Grant
Subimos al auto y Michael conduce hasta Montreal, son alrededor de las doce de la noche.
-No lastimes a ninguno de los chicos, lo máximo golpes.-advierte Michael.
-¿Desde cuando eres tan sensible?-cuestiono burlo.
-Desde que has estado en la puta cárcel por ser un niño malcriado.
-Preferiría asesino.-me encojo de hombros sonriendo.
-Grant, deja la maldita diversión por una vez en tu vida.
-Sera rápido, entiendo.- ruedo los ojos.
Minutos después llegamos al barrio de Montreal, Michael aparca en medio de toda la calle y deja las luces delanteras del auto encendidas. Hay unos chicos los cuales miran el auto confusos, ambos nos entendemos con la mirada y bajamos. Uno de los chicos camina hacia nosotros y al rededor de seis le siguen por detrás.
-¿En que les podemos ayudar?-Grita.
-Hemos venido a por tu jefe.
-¿Acaso son policías?-Pregunta burlon.
-¿Acaso parecemos policías, niño?-digo con el mismo tono y me acerco a el mirándolo firmemente. Se levanta en puntillas para estar a mi altura.
-Tu no idiota.
-No debiste decir eso.-mascullo y lo golpeo fuertemente haciendolo caer al suelo, me coloco a horcajadas sobre el, los demas van a acercarse pero se alejan cuando saco mi arma.
-¡Segal, joder!-grita Michael al ver que le pongo el arma sobre la cabeza.
-No, por favor.-chilla el mocoso. Sonrió y disparo sin pensarlo. Los demás se dan vuelta para correr, pero se detienen cuando hablo.
-Si corren antes de decirnos donde esta su jefe les pasara lo mismo.
Se quedan quietos y en silencio mirando la escena.
-¡Entonces!-grito disparandole a la niña llorona en el suelo en el pecho.
-¡Esta no es la puta forma, Segal!-grita Michael.
-No sabemos donde esta.-murmura uno con nervios. Disparo y cae al suelo.
-¡Mierda!- grita Michael.
-Vamos, siguiente, el que me sea útil no morirá.-sonrió.-Tu.-señalo a otro con mi arma.
-Esta...fuera de la ciudad.-tartamudea nervioso, disparo igual. Los otros tres se miran nerviosos, uno trata de huir pero no alcanza, le he disparado en la pierna y a caído al suelo.
-Maldita sea, murmura Michael. Sonrió y me acerco a el, coloco mi pie derecho sobre la herida y presiono, gime de dolor.
-Tu jefe.
-Lo encontraras es Sneaky Dees, es un hombre de barba negra y alto, lleva una franela con la bandera de Rusia.-tartamudea como puede.
-Gracias.-el sonríe e igual le disparo.
-¡Te dijo donde estaba!-grita uno de los que aun viven.
-No servia de nada que siguiera vivo, le hice un favor, son libres.-respondo tranquilo. Se quedan mirándome horrorizados.-Corran antes de que me arrepienta.-y son esas palabras que hacen se den la vuelta y corran.
-¿Que carajos acaba de pasar, Segal? ¿Que haremos cuando encuentren los cuerpos?
Gimo y pongo los ojos en blanco.
-Son drogadictos, era hora de que murieran.
-Has prometido no matar a nadie inocente, joder...
-Por esta misma razón no tengo novia, anda nena, entra al auto.-digo burlesco.
-¡Toma con seriedad esto de una puta vez en tu vida!
-¿Acaso no has aprendido a no confiar en asesinos?
-Terminemos con esto.-escupe molesto y entra al auto, repito su movimiento.
Beth
Al abrir mis ojos lo primero que veo es un cabello castaño salir de las sabanas blancas, me sobresalto sin hacer mucho escándalo, no estoy en mi casa.
Me golpeo la frente con la palma de la mano y luego me levanto para tomar mi ropa. Empiezo poniéndome el pantalón lo mas rápido posible.
-¿Hm, ¿te vas a escapar?-escucho de pronto una voz y me sobresalto de nuevo cayéndome al piso, ¡mierda!
-Auch.-me quejo.
-Joder, ¿estas bien?-dice levantándose y se acerca para ayudarme a levantarme, solo lleva sus boxers.
-Si, eh, lo siento, solo me has asustado.-respondo sonriendo levemente mientras froto mi cabeza. Sonríe igual y me mira enarcando sus cejas divertido. - ¿Que?-frunzo el ceño, abotonando mi pantalón.
-Nada, es solo que pareces apurada.-sonríe.
-Bueno...creo que es lo debido luego de acostarme con un desconocido.- hago una mueca y ríe. Ahora tomo mi blusa del suelo y me la pongo.
-Desayuna conmigo.
Me volteo para mirarlo, pero solo le miro de reojo ya que el otro esta tapado con un mecho de cabello.
-No creo que debería.-hago otra mueca y empiezo a ponerme mos tacones.
-Prometo que no sera nada incomodo.-oh, pero que linda sonrisa, ¿como resistirme a esa linda sonrisa? Me muerdo el labio inferior antes de asentir.
-Vale.-acepto insegura y le sonrió levemente.
Me extiende la mano para tomarla y eso hago, nos dirigimos a la cocina y por un instante se me olvido lo extraño que es esto.
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