Beth Previtti
-Pose, pose, ¡au!- Lorena anima sonriendo a medida que muevo mis caderas de un lado a otro con una coqueta sonrisa y para el gran final le guiño el ojo con picardia.-Eh, Beth estas guapísima.- Sonríe.
Me observo en el gran espejo de la academia, llevo unos pantalones de cuero ajustados color negro, una blusa sin mangas roja y una chaqueta negra de cuero, mis tacones están a juego con mi blusa. Me muerdo el labio inferior, mis labios están cubiertos de un rojo intenso, mi cabello negro cae perfectamente liso sobre mi espalda y el color gris azulado de mis ojos resalta por el delineado negro.
-Debería estarlo.- Suelto una leve risa haciendo que ella se una a esta.
¡Beth- Una voz femenina resuena en mis oídos, la cara de Lorena cambia como si de un fantasma se tratase. Al dar la vuelta, me encuentro con Ilene, sus manos están sobre sus caderas y tiene todo el peso de cuerpo en un lado de su cuerpo.
-Oh, hola.- Saludo confundida.
-¿Que clase de desastre has creado en mi oficina?-Parece molesta.-¡Joder!-Frunzo mi nariz.
-No se de que hablas.
-¿Ah, no? ¿Y por que mis paredes dicen: “Con amor. Beth”
-Bueno, tal vez haya hecho una pequeña broma.- Ahogo una carcajada.
-¡Estas fuera de todas las presentaciones y eventos de la semana! No te quiero ver por aquí en un tiempo.- Grita molesta dándose la vuelta para irse.
¡Pero Ilene, ha sido solo una pequeña broma!.- Me quejo torciendo los ojos, para ir tras ella.
-Destrozar la oficina de tu directora no es una pequeña broma, Beth.
-Pero si solo he pegado unas fotos tuyas.- Sonrió batiendo mis pestañas.
-¡Te quiero fuera!
-Ilene!- Ahora claramente estoy haciendo berrinche.
-Ya tienes suficiente edad para que empieces a madurar, Beth, tu padre ha estado pagando para que seas una buena chica y no puedo permitir que esto se salga de control.
-Soy una adulta, no necesito que alguien me diga que no me puedo salir e control.- Hago una mueca y cruzo mis brazos.
-Exactamente, tienes diecinueve años y puedes ser responsable de ti misma, pero mientras estés inscrita aquí, las reglas son mías.
Pongo los ojos en blanco y me doy vuelta rendida, escuchando como Ilene, vuelve a su oficina. Al llegar a la sala de nuevo Lorena me mira intrigada por saber lo que ha pasado.
-¿Te ha expulsado?- Cuestiona.
-Has escuchado que no puedo participar en nada. – Digo con fastidio. Ella hace una mueca mostrando compacion.- ¿Sabes que? No matare mi cabeza, solo perderé algunas sesione y algunos eventos y acerca de los eventos puedo conseguir pasar.- Esbozo una sonrisa que al parecer es contagiosa porque Lorena me mira curiosa.
-Tienes razón.
-Vamos a salir esta noche, ¿Qué dices?-Sonrio de nuevo.
-No lo se, Beth. Mañana tengo una sesión temprano.-De nuevo, se disculpa.
-Vale, entiendo.- Sonrió levemente.
-De verdad lo siento.
-No importa, nos vemos petite.
-Adiós.
Me levanto tomando mi bolso y salgo de la academia, busco las llaves de mi auto, un mini cooper color rojo., lo abro y voy a entrar pero mi bolsillo vibra. Ruedo los ojos con fastidio al ver el nombre en la pantalla.
-Querido papa.- Contesto sin ánimos.
-Hola a ti también, querida.- Su voz me resulta tan molesta a veces.
-Estoy a punto de entrar en una sesión de fotos, te marco luego.- Una risa se oye antes de que pueda colgar.
-Irónico, porque Ilene, me acaba de llamar y me ha dicho que estas suspendida.
-Papa…
-Beth, quiero que dejes tus niñerías, joder, tienes diecinueve años.
-Y tu tienes cuarenta y seis y sigues sin ser un padre responsable.- Resopla molesta, escucho como suspira y se queda en silencio.
-Estaré en Toronto la próxima semana.
-No me interesa que vengas, divierte en París.
-Beth…
Sin mas cuelgo, pongo el teléfono en mis bolsillos y entro al auto, son alrededor de las seis de la tarde y ya esta oscureciendo. Ir a tomar sola en un bar no me parece una buena idea asi que vuelvo a sacar el teléfono y le marco a Sergio.
-Hola bonita.- Contesta con voz chillona.
-Adivina que.
-Adivinando.- Dice emocionado y sonrió, siempre esta interesado en lo que me sucede.
-Me han suspendido de la academia.- Hago un mohín aunque no pueda verme.
-¿Qué?- Su grito me hace apartar el teléfono de mi oreja.
-Si.- suspiro.
-¿Qué has hecho Betty Boo? –Dice ahora mas calmado, pero serio.
-Tal vez he puesto algunas fotos de Ilene, desnuda o con su novio en las paredes de su oficina.- Hago una mueca pensando en que eso suena algo mal. Lo único que escucho es una carcajada al otro lado del teléfono.
-Vale bonita, eso ha estado mal.- Dice riendo y sonrió de nuevo.
-¿Salimos esta noche?
-Hm, solo si vamos a un bar gay.- Rio fuertemente.
-Vale bonita, te paso a buscar a las diez- Digo divertida.
-Vale.- Dice y cuelgo.
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