“Sé lo que me dirás, me dirás que quieres seguir escuchando lo que paso, con nuestra aventura, pero en este día deseo contarte algo más, algo importante.”
Al llegar el sol y ver su hermoso rostro dormir, es el único momento donde puedo olvidar todas mis preocupaciones. Es el momento donde puedo seguir teniendo la esperanza de que algún día lleguemos a la libertad, esa libertad que tanto mencionaba Maximiliano.
—Nataniel, mi dulce niño es momento de despertar, hoy es un día especial— moví levemente el cuerpo del bebe que comenzaba a despertar, pequeños bostezos salían de su boquita para luego abrir esos hermoso ojos provenientes de nuestro padre.
—Bueno días Naty— él bebe me miraba sonriendo, apenas si se comenzaban a notar sus pequeños dientes de leche.
—Vamos es momento de levantarse y comenzar el día mi pequeño retoño— cargándolo comen se a revisar tanto su pañal como sus ropas, tratando de asegurarme de que no estuvieran sucias y después de un cambio de pañal, pudimos comenzar.
—Como poder celebrar, el cumpleaños de un bebe, ¿de un bebe que solo cumple un año de vida?
La vida era tranquila, para cualquiera que viviera lejos de estas cadenas, para cualquiera que simplemente observa a las lejanías, sin apreciar lo que tiene, “pues nadie sabe que tiene hasta perderlo “, las palabras de Cristian resonaron en mi mente, ¿por qué simplemente no puedo olvidar el tiempo que pase con él?
Pues la verdad, es que fue un tiempo en el cual hasta yo, me sentí en familia, sentí que pertenecía a un lugar, a un mundo y que alguien además de Nataniel me ataba a esta vida.
“Cristian, Cristian…
¿Me pregunto dónde estarás ahora?....
¿Qué es lo que estarás haciendo?...
¿Por qué nunca ha venido a buscarme?...
Supongo que ya no te importo…
Supongo que ya no te acuerdas de mí, ni de Nataniel y mucho menos de tu promesa…”
Creo que ahora, entiendo por qué ese sentimiento de arrepentimiento que sentía, el día en que rechace tu corazón; espero que algún día me perdones o me llegues a perdonar. Tenía que despejar mi mente, no puedo pensar tantas cosas negativas en un día que debe estar lleno de felicidad y alegría.
—Oh querido Naty, mi pequeño Nataniel en este día, en esta hora, solo hoy y solo hoy, el mundo ha de celebrarte, pues hoy es el día de tu nacimiento, hoy y solo hoy cumples tu primer siclo de vida, tu primer siclo de cambio— mira al pequeño y esto lo mira fijamente como si le entendiera.
—Tanto Orión como yo, que estamos aquí a tu lado, como Mama y Papa que nos cuidan desde el cielo, como el mundo y las estrellas que te sonríen llenos de alegría, como el sol que brilla tan fuerte en este día y solo para ti, todos te deseamos un día especial, todos te deseamos un muy feliz cumpleaños mi dulce hermano, mi dulce Nataniel.
Besando la frente del pequeño bebe, para terminar con mi discurso de felicitaciones, recibiendo a cambio, la tierna y alegre sonrisa de Nataniel, la cual inundaba todo el lugar donde se encontraban, una atmosfera llena de felicidad y alegría, podían con gran facilidad atravesar los fríos barrotes de hierro, de la celda; sin duda alguna es el recuerdo más bello y maravilloso que puede tener una persona, un recuerdo que te puede ayudar a superar cualquier desastre o cualquier mal, cualquier desgracias en este mundo.
“Lo vale si con ello puedo recordar ese momento, tan hermoso a tu a lado, mi dulce y tierno bebe, porque recuerda que al final solo somos tu y yo, contra el mundo, te amo Nataniel que nunca se te olvide…”
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