algunas plumas y un pico que se mezcla con su piel), eran criados allí para luego ser usados como medios de transporte. Muy primitivo para su gusto, lo dejaba pasar sólo por su hermosura al emprender vuelo. Creía fielmente que cada criatura que pisaba el firmamento era hermosa.
Los rumores indicaban a que recientemente habían muchas filtraciones de nightmares en campos de cultivo dream, ya sea para buscar alimento o hurtar, estaba prohibido para ellos. La líder del grupo de vigilancia explicó a detalle la situación, lástima Maverick tiene una horrible memoria para específicamente datos que le importan un carajo. Denisse, se llamaba la comandante, había sido su amiga desde la infancia ya que fue adoptado por su familia luego de que sus padres fallecieran en un combate contra los recurrentes monstruos aberrantes del espacio exterior. La consideraba una mejor amiga en el fondo. Pensó dos veces el hecho de contarle sobre su más reciente hallazgo. Conociendo su personalidad tan correcta, posiblemente lo obligaría a entregarlo y encarcelarlo, no era parte de sus planes. Por el momento mantendría el caso en secreto, cuando se aburra de ese Nightmare ya procederá a hacer lo correcto. Al fin y al cabo, vigilar un solo sitio por 8 horas consecutivas siente muy frío emocionalmente hablando. Tener un esclavo no viene mal.
Hasta que finalmente llegó la hora de hacer guardia.
Reverendo asco, necesario para tener un pan de cada día. Ambos estaban no ciertamente listos para verse cara a cara una vez más. Uno traía motivos maliciosos y el otro tenía la emoción a tope, quién es quién, ya lo sabremos. Como era costumbre, Lucio se tardó más por caminar 5.7km desde su residencia hasta las afueras del coloso. Maverick lo esperaba tranquilo comiendo un snack de semillas fritas, sentado con las piernas cruzadas a modo de aspa. Se miraron cada a cara, Lucio inspiraba odio, Maverick dejó de masticar unos segundos. Era hora del duelo de auras intimidantes.
-Serás muy grande pero ni con eso puedes hacerme mover una sola pestaña, princesa.-
«No intento tal cosa, simplemente ya me he acostumbrado a este lugar y me siento invadido.»
-¿Lo estás reclamando como tu propiedad?-
«No, pero es mi zona de tranquilidad.»
-Qué sensible, si fueras un Dream probablemente ya estarías siendo comido por gusanos.-
«Y si tú fueras un Nightmare, valorarías cada segundo de estar aquí.»
Maverick volteó la mirada y se acomodó en su rocoso asiento al borde del arco de entrada a la cueva. Dió dos palmadas en el suelo, como invitando a Lucio a sentarse. Él se acercó y sentó a 2 metros de distancia. Dirigió la mirada al cielo nocturno, era tranquilizador.
-Valoro cada segundo de mi vida. Llegar a la adultez es casi un privilegio.-
«¿Por qué?»
-Este mundo es un tanto hostil, si no eres fuerte o no tienes alguna habilidad de valor, serás desechado como si de mierda se tratara. En simples palabras, tus propios compañeros te ejecutan.-
«Uh...»
-Diría que es selección natural, pero es una excusa más para realizar asesinatos por diversión. No puedo negar que extraño a una gran parte de mis amistades.-
«¿Le estás contando tus problemas al enemigo?»
-Estoy aprovechando la situación. No es como que sea posible hablarle de esto a otro Dream.-
«... Entiendo.»
Lucio abrió su pequeña maleta que siempre suele portar y sacó los típicos útiles para pintura. Era hora de arreglar y terminar el paisaje alienígeno dejado a medias. El cabello de Maverick lastimosamente sólo funcionaba con una sola imagen, no podría usarlo como televisor para ver más lugares exóticos. Probablemente el lugar que veía estaba a años luz de donde él se encontraba, ver el cabello de un dream podría ser llamada una exploración espacial, simplemente magnífico. Era una noche bastante helada, en la superficie ya estaban llegando las épocas frías, le empezaron a temblar las manos.
«Ugh, no puedo pintar.»
-¿Qué pasa?-
«Tengo frío.»
-Ah, sí, está por llegar el mes de hielo.-
«Como si no me diera cuenta.» Se agarró los hombros temblando, para intentar guardar el calor. En su maleta no había nada para cubrirse. Él no conocía las estaciones de la superficie puesto a que Nightmareland casi ni cambia de aspecto climáticamente hablando.
-Creo tener algo por aquí.- Abre su bolsa mágica para de ahí extraer una manta de gran tamaño. -Toma-.
«No deseo nada de ti»
-Ok, no insistiré, yo lo puedo usar.-
«...»
-...-
«Cambié de opinión»
-Colócatelo y deja de actuar como un nene.-
«Gracias ¿Puedo preguntar algo?»
-Dale-
«¿Por qué cuidas así de mí?»
-Es como el ganado, debes estar bien para producir buenas obras, así que ponte a trabajar ya.-
«... tiene sentido.»
|Otra noche más pasó en la cual discutieron por quién se quedaría el cuadro. Ganó Lucio por el simple hecho de que para Maverick era demasiado vergonzoso tener un cuadro de la cosa que hay en su cabeza, pero en compensación le robó dos hojas del libro de sketch, para su mala suerte. Extrañamente, el osado nightmare que decidió aventurarse a pintar las estrellas, terminó teniendo a una a su lado.|
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